Una joven llamada Bonnie, encuentra un antiguo espejo en una tienda de antigüedades, justo unos días antes de la noche de Halloween. Fascinada por su extraña belleza, decide llevarlo a casa. Esa misma noche, mientras se prepara para una fiesta, escucha un leve susurro pero no logra identificar de donde proviene. Ella quiere creer que fue solo imaginación suya, así que se obliga a creer que fue solo el viento y sigue continúa revisando su armario, para elegir que atuendo lucir esta noche. Después de un rato, cuando está casi por salir, se acerca al espejo para retocar su maquillaje, cuando de pronto vuelve a escuchar un susurro escalofriante, "Estoy aquí" logra escuchar, tanto es el susto que se lleva, que al instante deja caer su labial, incrédula de lo que acababa de oír. "Cálmate Bonnie, estás paranoica por la noche de Halloween" se dice dándose valor. Dispuesta a disfrutar de la noche, decide no darle importancia y salir a divertirse con sus amigos como lo había planeado.
Ya en la fiesta, como era de esperarse, Bonnie se encuentra muy a gusto con sus amigos que ya hace mucho tiempo no había visto, pues entre sus estudios y su trabajo de mesera por las noches, no le dado ni el tiempo ni las energías para socializar mucho. Ella pasó toda la noche bailando, riendo. Cuando de pronto ve pasar al chico que desde hace mucho tiempo le gustaba, se pone un tanto tímida y torpe, que derrama la bebida que tenía justo encima de él, manchándole la camisa. "diablos!! lo siento mucho, en serio" dice ella, tratando de limpiar torpemente la camisa, "ya déjalo, no pasa nada, iré a cambiarme de camisa" dice él en un tono cordial. Ella muy apenada, ofrece llevarlo a su casa que queda a unas cuadras de la fiesta, para prestarle una camiseta, y él acepta.
"Ponte cómodo" le dice Bonnie al entrar a su sala. Rápidamente sube a su cuarto en busca de una de las camisas que usaba su padre, las cuales había conservado luego de su fallecimiento. Cuando está bajando escucha un ruido extraño, baja de inmediato a ver que pasó y ve como el joven apuesto se encuentra frente al espejo y tiene una mirada extraña, como ido, como si no fuera él.
Él comienza a decir cosas sin sentido, en una voz tan perturbadora que Bonnie retrocede del susto chocando contra una silla de su comedor y hace ruido. Al escuchar eso el joven recobra el conocimiento, volviendo en sí. "Bonnie, porque me miras así?" dice el joven confundido sin recordar si quiera lo que pasó. "Por nada", "aquí tienes una camisa y disculpa nuevamente por mi torpeza" dice aún algo asustada de lo que acaba de suceder. "No hay problema" dice cambiándose de camisa. Luego de lo sucedido Bonnie decide ya no regresar con aquel chico a la fiesta, así que pone de excusa estar cansada.
Bonnie aún perturbada por lo que vio, no logra sacarse aquella escena de la cabeza. No logra entender que pudo haber pasado. Revisa el lugar, mira por la ventana y ve la calle solitaria, alumbrada por la luz de la luna, cuando de pronto escucha otra vez un susurro que dice "Ayúdame".
En ese momento se acuerda del espejo que hace poco acaba de traer a casa. Se acerca y lo ve detalladamente, ve el bello marco antiguo que llamó tanto su atención, en ese instante escucha claramente la voz de su padre, ese susurro provenía del espejo. "Papá eres tú" dice acercándose más al espejo. "Ayúdame hija, ayúdame por favor" escucha decir. Ella al escuchar eso no sabe qué hacer, quiere ayudar a su padre, lo extrañaba mucho desde su partida, pero como podría ser él? Cómo llegó su padre ahí? Aunque claramente no podría responder a sus preguntas, eso no le importaba, solo quería ayudarlo y volverlo a ver, "papá te ayudaré" dice entre lágrimas. De pronto tocan a su puerta y ella vuelve en sí, pero extrañamente no recuerda nada.
Pasan los días y ella extrañamente cada vez amanece más agotada, sus ojos reflejan cansancio, ya casi no quiere comer, se siente irritada, incluso llegó a ser agresiva con un cliente del restaurante donde trabajaba, por lo que perdió su trabajo. Solo sentía ira por dentro, una ira que cada vez era más incontrolable, incluso a ella misma le asustaba sentirse así. Un día decide investigar qué era lo que le pasaba, porque ya no podía seguir así. La única pista que tenía era que recordaba estar frente al espejo en varias ocasiones y no saber el porqué.
*Un relato especial por Halloween, espero lo disfruten*