Aline cerró más temprano la florería, las cuentas fueron buenas... Vendió muchos arreglos florales para una boda y para un funeral.
Qué irónica suele ser la vida.
La tarde está fría, invita a meterse en la cama, tomar algo caliente y leer una novela. Suspiró, el aroma delicioso del café, la hacen añorar algo que nunca será suyo. De todos modos, necesita de una buena lectura, algo románticamente cursi.
Luego, frente a la biblioteca, se encoge de hombros, él, no es culpable de sus desvaríos... Bueno, lo es... pero sin darse cuenta de que los ha provocado.
A cada paso, va murmurando algo a su corazón. —No hay motivos para ser tan boba. Escoge un libro y ya.
—¿Disculpa, te puedo ayudar?
Por un momento, Aline no escuchó los latidos de su corazón, es como si se hubiera quedado quieto y callado., para luego soltar la respiración de golpe. Balbuceó algo... Lucca la mira con curiosidad y sonríe.
Ella podría morir en ese mismo instante.
Él le regaló una sonrisa.
Un anciano le pide ayuda, Lucca toca el brazo de Aline. —Disculpa, atenderé al señor y luego soy todo tuyo.
...
—Todo mío, — susurró, tocando su brazo.
Entonces sintió que puede seguir soñando.
Está mirando los estantes, podría quedarse a vivir allí por siempre. Tantos libros, tanta imaginación, tanta fantasía. Tanto romance. A ratos mira al causante de su locura, es tan amable con el anciano.
Una mujer le habla.
Es aquella mujer...
—¿Buscas algún libro en particular? ¿Podemos ayudarte?
Aline arruga el ceño, qué pregunta tan tonta, además, ¿por qué esa mujer habla en plural? Es como decir "nosotros" "ella y él"
De pronto una idea cruzó por su cabeza, tal vez, están casados. Miró las manos de la mujer en busca de un anillo. Efectivamente lucía una argolla.
El teléfono del mesón comenzó a sonar. Ella sonríe. Atenderé la llamada, dijo.
Aline la mira de reojo, es esa clase de mujer que inspira a un poeta. Seguro tiene un nombre hermoso, como sea no le interesa saberlo.
Dejó caer un libro que había tomado, cuando la escuchó hablar...
—Nos casaremos en primavera, —dijo sin ocultar su entusiasmo.
Aline está pálida como un papel en blanco.
Lucca se acerca...
—¿No encuentras lo que estás buscando? ¿No hay nada, aquí, que te importe?, —preguntó con cierto noto ansioso.
Aline esbozó su mejor sonrisa da un paso atrás para marcharse con su dignidad intacta. Pero su mente y cuerpo no están en sincronía. Además, no puede salir corriendo y llorando como si fuera una adolescente que perdió a su primer amor.
—Tal vez necesites más tiempo, para decidir, dijo él. Te puedo aconsejar, si me dices que género te gusta leer.
Aline quiso descifrar esa mirada, como queriendo ver su alma, encontrar en esos ojos una pizca de esperanza para sus ilusiones rotas.
Carraspea para disimular un sonoro suspiro y volver a la realidad.
Se sonrojó cuando se dio cuenta de que estaba en la sección de libros eróticos.
—"Trágame tierra" pensó.
Lucca se acerca, extiende el brazo para sacar un libro...su aroma llenó las fosas nasales de Aline.
—Te recomiendo, este...es un romance eróticamente sutil.
Él la mira de reojo. —Puedes, al igual que algunos de nuestros clientes más antiguos, leer aquí mismo, es un lugar bastante apacible, también puedes arrendar los libros que necesites. Si decides comprar te haré un buen descuento, por ser tu primera compra.
—Lo compraré, contestó Aline casi sin aliento.
Sus mejillas sonrojadas la hacen ver adorable.
Un adorable caracol.