Regalos de Navidad

Capítulo 5

_Bienvenidos, los estabamos esperando_ dice una señora mayor con exceso de alegría mientras me abraza repentinamente, haciendo sentir un poco incómodo.

_Abuela puedes soltarlo_ dice Rud un poco apenada por la reacción efusiva de su abuela, pero esta no me suelta.

_Querida, sueltalo que lo estas asfixiando_ dice un señor mayor el cual se acerca a nosotros con una sonrisa.

_Lo siento es que no recibimos visitantes con frecuencia_ dice la señora soltandome al fin, lo cual agradezco_ Pero pasa, no te quedes ahí.

_Y, ¿quién es él querida?_ le susurra el señor a Rud, pero de todas formas lo escucho.

_Jasper ellos mis abuelos Nick y Mary, abuelos él es Jasper, lo encontré varado en la carretera y le ofrecí posada por esta noche_ nos presenta Rud una vez dentro de la casa.

_Bien siendo así, entonces Jasper bienvenido_ dice el señor con una sonrisa mientras abraza a su esposa.

_Gracias señor Nick_ le digo realmente agradecido por su hospitalidad.

_Oh, nada de señor Nick, solo Nick_ dice haciendome recordar a cierta niña.

_Claro

_ Querido, porque no le presta algo de ropa a Jasper, si sigue con esa ropa se resfriará_ dice la señora la cual ahora sé, que se llama Mary.

Dicho esto, Nick asiente y me guía por unas escaleras hasta la parte superior de la casa. Tras atravesar un pasillo con dos puertas, nos detenemos ante una tercera puerta al final del pasillo. El señor ingresa y me indica que pase, revelando una habitación bastante espaciosa. Frente a mí, lo primero que observo es una cama de tamaño promedio con una colcha de color azul suave; junto a esta, una mesita de noche de madera oscura con una lámpara de cerámica blanca que emitía una suave luz cálida. A la derecha de la cama, un gran ventanal con cortinas de lino que dejaban pasar una tenue luz matutina iluminaba un pequeño escritorio de madera clara con algunas hojas blancas y bolígrafos dispuestos cuidadosamente sobre él. Del lado izquierdo de la cama, una cómoda de madera con un espejo ovalado y, a su lado, un clóset cerrado de puertas corredizas.

_En el armario hay algo de ropa, espero que te sirva, nos vemos abajo_ concluye con una sonrísa para después cerrar la puerta.

Al quedarme solo reviso el armario y observo la poca ropa que hay, en su mayoría es ropa que tiene algo relacionado a la navidad; descartandolas, al final encuentro unos jeans negros y un polo color guinda, rápidamente me quito mi ropa, la doblo y la coloco en una esquina. Luego de esto me cambio de prisa y bajo las escaleras en busca de Rud.

Una vez en el final de estas, me fijo en la casa, misma que no me dio tiempo apreciar por la rapidez del momento desde que entre en ella. Las escaleras se encuentra a unos metros de la puerta, a la izquierda una pequeña sala con chimenea y sobre ella tres medias rojas, un gran arbol de navidad en la esquina y cerca a la chimenea, algunos sillones, lámparas, guirnaldas verdes que bordean las esquinas de las paredes, una mesita, algunos cuadros y una ventana que da al exterior. Recordando cuando entre, me asomo por la ventana y observo nuevamente el jardín el cual al igual que el de las demás casas, se encuentra perfectamente decorado.

A un lado hay un Santa, un trineo y algunos renos de metal iluminados con luces, al igual que los árboles que hay en él. Del otro lado, hay tres muñecos de nieve hechos con alambre: dos grandes y uno pequeño. Estos también están iluminados.

Al contemplar esto, llega a mi un sentimiento de nostalgia a recordar cosas que creí olvidadas, como el calor de una familia de verdad y la convivencia con ellos. No entiendo como es que a este punto me está agrandando todo esto cuando la navidad es la culpable de todas mis desgracias. Mientras sigo absorto en mis pensamientos escucho una voz que me saca de mi burbuja.

_Aquí estás, te estabamos esperando_ dice Rud apareciendo de pronto.

_Lo siento estaba mirando...

_Es lindo; ¿no?, mis abuelos se esmeran mucho en decorar, porque nos sirve como un recordatorio constante de la paz, esperanza, amor y alegría, que nos evocan estas fechas tan especiales, además nos recuerda nuestra niñez_ explica haciendo énfasis en la última parte_ Vamos.

Rud me guía hacia el otro extremo, el cual se compone de un pasillo corto con una mesita, algunos cuadros y un espejo que me llama la atención por sus decoraciones con estrellas plateadas y en cada esquina un corazón rojo. Al final de este pasillo entramos por una puerta la cual resulta ser una cocina/sala, allí se encuentran los abuelos de Rud preparando comida.

_Veo que te sirvio la ropa_ dice el señor Nick observandome

_Si, es justo de mi talla.

_No tienes hambre Jas_ pregunta la señora dejandome pasmado por unos segundos_ no te molesta que te diga así, ¿verdad?_ dice acercandose a mí un poco preocupada.

_No, para nada. Es solo que desde hace tiempo ya nadie me llama así. Y respondiendo a su pregunta, no tengo hambre.

_Pues yo si tengo hambre_ dice Rud tomando unos sandwiches ante la mirada de reproche de sus abuelos.

_Rud me estuvo contando que no tienen medios de transporte actuales como carros o motores, así que me gustaría saber si por casualidad conocen algún mecánico que me pueda ayudar a reparar mi auto.

_Si conozco a alguien, pero no creo que pueda ayudarte en eso; ya que, mañana se celebra una actividad llamada encontrando mi regalo, sonará una tonteria pero es un juego que se ha realizado por siglos en nuestro pueblo, y todos participan_ dice Nick con pesar.




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