Regalame una sonrisa

Capítulo #3

Veinte para las seis marca el reloj de pared que se encuentra en la habitación, Estoy demasiado nerviosa ya que llevo años de no ir a un evento de estos a menos que fueran de mi padre  y que mi presencia fuera altamente necesaria.
-cariño, dice Aaron que te esta esperando en la entrada.
-esta bien, ya bajo- mi vista se fija en mi esposo y me doy cuenta de que va vestido con un smoking que lo hace ver más atractivo de lo que ya es- ¿nos acompañarás? 
-no querida, tengo otro evento al cual asistir.
-esta bien.- dije restandole importancia.
-y tendrás que pedir un taxi de regreso o que Aaron te venga a dejar.
-no te preocupes, veré como me las arreglo, no sería la primera vez, quizá Mark este disponible.
-¿tu antiguo chofer?
-si
-vale, cualquier cosa me llamas o escribes ¿si?- este tipo anda demasiado raro, a mi se me hace que ya se va a morir.
-no te preocupes.
-¡TAAAMMYYYY! mi amor ¿donde andas?- se escuchan los gritos de mi hermano por el pasillo.
-en la habitación cabezota.- le grito.
-y yo que carajos se donde queda eso, capaz y encuentro tu cuarto rojo antes de encontrar tu... ¡oh, hola! Los encontre.
-que novedad cuñado.- contesta sarcástico Darrel.
-cierra la boca Darrel.- dice mi hermanito y se acerca para darme un beso en la mejilla el cual recibo gustosa.- te vez hermosa.
-gracias y a ti ¿Qué magia negra te hicieron para que te vieras atractivo?
-es que tengo el efecto cenicienta en mi, así que antes de las 12 necesito encontrar al amor de mi vida o sino volveré a ser el feo de antes.- dice poniendo una extraña pose que me hace reir.- y tú mi ada madrina me ayudaras a encontrar a mi principa.
-¿seré tu complice?- pregunté arqueado una ceja- es por esto que me llevas.- finalice indignada.
-si y no.
-explica.
-si serás mi cómplice y te llevo porque eres mas divertida que la loca, te quiero más, eres mas bonita, estas casada y eres de la generación de mi jefe.
-entendí todo menos lo ultimo.- dije.
-es que... quien me gusta... es... Su hermana menor.
-¿quieres que distraiga a tu jefe mientras te ligas a su hermana?
-si
-¿que gano yo?
-la satisfacción de ver a tu hermano feliz.
- eso no, ella no andará hablando con hombres.- se metió a la platica por primera vez mi esposo.
-ay cuñado, no te alteres que mi jefe respeta eso del matrimonio, esta comprometido y no le gusta mi hermana para nada, es más... hasta creo que la odia.
- si es asi, esta bien.- agrega Darrel.- por cierto, se me hace tarde así que los dejo, tú- señala a mi hermano- la cuidas con tu vida y tu- me coge de la cintura- te voy a extrañar y no hagas nada fuera de lugar.- esta última frase salió como una amenaza muy bien captada por mi aunque Aaron ni lo noto, se despidió con un beso que lo único que provocó fueron náuseas.
-oye, ¿estas lista? 
-si, vamos.
Aaron cogio mi bolso en una mano y con la otra me ayudó a bajar las escaleras de la segunda planta, me abrió la puerta del auto y se aseguro de que llevará el cinturón puesto.
-recuerda, carga valiosa.- susurro y me beso la cien.
-aún no decido quien es el mayor aquí.- dije divertida.
-esta claro que tú pero eso no quita lo delicada que eres y además amo protegerte así me práctico para la indicada.
-¿te doy un consejo?
-claro.
-no te cases, nunca, jamás, ni aunque te sientas listo para ello.
-¿Tam, te quieres divorciar?- pregunta directamente, así como suele ser él conmigo.
-si, pero sabes que eso mamá no lo aceptaría...
-pero esta papá.- desvíe mi mirada.
- él no es mi padre biológico.
-pero es como si lo fuera, además me dueles idiota, ¿Cómo puedes decir que él no es tu padre biológico cuando ha sido el único que ha estado para ti?- sonreí porque se que tiene razón.
-además, si lo niegas a él es como si me estuvieras negando a mi.
-¿por qué?
-porque yo si soy su hijo de sangre y tu hermano, sino aceptas a papá ¿quien me asegura que me aceptas a mi? 
-eres un dramático, yo nunca dije que no los acepto,  es más, ustedes son los únicos hombres a los que amo.
-¿ y Darrel?
-sabes que eso no va bien.
-si, se nota... el idiota ese piensa que yo no se lo que te hace.- entre en pánico y todas las alarmas que se encuentran en mi se encendieron ¿que acaba de decir?
-¿que has dicho?
-sabes a lo que me refiero, quizá sea el menor y el más callado pero no soy estúpido Tam, se lo que te hace y por eso esta noche te are el favor de tu vida.
-¿a que te refieres?
-te daré la noche que necesitas para darte cuenta de que ese hombre no lo vale, no sirve y que lo mejor es que lo dejes.
-¿que aras?- dije nerviosa.
-te equivocas de pregunta hermanita.- dijo mientras encendía el auto y emprendimos camino al hotel donde se llevara a cabo el evento.

"Hotel real" se leía en grande en la cima del edificio.
-Buenas noches, ¿vienen a la fiesta?- pregunto un chico.
-si- contesta Aaron mientras le da las llaves de su camaro.- me lo cuidas he Louis.
-si señor, como siempre hago.
-así me gusta chico- se dirige a mi.- ¿entramos?
-si, solo, espera un minuto.- dije para revisar que mi labial este intacto y que mis dientes no estén teñidos de rojo.
-te ves preciosa, ¡por Dios, eres mi hermana! Por ley tienes que ser preciosa, deseada, toda una diosa.- dice mientras me ve y eso lo único que causa es una incontrolable risa en mi.
-¿se supone que ahora tengo que agradecerte?
-no, pero me basta con que me lo devuelvas.- y me río de una manera estruendosa.
-vale, vale. Eres todo un dios griego, papasito ¿te has visto al espejo? Estas que te como... ¡Dios! Si no fueras mi hermano me caso contigo.- digo con un tono de diversión.
-creí que traerías a tu hermana Aaron.- dijo una voz grave a mis espaldas, ¡Jesús! Que voz.
-claro que si, te la presento.- dijo dándome la vuelta para encarar al dueño de tan excitante voz.- ella es Tamara Mercury.- dice utilizando mi apellido familiar y no el de casada ¿que tramas?
-un gusto, me llamo Demian D'Luca- dijo extendiendo su mano.- soy el jefe de este chiquillo.- añade con un tono de cariño ¿serán amigos?




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