Reina De Alma Gitana

Rebeldía.

La mirada de su madre, hablaba por si sola no había necesidad de palabras. Pensó que ella no lo notaría pero por lo visto su cálculo fue errado —madre ¿Qué haces aquí? Pensé que irías al desfile de las mariposas -dijo la muchacha nerviosa—, es mal visto que la familia real no asista a tal evento —dijo la jovencita con seriedad.

—Merliah tú y yo teníamos un trato y no veo que lo cumplas —respondí omitiendo sus intentos vanos de persuasión, esa niña tenía mucho que aprender y sus trucos no tenían efecto en mi.

—Si ya se que tengo que usar esa cosa —dijo alzando el amuleto en su mano—, se que te avergüenzo y también... —Guardó silencio al ver las lágrimas en el rostro de su madre.

—Sabes que nunca sentiré tal cosa eres mi hija, te amo y solo quiero protegerte —las palabras de Merliah me dolieron mucho, su actitud hostil era hiriente y sus pensamientos estaban lejos de la realidad.

—Madre...

La princesa fue interrumpida pues al salón entró el rey Damián junto a su hijo y la princesa Odette.

—¿Ocurre algo? —arguyó Odette al percibir la tensión en el ambiente.

—No, todo está perfecto —trataba de sonar lo más natural posible, al ver a mi hijo corrí a sus brazos tenía muchas lunas sin verlo y aunque ya no era aquel pequeño que cargaba en mis brazos yo así lo veía—, cada vez que te veo estás más alto, me han contado cosas muy buenas sobre tu preparación en Azrrahen; se que no te gustan las demostraciones de afecto, pero aquí no te escaparas de tu madre Gael.

—Yo también la he extrañado madre vine por pedido de mi padre —dijo el joven principe soltandose del abrazo de su madre.

—¿Es eso cierto Damián?, ¿por qué no me lo dijiste? —cuestioné confundida.

—Melodía lo pasé por alto —respondió encogiéndose de hombros.

—Bueno hermano ya me retiro luego hablamos de como estuvo el desfile, bienvenido a casa querido sobrino, luego nos pondremos al día —dijo la princesa tomando a su sobrino de las mejillas de manera cariñosa sonrojando al principe.

Era su momento para huir de la reprimenda de sus padres —tia Odette le acompaño...

—¿A dónde crees que vas Merliah? No hemos terminado. —ordene anticipando lo que pretendía hacer la pequeña pilla, pero cuando ella iba por la cabra ya yo venía con el queso.

Odette salió dejando a los cuatro miembros de la familia solos.

—¿Qué pasa? —inquirió el rey confundido al ver a madre e hija así.

—Tu hija estuvo en el bosque de plata, sin el amuleto en pleno día —no quería sonar alterada, pero cada que mi pequeña hacía una de sus travesuras estás solían llegar a oídos del consejo.

—¿Es eso cierto Merliah? —preguntaba el rey acercándose a su primogénita.

La princesa bajó la mirada, oculta bajo su flequillo pelirrojo.

—Merliah te he hecho una pregunta, lo natural es que respondas jovencita —dijo Damián aparentemente calmado—. ¿Y bien? aún espero respuestas princesa.

—Pero nadie me vio lo prometo fui cuidadosa, Mía estuvo conmigo y...

—Merliah entiendo pero no puedes exponerte, yo también tuve tu edad y también se lo sofocante que puede ser, no liberar tanta tensión cuando quieres —sintió la mirada de Melodía casi hablarle, no le gustaba castigar a su cachorra por pequeñeces así, pero su esposa tenía razón en algo, su pequeña Merliah debía ser más prudente—, castigada dos semanas solo saldrás a tus lecciones de resto no saldrás de tu alcoba.

—¡Pero padre! —exclamó la princesa haciendo una mohina enojada—, eres un tirano, un dictador un...

—Princesa no me hagas cambiar de opinión y convierta esas dos semanas, en todo un mes —dijo el rey sin perder la calma.

Salió en zancadas de la oficina de su padre azotando las puertas de madera.

Gael no pudo evitar reír por la actitud de su melliza.

—Gael me alegra ver que has llegado con bien hijo.

—Gracias —respondió el muchacho volviendo a mostrarse estoico.

—Necesito que vayas en mi lugar con Ariadna a las minas de Aftrion del sur, se reportan faltas del mineral obtenido...

—Padre sabe que no es de mi interés ser militar —se adelantó el principe objetado para no ir a esas minas.

—Gael no estoy preguntando si es de tu interés, ¿o acaso si lo hice? —preguntaba Damián a su hijo.

—No —respondió el principe en un murmullo.

—No te escuché niño —repitió Damián con sarcasmo.

—No padre —dijo alzando un poco más la voz.

—Asi está mejor en los próximos días la capitana Rutden te dará la información necesaria, confío en ti Bastián me ha dicho que tienes mucho agilidad con la espada. -Halago el rey a su hijo.

—Puedo retirarme.

—Si claro ya terminamos, puedes irte.

Salió por donde minutos atrás salió su hermana mayor, y al igual que su melliza también cerró con fuerza las puertas pero no tanto como Merliah.

—Creo que se molestó —dijo Damián sin ocultar una sonrisa de boca cerrada, aunque al ver el rostro de la reina esa risa burlesca se evaporó-. ¿Qué Ocurre?

—¿No crees que presionas a Gael? sabes que siempre se ha inclinado por la magia, para ser un buen mago, no le interesa el ejército.

—Mel adoro a ese par de revoltosos, pero Gael debe aprender que como principe y probablemente como rey que debe estar preparado y lo mismo para Merliah,  aspiro a que pueda ejercer su papel como heredera al trono —se acercó a Melodía tratando de robarle un beso  tomándola de la cintura, estaba molesta lo sabía—no te enojes conmigo bélicosa, mis métodos de disciplina quizás no son los mejores pero solo quiero lo mejor para ellos.

—No estoy enojada Damián, pero si mi hijo llega de esa misión  así sea con un rasguño, creeme alli  si me enojare.

—¿Es una amenaza? —inquirió el rey hablándole al oído a su esposa.

—No, tómalo como una advertencia majestad —dije soltandome de su agarre, aunque para mí sorpresa me volvió a tomar.

Sabía lo sobreprotectora que era su gitana con sus dos críos, y eso le encantaba de ella, pero él debía preparar a sus hijos para que fueran buenos líderes para el reino.



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En el texto hay: romance, magia, realeza

Editado: 22.04.2024

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