Vestido de cuero negro regresa el chamán
saltando en trances mentales,
regresado por manos invisibles
que lo moldean en imagen de rey lagarto.
"Enciende mi fuego"
dice mientras rompe desde el otro lado,
"No toquen la tierra"
grita mientras corre entre bosques de neón
y termina meciéndose, esperando por el sol.
Viaja en una caravana española
mientras lucha como un soldado desconocido,
con personas extrañas, en días extraños.
Le gusta que lo toquen,
que lo amen dos veces,
mientras que en el fin hace un último llamado
desde su barco de cristal.
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