Un año no es suficiente tiempo para resetear el corazón, borrar los sentimientos y colocar en su lugar a alguien más.
Por insistencia de mi mamá, no pude negarme regresar al pueblo, para el día de mi cumpleaños. No quería ver a cierta persona caprichosa, pero me enteré de que se mudó a la ciudad, me sentí aliviado... también decepcionado.
Después de la bienvenida y abrazos apretados... subí a mi cuarto, no pude evitar mirar por la ventana, me parece estarla viendo, agitando su mano y sonriéndome.
Tocaron el timbre y mamá insistió para que yo abriera, no tuve tiempo de reaccionar, cuando Claire se colgó a mi cuello.
Yo balbuceé algunas palabras sin sentidos y sonreí, debí verme como un bobo.
—Pensé que estabas en la ciudad, cumpliendo tus sueños, le dije.
Ella sonríe.
—No me perdería tu cumpleaños por nada del mundo. Adoro la repostería de tu mamá.
Yo hago una mueca. —Entonces no vienes por mí.
Ella ríe, luego finge indignación.
Arruga el ceño y me da un golpe en el brazo que para mí fue una caricia ruda. Me reprochó el no haberla llamado por teléfono. —Aunque nos separen las distancias, dijo, nuestra amistad no puede acabar... eres cruel.
—¿Yo cruel? Ella es el verdugo que me castiga con su presencia angelical.
Mamá nos llamó a la mesa, preparó muchas cosas deliciosas, Claire la ayudó.
Mi hermana, que había llegado con un novio, no deja de sonreír, mirándome de manera sospechosa, como si supiera algo que yo no sé. De todos modos, todas mis antenas apuntan a Claire. Todo lo demás es borroso.
Sé que no debo caer en la tentación de las ilusiones falsas.
Hablamos de muchas cosas, recordamos nuestra infancia... Mi hermana recordó algunas de mis anécdotas vergonzosas. Ellos ríen, yo finjo estar indignado.
El novio de mi hermana, no habla, solo come. Yo no sé dónde va a dar tanta comida, es tan flaco como un alfiler.
Fue cuando noté algo que brillaba en el dedo de Claire.
—¿Eso es lo que creo que es?
Claire sonrió. —Rubén y yo nos comprometimos.
La cuchara resbaló de mis manos. —Por qué no me dijiste.
Claire alzó una ceja.—Intenté llamarte, cómo iba a decirte. Ni en las redes sociales te encontré.
—Cuando lo decidieron... dijiste que no estabas segura de que él fuera el indicado. ¿Qué cambió?
—Mamá me toco el brazo.
—Son decisiones de dos.
—¿Ya tienen fecha?
Claire esboza una sonrisa.
—Rubén quiere terminar su licenciado y yo también quiero seguir aprendiendo cosas nuevas. Supongo que un año estará bien.
Me mira y carraspea, ¿tu novia vino contigo?, supe que estabas saliendo con alguien.
Mi hermana sonríe.
—No hay ninguna novia, contesté.
Mamá alzó una ceja...
Claire me mira.
—¿Quieres decir que terminaron?, debes estar sufriendo.
—No, en absoluto.
—Mientes, noto cuando suspiras cada vez que hablas y tus ojos brillan...
—Crees que me conoces bien. ¡No sabes nada!
Claire se quedó callada, puedo notar su contrariedad.
Mamá carraspea.
Estaba molesto con ella, pero no pude estarlo por mucho tiempo...no importa lo que suceda, siempre estaré para ella.
La tarde está perfecta para salir a caminar, dijo mi madre...me mira y hace un guiño, yo, pestañeo y le digo a Claire que vamos a recorrer los caminos de nuestra infancia.
Caminamos un rato en silencio, la miro de reojo... ella muerde sus labios, está inquieta, supongo que es por el compromiso. Seguimos caminando, sonriendo a ratos... Puedo escuchar una música a lo lejos o será mi corazón, lo más probable es que sea el suyo.
Claire me mira.—Todavía no decido nada.
Yo la miro.
—¿Decidir qué?
Ella camina un poco más atrás, se detiene. Yo volteo a verla. Se encoge de hombros.
—Debo admitir que estuve esperando, algo... que nunca sucedió.
—¿Algo?
Ella sonríe, respira hondo y volvió a hablar del idiota de su, ahora, prometido.
—Supongo que debo pensar y apoyar a mi futuro esposo. Rubén dice que es mejor vender la casa, que mis padres me cedieron. Viviremos en la ciudad y luego nos radicaremos en el extranjero. Lo cual me entristece un poco, mi vida está aquí, mis amigos... Tú. Puedo estudiar en Europa arte, sabes que adoro el arte (resopla) me gustaría ver una señal.
Yo me quedó mudo, es como si mi razonamiento me hubiera abandonado, lo cual no es de extrañar, cuando Claire habla yo solo puedo ver sus labios moverse.
Carraspeo.
—Sigue tus sueños, antes que todo eres una persona valiosa, no dejes que nadie te diga lo que debes hacer.
Claire me mira y sonríe, se agarra de mi brazo y respira profundamente.
—¿Por qué no te enamoraste de mí?
Yo me quedé perplejo.
Ella sonríe. —Supongo que nacimos para ser los mejores amigos, si te hubieras enamorado de mí, sería extraño. Pero ¿que hubieras hecho? ¿Lo hubieras confesado?
Claire, yo...
—No me hagas caso. Olvida que dije esa tontería, dijo, mientras mira su anillo.
Como olvidar lo que acaba de decir... Mi corazón late tan rápido y fuerte que temo por mi vida.