Tyler POV
La lluvia caía más fuerte a cada momento, hacia un buen rato que había llegado al parque y en vista de que la chica de cabello blanco aún no llegaba por mi cabeza cruzaba la idea de dejar de esperar e irme a casa antes de terminar resfriado. Me levanté de la raíz del gran árbol de corteza negra dónde la cité y me sacudí el pantalón procurando deshacerme de hojas o cualquier cosa que se pudo haber pegado a la tela.
Me puse la capucha del suéter - aunque el suéter y yo ya estábamos bastante mojados - y me dispuse empezar a caminar pero el sonido de un trueno me detuvo, di un pequeño salto porque no me lo esperaba y solté una leve risa que salió de mí de forma involuntaria por la vista que tenía enfrente.
La chica que llevaba rato esperando había llegado. No solo había llegado sino que en el camino también se asusto con el trueno y dió un saltito que la hizo ver cómo un conejito gordo - fue un salto tan diminuto que apenas se separaron sus talones del suelo - no paso mucho cuando retomo la caminata y venía hacia acá.
¡Venía hacia acá!
Me alerté, en seguida deshice los pasos que había dado y me pegue lo suficiente al tronco procurando que no me viera.
Puedo oír cada vez más cerca sus pasos, la curiosidad me invade y tengo ganas de sacar la cabeza para verla, pero se que no puedo.
Sus pasos se detienen, puedo oír sus movimientos, se que está del otro lado, algo metálico choca contra el árbol y luego se escucha el roce de lago contra la cortesa.
Ya no aguanto más, al final si vino y yo debo enfrentarla.
Tomo aire para tranquilizarme antes de hablar, inhaló y exhaló un par de veces.
- Pensé que no vendrías - suelto lo primero que pensé y me dan ganas de darme un tope por tonto.
No sé que sucedió, solo oí que algo chocó contra el suelo seguido de un suspiro profundo.
¿No piensas ver qué sucede?
No debería hacerlo
¿Cómo que no? ¡Tú la citaste!
No lo haré
No seas cobarde.
¡Basta!
Odiaba las peleas con mi conciencia, pero al final tenía razón.
Al sacar la cabeza detrás del árbol la veo allí, tendida boca a bajo en el césped mojado tratando de levantarse. Por un momento dudo pero al final me coloco detrás de ella procurando que no me vea y paso mis brazos al rededor de sus costillas y sin esfuerzo la levanto.
Antes de que logré verme doy varios pasos y vuelvo a mí escondite, me percató de sus muletas - lo cual me intriga desde que la ví entrando al parque - y aún detrás del árbol las tomo con una mano y se las tiendo, no pasa mucho hasta que las toma.
Desde mi escondite escucho que me agradece, yo no le respondo, aún tengo que asegurarme de que no me vio el rostro.
- ¿Sigues aquí? - pregunta de repente, al parecer no me vió.
- Si, estoy aquí, detrás del árbol.
No termine de hablar cuando ya había escuchado que se había movido, yo también lo hice, me deslicé a un lado huyendo de su vista, desde el punto de alguien a lo lejos nos veríamos como un gato persiguiendo a un ratón y eso me hizo esbozar una sonrisa.
- ¿Podrías dejar de moverte? - soltó algo molesta - estoy mojada, me duele el tobillo, hace frío y que te estés moviendo de un lado a otro no ayuda - se quejó, yo solo reí - además eres un desconocido y entre más pronto termine esto más rápido profe irme a mi casa donde me sentiré más segura.
¿Y que pensaba ella? ¿Que la iba a picar en cubitos y la dejaría por allí tirada? ¡No soy un demente!
Después de una negociación un poco incomoda logré que dejara de intentar verme, logré mantener una conversación con ella y al final conseguí mi objetivo de devolver su móvil, lo malo fue no que salí excento de que creyera que lo robé.
Desde que la ví llegar me puse algo nervioso pero también me entró curiosidad, empezando por el hecho de que me reveló que usaba un nombre falso en sus redes sociales, eso me dejó pensativo ¿Porque se escondía? ¿O a caso se escondería de alguien? y también el hecho de que llegó cojeando un poco y con un par de muletas, pero el día que la conocí no las llevaba. ¿Que le habría pasado? Al final no resistí y termine preguntando.
— ¿Porque traes muletas? – solté tan pronto como lo pensé.
— Pues, tuve un accidente en la preparatoria, – soltó un bufido y continuo hablando – un idiota corría por los pasillos y termino lanzandome al suelo, ni siquiera se detuvo a ver si estaba bien o disculparse.
¿Vaya, Con que un idiota la empujó he?
«–––––〈(•ˇ‿ˇ•)⟩ –––––»
Después de que la chica se fuera yo me quedé allí sentado, cubierto de dudas y pensamientos.
La mayor parte de las noches era así, ya sea que estuviese en mi habitación o en cualquier otra parte, pensaba en Sam, en mamá, en lo que debería hacer con mi vida de ahora en adelante.
Después de un rato me levanté, ya era media noche y debía irme a casa.
Camine tarareando por las calles de la ciudad, a esta hora aún habían personas por allí rondando, el frío había aumentado hacia un rato así que decidí apresurar el paso no quería congelarme.
Al llegar a mi casa noté que casi todas las luces estaban apagadas menos la de su habitación, tratando de hacer todo el silencio posible mientras me introducía en la sala, ya adentro empecé a subir las escaleras paso a paso por la escasa luz y al llegar al tope di un pequeño brinco, allí estaba él con su pijama de rayas y frotándose un ojo.
- ¿Que haces despierto Sam? - pregunté agachandome para estar a la altura del pequeño.
- Estaba esperando a que llegaras.
Pase mis brazos al rededor de su torso y lo cargue para llevarlo a su cama.
- Papá se fue hace mucho, aún no vuelve - soltó el pequeño mientras lo dejaba bajo su cobija.
!¿Lo había dejado solo?!
Mi pulso se aceleró al escuchar lo que salía de la boca de Sam, mi respiración se volvió pesada y quise ir a buscarlo para partirle la cabeza.
- "B, uno" - llamo mi atención el niño - no te molestes, pensó que llegarías pronto, además yo le dije que no había problema.