Regalando Amor

Capítulo 5

Miro mi amor reducido a un pequeño montículo de cenizas. Respiro hondo y regreso a mi casa, meto en una mochila toda mi vida y me voy a la estación sin mis sueños.

Compro un boleto para la ciudad, respiro con resignación, el tren demorará, el señor de la boletería dijo que el tronco de un árbol obstaculizaba las vías. Como llegó un tronco de un árbol a las vías, me pregunto, en fin, debo esperar. De pronto me doy cuenta de que no me despedí de la señora Marta ni de Clara. Hay un teléfono público a un costado de la estación, así que la llamo.

La señora Marta estaba alterada.
—¡Por Dios, criatura donde estás!
—Yo...
—No es bueno que estés sola, Clara fue a tu casa y no estabas, nos preocupamos, ¿dónde estás?
—Yo...
—No me contestes con monosílabos, muchachita traviesa. Mi hijo Ismael...

Al escuchar el nombre del gran traidor le solté a la señora que estaba en la estación, que me iría a la gran ciudad. Me la imagino rodando los ojos.

—¿Te vas así de repente sin despedirte?
—Lo siento, yo...
—Enviaré a alguien por ti.
—¡No! Ya tomé una decisión, construiré nuevos sueños lejos de... lejos de aquí.
Juro que la imagino rodando los ojos.

—¿A qué hora sale el tren?

En una hora, le contesto, un tonto tronco de árbol decidió caer en medio de la vía.

Le digo que tengo que colgar, los minutos ya se acaban y le digo que la quiero como si fuera ella mi madre y Clara mi hermana. Que siempre la tendré en mis oraciones, aunque nunca rezo. Cuelgo el auricular dando un gran bostezo que hizo reír a algunas personas que pasaban cerca.

Me siento a esperar en un escaño, miro hacia la vía, no hay señales del tren. 
Esbozo una sonrisa, hay algunas parejas abrazadas, despidiéndose. No las envidio, tarde o temprano alguno de los dos será un traidor. Tal como él.

De pronto, a lo lejos se escucha el ruido del tren anunciando que está cerca, y, mi corazón da un vuelco, definitivamente me iré.

Fue cuando por mi espalda escucho una voz.

Elisa, qué haces aquí, boba, dijo Ismael dándome un coscorrón, ¿cómo es que te vas?
Yo volteo y no podía creer que él estaba allí, frente a mí, con el ceño fruncido. Me agarra del brazo.—Explícame, por qué te vas.

Cuando logro salir de mi interior, ya que por el asombro me escondí en mí misma, me solté de su agarre, lo miré de la cabeza a los pies y respiro hondo.—¡Me dejaste!
Ismael pestañea y me mira como si fuera, yo, una loca de atar, luego respira hondo.—Fui a comprar el desayuno. Quería darte una sorpresa, ser romántico como eres tú, cursi. Pero supongo que la moto te despertó, por supuesto, alguien estropeó el tubo de escape.

Mi dedo viaja hacia su pecho, quiero cerciorarme que es real. —¡Me dejaste! Vuelvo a decir.
Ismael rueda los ojos.—Eres la reina del drama.
—¡Demoraste horas!
—Solo fueron dos horas, como te dije antes, “alguien” estropeó mi moto.
Dijo alzando una ceja y yo sonriendo en una actitud de inocencia.
—Entonces, ¿no me abandonaste?
—De verdad, eres la reina del drama.

Dijo en tono divertido, yo sigo de necia sin querer entender la realidad, él se acerca y justo cuando el tren llega a la estación me susurra algo al oído. Lo miro.—¿Qué dijiste?

Ismael me toma del brazo y me lleva a un costado, donde el ruidoso tren me deje escuchar lo que tantas veces soñé.

Elisa, te amo... te lo dije anoche cuando estuvimos juntos (leve sonrojo)
Nunca había visto sonrojarse a Ismael.
Tenía tantas ganas de abalanzarme entre sus brazos y besarlo.
El inspector hace la última llamada—¡Todos a bordo!
Ismael me mira—Si yo me voy, irás conmigo, si tú te vas, yo, iré contigo. Si te quedas, me quedo contigo.

Me pareció un trato justo, sonreí.

Cuando el tren comienza a moverse, y las personas corriendo para alcanzarlo, otras agitando pañuelos, y las más cursis llorando por sus novios. Yo, siento que mis pies se despegan del suelo, estoy volando entre los brazos de Ismael, quien me besó allí mismo, sin importarle que todos puedan vernos. El tren se marchó y mi amor regresó.

Fue así como mis sueños rotos, renacieron de entre las cenizas. No sé si esto será definitivo, somos demasiado jóvenes para pensar en un "amor eterno". Pero estoy segura de que guardaré los mejores recuerdos en mi caja de cartón.


FIN
 



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En el texto hay: sueños y romance

Editado: 01.07.2023

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