EL SUEÑO DEL CARACOL
Todo parece indicar que esa mañana de otoño será igual a todas las demás mañanas de otoño... La misma calle, el mismo rumbo, los mismos rostros. Sin embargo, Aline, escucha una musiquita inquieta en su corazón. Tal vez el amor de su vida está cerca, lo que llamamos alma gemela. El corazón late con fuerza, quizás a la vuelta de la esquina esté esperando. Sonríe y se prepara para el encuentro.
Luego, respira profundamente, esas cosas no suelen pasar en la vida real, dejará de leer novelas de amor, piensa al mirar a un anciano cruzando la calle.
Pero su alma cursi, es mayor a cualquier razonamiento.
Mientras camina piensa en las posibilidades de encontrar a la persona ideal, al perfecto compañero y amante. Camina sin ninguna prisa, Aline, disfruta de esa época del año, su cita ideal sería una tarde de lluvia, viendo los leños de una chimenea consumirse mientras "ellos" se consumen al calor de la pasión.
Mira al frente de la cuadra, una cafetería... ¿Cuántas probabilidades existen, que en ese lugar pueda encontrar el amor?
Se quita el abrigo, el cual deja en el respaldo de la silla, es un bonito lugar, mientras espera mira la ciudad a través de la ventana, ¿por qué las personas tienen tanta prisa?... ¿Con qué sueñan esas personas? Tal vez no tengan tiempo de soñar.
El mundo parece girar al doble de lo normal; sin embargo, la vida de Aline transcurre lentamente. Es como ese caracol que se desliza por las hojas del jardín, quizás el caracol si tenga un sueño.