No andemos fingiendo amor al prójimo, y por detrás sentimos no quererlo, y hasta hablamos mal, eso se llama hipocresía.
Si hay alguna falta de perdón; ¿no es mejor perdonarnos unos a otros?
Senos olvida que todo esto lo ve Dios, por qué: ¿Qué haremos el día de mañana cuando rindamos cuentas a Dios y tenemos esta falta de perdón? ¿Cómo doblaremos rodillas pidiéndole perdón a Dios todos los días, si no aceptamos que tenemos una falta de perdón? ¿Y con que cara pedimos perdón a Dios, sino perdonamos a nuestros semejantes?
Puede ser que pensemos que Dios no ve hasta lo más mínimo de nuestros corazones, y de nuestra mente; que actuamos de tal manera, como si no tuviéramos que rendir cuenta en cualquier momento al Padre Celestial.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó esto: Amar al prójimo como a ti mismo.