En un pestañear, la tarde ha caído y las personas siguen buscando sus regalos con la misma alegría que desde temprano. Rud, sus amigos y el resto me acompañaron hasta el lugar donde estaba la última pista.
Rud me dijo que esta última parte la haría solo, ya que la pista indicaba el lugar exacto donde se encontraba el objeto. Además, me explicó que el regalo siempre estaba muy cerca de la última pista, por lo que a partir de ahí continuaría solo, mientras ellos me esperan fuera.
Al abrir la puerta, caminé despacio hacia mi izquierda, dirigiéndome hacia el pasillo. Mi corazón latía deprisa ante la expectativa de lo que pudiera pasar. Aunque mi mente piense que hay una respuesta lógica a todo lo que me ha sucedido, sé que no es así, y esta vez lo confirmaré, ya que aquí no hay posibles plantas alucinógenas ni hay posibilidad de que me caíga. Por lo tanto, lo que sea que pase, pasará mientras esté consciente.
A través de mi te puedes ver, mediano soy y fácil de ver
en mis bordes encuentras la estrella que guía
y grandes corazones que adornan mis esquinas.
En tu hogar temporal me encontrarás,
antes de que el sol se oculte, llega hasta acá.
porque o si no tu regalo no encontrarás_ recuerdo las palabras de Donner mientras me detengo frente al espejo que ví cuando llegue a está casa, dicho espejo así como dice el acertijo es mediano y rectangular, esta dentro de un marco sencillo de madera, el cual esta rodeado de estrellas plateadas y en las esquinas un corazón.
Nervioso, el miedo me invade, pero mi mano se levanta por sí sola y se dirige hacia uno de los bordes. Al tocarlo, aparezco en casa de mi tía Paula, la misma que me cuidó desde que murió mi abuela. Es Navidad; la casa está un poco cambiada, pero las decoraciones están como las recordaba.
Con nostalgia, camino guiado por las voces de las personas. Al llegar, observo a toda la familia reunida, compartiendo y feliz. Están mis tíos, sus dos hijos, dos mujeres que no conozco y un niño de unos seis años. Sorprendido, me acerco tratando de identificar quiénes son los tres últimos, pero no los reconozco en absoluto.
La escena se mantiene ahí mientras ellos siguen disfrutando, ajenos a mi presencia. Mientras esto sucede, mis recuerdos del tiempo que viví con ellos llegan como pequeños flashes. Al recordar esto, me doy cuenta de que, en realidad, mi tiempo aquí no fue tan malo; en el fondo, aunque nunca se los hice saber, su compañía y apoyo fueron muy importantes para mí. Mientras seguía inmerso en mis pensamientos, una de sus conversaciones me distrae, trayéndome de vuelta a la realidad.
_Se acuerdan de la vez que invitamos al primo Julian, para que no pasara nochebuena solo y él vino con el vecino, la novia y toda la familia de esta_ dice mi primo Maximiliano mientras bebe del ponche y todos ríen.
_Claro que me acuerdo_ contesta su hermano gemelo Maximo también riendose_ Se bebió casi todas las bebidas alcoholicas que teníamos y después no podía ni caminar, luego mamá permitió que se quedara con la manada hasta el otro día_ continua diciendo haciendome reír, al recordar esa navidad. Estaba pequeño pero recuerdo que mi abuela, mis padres y yo también estuvimos aquí, pero al terminar nos fuimos a casa.
__Y, la vez que ustedes se escondieron con sus otros primos para descubrir quien era Santa, entre todos crearon un super plan encabezado por Maximo_ dice mi tía confundiendome, ya que en realidad fui yo el de la idea y el que creó el plan.
_¿En serio hiciste eso?_ pregunta la mujer sentada junto a Maximo mientras sujeta su mano, por lo que este asiente.
_¿Y lo atlaparon?_ pregunta el niño emocionado
_No pequeño, todos se quedaron dormido después de comerse la carnada_ dice mi tío burlandose de sus hijos, los cuales también se rien junto a él.
_¿Qué es calnada mami?_ vuelve a preguntarme el niño sorprendiendome pues no sabía que mi primo tenía un hijo; ni esposa.
_Seguro eran las galletas y la leche que le dejaron a Santa, para atraparlo mientras se las comía._ le responde la mujer junto a mi primo Maximo.
_Sí, ¿y se acuerdan hace unos años cuando, mientras dormíamos, de repente escuchamos un grito? Todos bajamos espantados pensando lo peor y, al bajar, vimos a uno de sus primos sentado en la escalera… —dijo, por lo que de inmediato entiendo que habla de mí y recuerdo ese día; junto al recuerdo, viene a mí la vergüenza que sufrí entonces—. Al parecer, había gritado porque vio una sombra y pensó que era un ladrón, pero en realidad era Maximiliano, que también se había levantado a beber agua_ concluye mi tío mientras todo se ríen del recuerdo, en tanto que yo sigo avergonzado por el hecho.
_jajaja, me acuerdo de ese día, su grito fue tan fuerte que todos los vecinos de la cuadra vinieron a ver quien se había muerto_ continua Maximiliano.
_Ustedes tienen una familia muy curiosa_ dice la otra mujer
_No te imaginas_ responde mi tía, la cual toda la charla se ha mantenido comiendo, escuchando y riendo.
_Abuelita, ¿quién se sienta en esa silla?_ dice el niño de pronto señalando la silla donde antes me sentaba.