California, 2014
La noche había empezado a caer, el sol se oculto, la fría brisa golpeaba mi rostro ocasionando que mi piel se erizara. Era verano, sin embargó por las noches el frío se hacia presente. Después de una larga tarde al lado de Gema -la sobrina de la novia de mi padre- paseando por la plaza del pequeño pueblo de Hesperia California que quedaba a solo unas cuadras de mi casa nos disponíamos a volver.
-Hoy realmente me divertí, gracias por ser mi primer amiga aqui- Sonrio la chica de cabello castaño y ojos verdes.
-Eres como mi hermana, vivimos juntas y asistiremos a la misma preparatoria- Dije sonriendo- Aunque seas 2 años mas grande que yo tenemos muchas cosas en comun-
La tome del brazo para continuar con nuestro camino a casa.
Gema era una chica encantadora y guapa, desde que la conocí tuvimos cierta conexión lo cual agradecí ya que desde hace unos días ella y Sofia -La novia de papa- se han mudado a mi casa, de cierta manera eso es bueno ya que no estaré sola como solía estar desde que mi madre murió hace 6 años.
-Siempre quise una hermana mayor- Murmuré mientras avanzábamos.
-Y yo siempre quise una hermana talentosa- sonrío -Lástima que la que me ha tocado sufre de pánico escénico.
Mi madre fue la mejor compositora del país, sus canciones siempre eran hits del momento y yo herede su gran talento junto a una linda voz.
-Sabes lo que pienso ha cerca de eso- Dije rodando los ojos.
Desde que se entero de mi don oculto no me ha dejado de insistir en que debería sacarle provecho, sin embargo yo no me siento lo suficientemente talentosa.
-Vale, vale, mejor apuremonos que es tarde- Musito en un susurro.
Caminamos unos metros mas, cuando dos faros de carro nos encandilaron la vista y tuvimos que parar.
-Las llevamos- La voz gruesa de un hombre nos hizo sobresaltarnos un poco aparte que aquello no sonó como una pregunta, mas bien era una afirmación.
Era un lindo carro deportivo que todos en el pueblo conocían, ya que el dueño era el típico playboy de la preparatoria, Emmanuel Pimentel era realmente atractivo, era capital del equipo de fútbol americano del pueblo, sus padres no eran ricos más sin embargo tenían una buena posición económica, también era famoso por su don para conquistar chicas ya que las mas lindas siempre lo intentaban engatusar.
-No, gracias- Ataje contarte. No quería que nadie me relacionara con el.
Emmanuel era todo un dios, pero quien a mi me parecía perfecto era su hermano menor Joel Pimentel, tenia exactamente la misma fama del mayor de los Pimentel sin embargo desde que mire por primera vez aquel par de ojos marrones se convirtió en la inspiración de cada uno de los versos que día con día escribía, mis días pasaban al rededor de el, mas sin embargo el nunca se ha dado cuenta, una sola vez hemos entablado un conversación y creo que el ni siquiera se acuerda.
-¡Vamos Yeimi!- Insistió el chico de ojos cafés con afán.
-Si ¡Vamos! Ellos solo están siendo amables- Dijo emocionada mi ojiverde amiga.
¿Ellos? Estaba tan concentrada en mi mundo basado en el Pimentel menor que no me había percatado que estábamos a solo metros de distancia y que estaba rechazando la oferta de mi vida.
Esperen un momento... ¿Estaba aquí Joel? ¿Querian llevarnos a casa? Esto tiene que ser una broma.
Juraría que tengo una cara autentica de poker.
-¡Vamos! Quita era cara de poker y sube!- Aquella voz me hizo flaquear en un instante.
No se en que momento Joel bajo del lindo auto deportivo solo para abrir la puerta e invitarme a subir. ¿Podia ser mas perfecto?
Tome fuerzas que no sabia que tenia y subí rápidamente al auto. Joel estaba junto a mi en el asiento trasero del mientras Emmanuel y Gema estaban al frente.
-Imi...Nunca me dijiste que tenía un top model como prima- Sonrió coqueto Emmanuel.
-Mi nombre es Yeimi- Murmuré molesta.
Desde la muerte de mi mama siempre he odiado que me llamen Imi.
-Vale, vale- Dijo Joel.
Mi enojo se esfumo al solo escuchar aquella voz.
-¿Quieren ir con nosotros a las batallas de regeeaton?- Pregunto Joel.
Realmente esto parecía un maldito sueño, desde que tengo memoria he hecho de todo para toparme con el hermoso de Joel y ahora estaba aquí, en el mismo auto y entablando una conversación conmigo.
-¿Porque a las batallas?- Pregunte confundida.
-Hey princesa nunca te han dicho que es de mala educación que te contesten con otra pregunta- Dijo con una sonrisa pícara en aquel prefecto rostro.
-Si, eso lo se, solo que no se que harán en las batallas- Dije apenada -De los 4 ninguno canta- Asegure.
Desde hace muchos años las batallas de reggaeton son muy famosas, ahí los talentos locales pueden ganar un poco de plata y algunos hasta logran salir del pequeño pueblo.
-En eso te equívocas- Emmanuel y Gema dijieron al unisono.
Ambos sonrieron mientras nos regalaban una sonrisa.
-Tu cantas- Dijeron una vez mas al unisono.
Emmanuel apunto a Joel y Gema a mi.
-¿Como?- Y volvieron a mirarse entre ellos.
-Yo no canto- Afirme.
-Joel compite hoy- Agrego Emmanuel.
-Oooh...Claro que si cantas, te aseguró que tu ganarias- Agrego Gema.
-A Joel no hay quien le gane- Insistió Emmanuel.
-Pues te presento a la chica que hará caer a Joel- Dijo Gema sonriente.
-¿Enserio eres tan buena Montoya?- Joel se unió a la conversación.
-No en realidad Gema solo exagera- Dije rápidamente.
-Vamos Montoya no dejes en mal a Gema y demuestrame que tan buena eres- Podía notar la diversión en esos hermosos ojos marrones.
La luz de la luna que entraba por la ventana del auto deportivo hacia que Joel pareciera un ángel caído del cielo.
-Si Yeimi enseñales que eres la mejor compositora y cantante que en la vida he conocido- Insistió Gema.
-¿Compositora? Eso no lo esperaba- Guiño un ojo Joel.