Reina De Alma Gitana

Sentimientos Que Nunca Murieron

 

El atardecer bañaba el reino de Azrrahen de sus típicos colores cálidos habituales.  La reina de dicha nación admiraba el hermoso ocaso, disfrutando de una taza de té.

—¿Iras a buscarlo? —preguntó la reina al muchacho junto a ella.

—No —respondió tajante.

Suspiró derrotada, el corazón de su hijo era más duro que un diamante.

—Bastián pensé que tenían una tregua ustedes dos.

—Asi es madre pero tregua no significa fin de una guerra, solo nos evitamos por usted.

—Cambiando de tema, por uno más agradable —dijo Aurora  viendo la tensión en el rostro de su hijo—. Me pregunto ¿Cuando pensarás en conocer a alguien?, hay muchas jovencitas dispuestas a conocerte...

—No creo ese tema sea agradable madre —dijo el castaño frunciendo  el entrecejo ante el concepto extraño de temas amenos que tenía su madre.

La reina Aurora tomó la mano de su hijo para detenerlo, la rubia de ojos celestes le regaló una sonrisa al principe —¿Acaso ya hay alguien especial? Cómo tu madre me gustaría verte feliz y formando una familia bastián.

—Madre no es de mi interés conocer a alguien, tampoco estoy enamorado de nadie —respondió el castaño saliendo de la estancia. 

La reina suspiró derrotada, su hijo era un hueso duro de roer y en esta ocasión el tema de buscar pareja y esposa al principe mestizo no le agradó.

—Luena.

—Si mi señora  —respondió la mozuela dando un paso al frente.

—Bastián no va a quedarse sólo, necesito que ese muchacho deje de ser tan obstinado y se decida por una buena chica —sentenció  la reina determinada.

—Señora no creo que el muchacho este de acuerdo, en que usted interfiera.

—No voy a interferir, solo daré una ayuda a mi hijo —dijo la monarca con una risa ladina. 

 

Azrrahen ya estaba recogiendo los frutos de tantos años de laborioso trabajo. Aunque en tanto tiempo la distancia entre él y Lillyanne se hizo abismalmente grande.

—Nuestro último encuentro fue un desastre, si tan solo ella le hubiera dado la oportunidad de explicarle cómo ocurrieron realmente las cosas.

Aunque honestamente aquella situación, aún lo tenía confundido a él mismo.

——♡——
 


Azrrahen ha  avanzó rápido en su recuperación, el castillo de  a poco recuperó su esplendor de hace tiempo atrás, la reina decidió organizar un baile para dar muestra de la recuperación del reino.

Se sintió ofuscado, aún no se adaptaba a su nueva vida como principe, tanta etiqueta, tanto protocolo, reglas que creía eran absurdas y sin sentido y para que negarlo extrañaba su vida en Celestia.

—¿Ocurre algo alteza? —cuestionó una joven de largos cabellos dorados que caía en cascada tras su espalda, de grandes ojos celestes y labios rosas en forma de corazón, era de baja estatura pero hermosa usaba un vestido lavanda de seda, con pedrería y decorados florales en el corset.

—Estoy bien gracias por preocuparse señorita...

—Odette ese es mi nombre —se presentó la muchacha, haciendo una elegante reverencia.

—Mi nombre es...

—Bastián de Howl lo conozco hace mucho  —dijo la jovencita acercándose al barandal del balcón.

—¿Y de dónde me conoce tan hermosa señorita? —empero  el castaño con curiosidad, por más que intentaba no recordaba a aquella muchacha. 

La rubia soltó una risita —no creo que me recuerde alteza, cuando  usted me vio por última vez aún era yo una niña.

—Me gustaría recordar a tan dulce jovencita, pero lamentablemente no la recuerdo —dijo con honestidad el muchacho.

—Mi nombre es Odette Mountbatten, princesa de Alkarya.

—¡Eres la hermana de Damián, la niña...!

La muchacha asintió —si alteza esa soy yo, aunque ya no soy una niña  —dijo la joven princesa acercándose más a Bastián—, si no es por usted quizás  esa mujer también me habría matado.

—Pero tal atrocidad no pasó princesa.

La princesa bajo la mirada, dudaba en si actuar de una vez por todas, o seguir callando sus sentimientos. Optó por seguir lo que su corazón le dictó.

—Alteza tengo algo que decir, llevo mucho ocultando esto que siento y no me importa, si me toma por atrevida —Odette se acercó más al muchacho, se colocó de puntillas y besó a Bastián en la comisura de sus labios.

Abrió sus ojos sorprendido, definitivamente aquello nunca lo vió venir. La muchacha estaba tan colorada como una manzana madura. Para luego salir corriendo de nuevo al salón.

—Felicidades alteza le deseo todo lo mejor usted y a lady Odette, soy testigo de lo mucho que la muchacha lleva queriendo confesar sus sentimientos ante usted alteza —dijo Lillyanne con una sonrisa de boca cerrada.

—Lilly ¿Cuánto llevas aquí? —inquirió el principe, que se acercó a la muchacha.

—El  suficiente, para presenciar la dulce declaración de la princesa Odette.

—Espera Lilly puedo explicarlo...

—No te preocupes, no estoy mal interpretando nada se lo que ví, no te molestes en darme explicaciones principe Bastián —dijo la pelinegra alejándose de ahí.

——♡——
 


Aunque intentó explicar a Lillyanne, ella nunca le creyó, tiempo después dejo de insistir y decidió abocarse a restaurar junto a su madre el reino de Azrrahen.

Tampoco intentó volver a  Alkarya específicamente a la capital; sabía que ahí estaría la princesa Odette, honestamente la muchachita lo confundía pero inconscientemente  no podía evitar dejar de verla como a una niña.

...........

Finalizaba aquella pieza musical, que tanto ne gustaba desde la primera vez que la escuché.

—Gracias Odette, de no ser por ti no habria aprendido a tocar el piano.

—Eres buena alumna Mel —halagó Odette a su hermana política.

—Odette sabes que te conozco ¿Verdad? —sabia que algo tenía la conozco, desde que era una chiquilla, esos ojos eran como hojas que yo podía leer.

—No tengo nada estoy bien —dijo sonriendo.

—Mel tú te has convertido  en mi madre y hermana mayor y siempre te cuento todo.



#2700 en Fantasía
#515 en Magia

En el texto hay: romance, magia, realeza

Editado: 22.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.