Regresando al pasado

Capítulo 7: Rush

Sabía que no podía retomar mi relación de amistad con Dafne porque ella no querría saber nada de mí. No esperaba que fuera tan clara y directa, pues ella solía ser tímida para expresar sus pensamientos. Lo que demuestra que ella cambió, aunque sigue siendo la misma compasiva, agradecida y leal de siempre. No lo es conmigo y no puedo culparla.   

Mi hermano y Alison eran amigos de ella y de su esposo. Mi hermano nunca me dijo nada. Tampoco supe que mi madre era muy amiga de los padres de Dafne, pues cuando ella y yo estábamos juntos, apenas se trataban, sin bien eso pasó tras la muerte de papá, lo que indica que el problema siempre fue papá queriendo que mamá estuviera en la casa como devota esposa.

Ahora se hace difícil toda la situación.

Si antes no dejaba de pensar en Dafne, ahora es peor.

Todavía no he asumido que soy el tutor de Ambar y no he logrado entenderme con ella por completo. Mi madre se sorprendió tanto como yo. Esa noticia complicó todo porque no puedo regresar a Londres y llevar a Ambar conmigo, alejándola de la ciudad y de todo lo que conoce. Mi madre nunca aceptaría irse a Londres y no podría alejarla de su única nieta. No me lo perdonaría.

Existe la opción de renunciar a la custodia y dejársela a mi madre, sin embargo, siento que no es lo correcto, pues si mi hermano me la dejó es porque confiaba en mí.

Dafne tiene razón, debo pensar que es lo mejor para Ambar y no para calmar mi conciencia.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos y respondo sin apartar la mirada de mi sobrina durmiendo sobre la manta.

—Al fin, Rush.

—Hola, Yvonne. Lo siento, he estado atareado.

—Sí, lo imagino. La muerte de tu hermana y todo eso. ¿Cuándo regresas?

—Era mi hermano, no hermana—suspiro—. No sé. Pronto no será. Tengo que ver cosas de la empresa y resolver otros asuntos.

Omito decir que tengo la custodia de mi sobrina.

—No tardes mucho porque te extraño.

—Podrías venir y quedarte unos días. Conocerías a mi madre.

—Tengo mucho trabajo. Por cierto, escuché por ahí que renunciaste. Le pregunté a Ryan y me dijo que no sabe nada. Obviamente no creo en esos rumores…

—No son rumores, es la verdad. Renuncié.

—¿Por qué?

—Porque me cansé de hacer el trabajo de otros y que se lleven el reconocimiento. No es justo.

—¿Y eso qué? Deja que se lleven el crédito y pide más dinero.  

Me quedo callado durante un momento procesando el consejo que mi novia me acaba de dar. No puedo creerlo.

¿Ella sería capaz de hacer eso? Es una locura.

—No se trata de dinero, Yvonne. No es justo—suspiro—. Igual no importa porque ya renuncié y dije que no regresaría. Es más, estoy pensando en quedarme en Canadá definitivamente.

—¿Qué? ¿Hablas en serio? No puedo creerlo. Dejar un puesto tan importante en una de las mejores empresas de Londres para ir a trabajar a una constructora de pueblo y ¿quedarte allá? ¿Qué hay de nosotros? No pienso mudarme para allá cuando toda mi vida, mis amigos y mi familia están aquí.

Yo estoy pasando por una situación horrible y le conté que el hijo de mi jefe me usaba, y ella solo se preocupa por ella.

—Planeaba quedarme unas semanas, intentar resolver esta situación y creía contar con tu apoyo, pero ya veo que no es así.

—¿Y eso qué significa?

—Que lo mejor será tomarnos un tiempo para pensar. Yo necesito pensar y reorganizar mi vida porque tengo asuntos importantes que resolver. Y por lo que veo a ti no te interesan. No es un pueblo, es una ciudad.

—Rush, si piensas que con eso vas a lograr que yo ceda, estás equivocado.

—No pretendo nada.

—Bien, si eso quieres, no te voy a rogar. No soy mujer que se humilla por un hombre. Resuelve tus asuntos y hablamos cuando recobres la razón y vemos si seguimos juntos o tomamos caminos separados. Si no llamas pronto, daré por hecho que terminamos.

Corta la llamada y exhalo un suspiro de frustración.

No me molestaba terminar mi relación con Yvonne. No quería hacerlo, pero si pasaba, no iba a considerarlo el fin del mundo, lo que demuestra que mi amigo Ryan tiene razón, no amo a Yvonne. Llevamos un año juntos y no puedo recordar el motivo por el que empezamos a salir juntos.

Tal vez el problema sea que la muerte de mi hermano y de mi cuñada me ha trastornado la mente y comienzo a ver otras cosas que antes no prestaba atención. No tiene nada que ver el encuentro que tuve con Dafne y saber que ella es viuda y no hay ningún hombre en su vida. O eso creo, no podría estar seguro.

Aún así, es mejor que Yvonne y yo sigamos caminos separados. Está claro que a ella le da igual lo que me pase y no le interesa discutir un arreglo en caso de que yo me quede aquí.

Observo a mi sobrina y un nudo se forma en mi garganta al pensar en abandonarla. Es cierto que ella no parece quererme, sin embargo, no quiere decir que deba darme por vencido.



#179 en Novela romántica
#71 en Chick lit
#55 en Otros
#28 en Humor

En el texto hay: bebe, romance, amor pasado

Editado: 20.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.