Regalos de Navidad

Capítulo 1

Otra vez ha llegado la peor época del año; la navidad, madre del ruido y del gasto, una farsa que sirve de cuna para el desarrollo de una sociedad más consumista y superficial.

Cansado de escuchar esos ruidosos villancico repetitivos, que se han convertido en una conspiración para hacerme odiar la música, me levanto de la cama, me abrigo correctamente y deprisa me dirijo hacia la puerta que da al patio, una vez ubico los cables de la luz de la vecina los desconecto dejando su casa sin electricidad, al escuchar cómo se detiene la música la paz vuelve a mí y regreso a casa con una sonrisa de satisfacción para continuar con mi descanso matutino.

De nuevo en la cama, intenté conciliar el sueño, pero a los pocos minutos la música, ahora a mayor volumen, me interrumpió. Exasperado, les grité por la ventana, pero no obtuve respuesta. Completamente rendido, perdí las ganas de dormir y decidí seguir trabajando en mi nuevo libro, que, para mi desgracia, trataba precisamente sobre la Navidad.

Por más que trato de escribir algo que le agrade a la editorial, no puedo, todo lo que he escrito sale de mi corazón y creanme que no es nada bonito, o eso es lo que dice mi editor. Ante esto, el susodicho me ha puesto un plazo de tiempo para entregarle algo que le guste _ justo hasta después de navidad_, esta situación más la época me ha generado mucho estrés, ya que de este libro depende mi trabajo.

La propietaria de una de las librerías más famosas del país ha pedido algunos libros originales para ampliar su catálogo de diferentes secciones, para cada categoría asignó a uno de los escritores de nuestra editorial y justamente a mí me asignó la temática de navidad.

Suspiro por cuarta vez en la mañana y decido ponerme en marcha. En cuanto hago mis necesidades básicas, me dirijo a la cocina encontrándome con la nevera y las gavetas vacías. En vista de que no tengo a quien pedirle que me haga las compras me veo obligado a vestir más decente y salir de mi pequeña guarida.

_ Buen día vecino, tenía mucho tiempo sin verlo, pensé que estaba de viaje_ dice mi vecina Susan mientras trato de cerrar la puerta, misma que al parecer se trabo.
_ Buen día _ respondo escuetamente
_Esta mañana mi hija estuvo poniendo algunas canciones navideñas, espero no le haya molestado, a mi hija y a mi nos encanta trabajar desde temprano acompañadas de un poco de música, y más para este trabajo tan especial_ continua hablando sin detenerse mientras sigo batallando con esta tonta puerta_ Ya casi cambiamos todos nuestros bombillitos por unos nuevos y más luminosos, también redecoramos nuestra sala y pusimos un árbol más grande que el del año pasado, no cree que la navidad es la mejor época del año _ dice suspirando

_Claro, la navidad es lo mejor que le ha pasado a la humanidad _ les respondo finalmente dándome la vuelta.

_Que bueno que piense así, por cierto no le gustaría que le ayudemos con la decoración de su casa, se que vive solo y es un hombre trabajador que no tiene tiempo para este tipo de cosas y…_ continua a la par que ruedo los ojos y comienzo a caminar hasta mi auto.

_No es necesario _ la corto al ver por donde va la cosa
_ Bien, si usted lo dice_ tras una pausa agrega _ sé que aún faltan unos días para nochebuena, pero me gustaría que nos acompañará en nuestra cena, sería un placer recibirlo, tendremos mucha variedad de comida y sé que le encantará degustar algunos de mis platillos especiales _ dice esta guiñandome un ojo, lo cual ignoro deliberadamente.
_Esta navidad la pasaré con mi familia.
_¿Tiene familia?_ pregunta con sorpresa haciéndome incomodar un poco, por lo que camino más rápido y me monto en mi carro aprovechando su escepticismo .
_ Que tenga buen día _ concluyo y arranco sintiendo un mal sabor de boca.

Mientras conduzco por las frías calles, observo las decoraciones y luces navideñas, las cuales son un virus que se ha estado propagando por toda la ciudad desde agosto. Veo los arbolitos, los escaparates repletos de productos navideños como tazas, gorros, suéteres y abrigos personalizados, y, por supuesto, lo que nunca puede faltar, el Santa falso con su trineo y regalos. Otra tradición, a mi parecer, ya muy trillada.

Admito que cuando pequeño me ilusionaba mucho su figura y siempre le pedía regalos, mismos que siempre se encontraban en mi pequeño árbol la mañana del 25, no fue hasta después que deje de creer en todo esto de la navidad que comprendí que Santa Claus no existe, ya más de grande investigue sobre este personaje y descubrí que él al igual que todo lo que representa la navidad, ha tenido una gran evolución histórica y se ha visto moldeada por personas que le han dado un uso comercial, por el folklore de algunas culturas y la religión.

Toda esta historia de Santa comienza con San Nicolás de Bari, un obispo griego conocido por su generosidad. A lo largo de los siglos, su figura se transformó y adaptó a diferentes culturas, dando origen a personajes como Sinterklaas en los Países Bajos. Con la llegada de los colonos holandeses a América y gracias a la creatividad de ilustradores como Thomas Nast, se consolidó la imagen de Santa Claus como un hombre alegre y barbudo que vive en el Polo Norte y reparte regalos.

Luego de dar un par de vueltas al fin encuentro un estacionamiento disponible, el problema es que tendré que caminar un buen rato hasta llegar a la tienda que frecuento. Harto de este día emprendo mi caminata hasta la tienda observando cómo las personas caminan felices junto a mí, ante esto comienzo a sentir un pequeño malestar el cual ignoro y camino más deprisa para comprar lo que necesito y volver a casa.

Una vez diviso la tienda, cruzo la calle y, a medida que me acerco, siento un delicioso olor a comida, el cual me abre el apetito. Dicho olor proviene de uno de los restaurantes más famosos a nivel nacional, pero a la vez es uno de los que más desperdician comida, en especial en estas fechas. No queriendo malgastar mi dinero allí, decido continuar; sin embargo, algo llama mi atención: de este sale un camarero sujetando a una niña del brazo. Esta se ve un poco mal vestida y discute con el camarero, el cual la deja fuera y vuelve a entrar. Unos segundos después, la niña entra por un callejón al lado del restaurante y ahí la pierdo de vista.




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