Beso una negra figura en los labios del miedo
y observo de frente su sexo
en la pantalla plana del televisor.
Mi amor se confunde con el odio
y mi felicidad en la pena
tras un nítido reflejo al otro lado
de un olvidado espejo vacío.
Mis buenos sentimientos se hunden en infiernos,
bajo olas rojas en mi lado oscuro.
Me lleno de ideas raras, ocultas
y miradas torcidas y seductoras
sobre una lámpara de luz
que alumbran mis perdidos deseos.
Y enjuago mi boca con irónicas sonrisas
que invocan un estéril deseo
manipuladas por el vigor
de una masturbación divina.
***