El ser humano desde tiempo inmemoriales ha sido un ser de comunidades, de grupos, siempre tratando de buscar la compañía de los demás para no sentirse pequeño, solo y desprotegido.
Estar en grupos aumenta tu seguridad y tu autoestima pero...
¿Que pasa si decidimos quedarnos solos?
¿Si dejaremos de salir de casa frecuente?
¿Si dejaremos de hablar con otras personas?
Hay diversas opciones, empezando con que nos ven como seres extraños y diferentes, en otras ocasiones cuando no solo te aislas de la comunidad en general sino también de tu familia más cercana o para ser más exactos del núcleo de la misma no solo te ven como un raro sino que empiezan las habladurías como...
¡Que ser tan amargado!
¡Odias a la familia!
¡Si sigues así te quedarás solo!
Y por último te ven como alguien débil.
Lo explico, cuando todos te fallan, te das cuenta de que nunca nadie estuvo ahí, llega la hora en que... ¡Cambias!
Entras en razón y decides hacer lo mejor para tí, pero para los demas terminas siendo el malo.
¿A caso esta mal aislarse cuando se está rodeado de esas minas destructivas?
¡Pues no, no lo está!
Pero... Alto, ya sabemos que debemos mantenernos alejados de las minas, pero que pasaría si... tal vez, solo tal vez, se acercará a ti digamos ¿una burbuja?
Inofensiva, sutil y atrayente burbuja.
Totalmente opuesta a las minas, esta te da una sensación de paz y calma, es la única persona que hace que olvides todos tus problemas y que a los demás seres a tu alrededor se vuelvan insignificantes, innecesarios a decir verdad. entonces para huir de la tormenta lo único que te queda por hacer es arriesgarte con un salto de fé y dejarte proteger de los explosivos dentro de las delgadas paredes de la burbuja.
En un mal día, por casualidad yo encontre ese escudo protector y su nombre es... Tyler Moore.