Habríamos llegado un poco tarde a casa de mi hermano, en la cual había una maleta con algunas de mis pertenencias.
–Estas en tu casa, puedes ir a mi biblioteca si lo deseas, las sirvientas y el mayordomo estarán a tu disposición. –dice mi hermano muy cariñoso como siempre.
–Gracias, descansa. –le doy un abrazo.
Doy un paseo por el jardín, el cual era muy hermoso en la noche a pesar de que la mayoría de las flores estuviesen cerradas.
Siento un ruido que me alerta, ya que supuestamente los sirvientes están dentro de la mansión.
Reviso un poco y tras las barreras que hacían de muro había un joven recostado, al parecer cansado de correr. Este estaba vestido muy elegante, se notaba que podría ser de clase alta o sirvientes directos del rey.
–¿Buenas noches? –digo asustada pero curiosa.
El joven se asusta pero finalmente decide responder.
–Buenas noches madame. Es un poco tarde para que esté despierta a estas horas.
–Lo mismo le digo a usted, que incluso está todo agitado.
Oigo unas voces detrás de él..
–Majestad, no puede irse así... –dice alguien vestido de guardia.
¿Majestad?
–Creo que se confunden de persona, yo soy el duque Rindertom.
–A si, lo siento señor.
Los guardias se alejan hasta quedar fuera de mi vista. El duque hace una pequeña reverencia para presentarse.
–Soy ... Ethan Rindertom –Se había tardado un poco en responder su propio nombre pero lo pasé desapercibido.
–Vizcondesa Astra de Thundernand. –Hago también una reverencia.
–¿Irás al baile que anunció el rey?. –me pregunta directamente sin filtros.
–Si, iré, mi hermano y nuestra familia fue invitada.
–Espero volver a vernos mi lady.
El se retira como mismo llegó, casi corriendo pero para el lado contrario de los guardias.
Unos pocos segundos después los guardias lo persiguen otra vez. Quizá sea parte de la realeza, no a todo el mundo se le dice "majestad".
Luego del suceso, me voy a mi habitación. Había sido un día muy agotador.
Una de las sirvientas me ayudan a cambiarme y pasarme un trapo húmedo por mi cuerpo. Y me quedo dormida en cuanto me acuesto en mi cama.
Mi día luego de despertarme fue completamente normal hasta que Sophie me escribe para pedirme que fuese al teatro con mi hermano para un encuentro "casual"
–Lo que uno hace por las amigas.
–¿Qué pasa hija?
–No nada madre, solo que Sophie necesita mi ayuda en algo.
–Esta bien.
Voy a escribirle a mi hermano para que me lleve a dar un paseo.
Y como fue planeado, nos encontramos con Sophie en el teatro.
***
Ya por fin ya es el día del baile
Mi hermano sigue cortejando a Sophie, y en la cena de anoche anunciaron la fecha de la boda, claro, con el permiso del señor Roberth.
Mi hermano estaba preparándose en su habitación aquí en casa, decidió quedarse acá por ser más cerca de casa de Sophie y poder verla todos los días.
Yo seguía igual que siempre, haciendo lo mismo día a día hasta hoy, que trajeron mi vestido, el cual utilizaré en el baile.
Me habían hecho un vestido dorado con detalles bordados de hilo de oro y una capa roja. Tenía muchos aros de tela pero se veía muy hermoso.
En la tarde ya era hora de partir al palacio.
En la entrada de casa, nos esperaba dos carruajes con el escudo del archiducado, y del vizcondado.
Mi hermano y yo iríamos en su carruaje mientras mis padres en el de ellos.
Al llegar al palacio, había muchos adornos florales y nos esperaban varios mayordomos, los cuales recibían a las familias y los presentaban en el salón de baile.
Eso me dijo mamá.
–Bienvenidos. –dice uno de los mayordomos.
Mi padre le da un papel al mayordomo que nos recibió y mi hermano otro. Voy tomada del brazo de el hasta las escaleras que dirigen al salón, donde estaba otro consejero real anunciando las llegadas.
El rey y la reina estaba sentados en un palco del otro lado del salón, y el príncipe aún no se había presentado.
–Vizcondes de Thundernand, lady Elizabeth y lord Teodore. –mis padres hacen una reverencia y bajan.
–No toca enana. –dice mi hermano entregando el papel.
–Duque de Beverly, lord Christopher y vizcondesa de Thundernand, lady Astra.
Mi hermano y yo hacemos una reverencia y bajamos, igual que nuestros padres.
Mi hermano me invita a bailar hasta que llega Sophie.
Me quedo con mis padres, quienes se habían sentado en una de las mesas para apreciar a los jóvenes bailando vals.
–Hija, deberías salir a bailar, aquí sentada no encontrarás esposo. –dice mi padre preocupado.
De repente la música se detiene y todos paran de bailar.
Suenan las trompetas que indican que el príncipe será presentado.
–Con ustedes, el Príncipe heredero, Dastan I del reino de Inglaterra e Irlanda.
Todos hacen una reverencia muy inclinada, dando a conocer la importancia del susodicho.
La música vuelve a tocar y el príncipe baja a bailar con su hermana que se había presentado mucho antes, Princesa Anabelle.
El vals que bailaban esta vez era de cambio de parejas, donde daban la oportunidad de que las damas casaderas puedan bailar con el príncipe.
Y claro, mi hermano y mi padre no perdieron tiempo en mandarme a bailar.
Al observar bien al príncipe, me di cuenta que era el mismo que había visto hace unos días atrás diciendo ser un duque.