Reencuentro Inesperado

CAPÍTULO 3

Observar la ciudad desde el gran ventanal de mi oficina siempre me ha relajado cuando estoy entrando en cortocircuito con el trabajo. Desde mi posición puedo ver el parque que hace años salve en una protesta por preservarlo en la cual mis hermanos y mucha gente fueron participe.

Ver a los niños jugar, familias paseando, parejas besándose y disfrutando el estar juntos, ancianos viendo los árboles y alimentando a los pájaros, hacen que hizo lo mejor en salvarlo, ese parque me trae muchos recuerdos de mi infancia y adolescencia, me recuerda mucho a mi madre todas esas tardes que pasamos juntas o en familia y creo que esa fue la principal razón por querer salvarlo.

Tocan la puerta, contesto que puede pasar y es Cece que entra para despedirse de mí e invitarme a su fiesta de cumpleaños que será el sábado en un bar mexicano

A Cece la conocí cuando estaba pasando un momento muy difícil, su madre sufrió un grave accidente que le quito la vida, su padre lo supo sobrellevarlo y se volvió alcohólico lastimándola a ella y sus hermanos. Fue un año donde su padre la golpeaba y abusaba de ella.

Estaba a punto de suicidarse y logre detenerla y desde ahí comencé ayudándola, denuncio a su padre, logro ganar la custodia de su hermanos y gracias a un psicólogo poco a poco ha podido superar esos abusos crueles. Logro terminar su carrera y le ofrecí el puesto que tiene actualmente y aunque en un principio se negó porque creía que era abusar de mi bondad, pero le asegure que no abusaba de nada. Hemos sido grandes amigas desde entonces y la quiero mucho a ella y a sus hermanos.

Salgo veinte minutos después de que Cece porque me quede observando el atardecer como todos los días, son las seis y media cuando salgo de la empresa para dirigirme a mi apartamento y cambiarme para la cena con Taylor.

Al llegar a mi edificio saludo Mike que es el portero del edificio, a veces me quedo platicando con él. Mike es casado y tiene dos hijos de trece años que le saca canas verdes dice él y una niña de once años que es su adoración, su esposa es muy amable, transmite mucha calidez y confianza, viven en el edificio.

Llamo al ascensor y mientras espero me encuentro con Nelson y su novia, los saludo y entramos todos juntos al ascensor. Nelson es un vecino dos años más grande a él lo conocí el primer día que me mude fue muy amable ayudándome con algunas cajas, a veces como en su apartamento o en el mío, su novia es muy celosa y es por eso que no le hablo con familiaridad cuando esta con ella, no es de mi agrado y no quiero causarle problemas. Solo espero que un día se dé cuenta que la manera en que lo cela no es normal.

El ascensor se detiene en el octavo piso y salimos de él, lo bueno es que mi apartamento está a un lado del ascensor, así no tengo que caminar tanto.

El apartamento es bastante amplio, las paredes son blancas, el piso de vinil con acabado de madera en café claro. Al entrar lo primero que se ve es un sillón blanco con cojines azul bondi, enfrente una pantalla, detrás de los sillones se encuentra la cocina que no es muy amplia, en la cocina hay na puerta de vidrio que permite salir a un balcón, después está el pasillo que lleva a las habitaciones, la principal y la de invitados que están de frente cada una cuenta con baño propio, hay un baño a lado de la habitación de invitados, enfrente de este se encuentra el cuarto de lavado y hasta el final del pasillo un pequeño despacho.

Este apartamento me lo regalo mi padre hace un año y quede encantada con él, siento que es tan yo, sencillo y encantador a su manera. Ese señor sí que me conoce bien, hasta creo que hasta más que yo misma.

Entro al apartamento colgando las llaves en el llavero que se encuentra pégalo a la puerta, dejo mi bolso en el sofá y camino a la cocina por un yogurt. Enciendo la televisión y veo que están pasando un episodio viejo del programa Art Attack, recuerdo que cuando era niña me gustaba mucho y aunque nunca hice nada, porque hay que admitir que el 90 % de la audiencia no hacia esas manualidades, pero me gustaba mucho ver el programa.

Termino mi yogurt y voy a mi habitación para cambiarme por algo más casual, porque hace un calor del demonio, estamos a mediamos de primavera. Escojo un vestido negro de flores amarillas con mangas largas, escote cruzado que me llega a medio muslo. Me calzo un tenis negro, mi maquillaje lo dejo tal cual y por ultimo me hago una coleta alta.

Me vuelvo a sentar en el sillón y pongo un episodio de Gossip Girl hasta que sea momento de irme, así me la paso un rato hasta que veo la hora, me levanto y apago el televisor. Tomo mis llaves y bolso, salgo del apartamento y me encuentro con la señora Mari una persona muy amable que a veces me da galletas, la saludo y entro al ascensor.

Mike está en recepción con su hija haciendo la tarea, les doy las buenas noches a los dos y sigo mi camino hacia el estacionamiento, llego a mi carro que es un Mini Cooper convertible de color gris obscuro, subo a él y comienzo a conducir hacia la hamburguesería, voy con buen tiempo.

* * *

Al llegar a la hamburguesería veo que Taylor ya ha llegado y yo no entiendo su manía por la puntualidad, aunque debo agradecerle porque gracias ella aprendí a puntual, pero no tanto como ella que llega diez minutos antes.

—Hola, mamacita—saludo dándole un beso en la mejilla

—Hola, ogro—responde y yo ruedo lo ojos

—¿En serio? Yo soy cariñosa contigo y me pagas así—reclamo

—Así te demuestro mi amor, bebé—argumenta y la miro mal

—Claro, no fuera mi hermana porque hasta vomitas arcoíris y andas toda pendeja—digo riéndome y ella me pone mala cara porque sabe que es cierto

—Por esto me cae mejor tu hermana, ella no me insulta en español, ella si me trata bien—me rio porque el que no sepa que significa cuando le hablo en español es gracioso ver su cara desconcertada que pone tratando de descifrar lo que le he dicho.

El español es mi segunda lengua por parte de mi madre que fue mexicana y se vino a vivir a Phoenix por una gran oportunidad de trabajo que le ofrecieron. Cinco años después de residir aquí conoció a mi padre y después de tres años de trabajo se casaron y al año nació Arthur era una mujer muy inteligente, capaz. La admiro y siempre lo haré.



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En el texto hay: tristeza, secretos, amor

Editado: 08.09.2020

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