El amanecer mostró sus primeros rayos de sol, Aurora entró a una habitación a oscuras, cerró las puertas bajo llave, abrió las cortinas mostrando el alba. Tomó la tetera y sirvió una taza de té, a la cual colocó dos terrones de azúcar.
Destapó el siguiente platillo que emanaba un exquisito aroma, luego de preparar el desayuno en la bandeja, despertó al hombre que dormía pacífico.
—Despierta traje panecillos de miel y ajonjolí.
—Aurora —llamó aquel sujeto con voz adormilada, abriendo un poco sus ojos, que más bien parecieron dos pequeñas rendijas.
—Eriol debes comer un poco, te ha tomado mucho sanar —insistió la reina de ojos azules.
—Ya te pedí que me dejes morir, yo no tengo nada que me ate a este mundo.
—No estoy para tus dramas, te sanaré si, luego tú decides acabar con tu vida, ya no es mi asunto —reprochaba Aurora colocando una bandeja en las piernas de Eriol.
—Eres obstinada mujer —musitó el hombre de cabellera plateada, como reflejo de luna.
—Tú no te quedas atrás —refutaba la monarca soltando una carcajada, sin recato alguno.
—¿Por qué me ayudaste?, ¿aún guardas sentimientos por mi? —empero el albino curioso.
Aurora negó —lo único que yo podría sentir por ti es agradecimiento, por ti no guardo ningún sentimiento más que el remordimiento que tuve cuando era aún una jovencita y estuve contigo sabiendo que ibas a casarte con Rosella.
—Entonces si tanto te lastimé ¿Por qué me ayudas? —volvió a preguntar exasperado.
—Te ayudamos por varias razones, una de ellas es que gracias a ti conocí el amor verdadero después de tantos años pude volver a ver a Bastián mi hijo y la otra razón, es que tú sabes donde se oculta Casandra Mondragón.
—¿Y si no supiera dónde está...?
—Facil —respondió la reina, con una sonrisa en sus labios—, te entregaré al reino de Alkarya, se que allí se te busca por unos cuantos delitos entre ellos traición a la corona.
—Aún si supiera esa mujer nunca está mucho tiempo en el mismo lugar.
—Ella te liberó de Tisha, la magnitud de su poder es desmesurada aunque mal empleado. Es un peligro latente los Mondragón siempre se han jactado de tener magos poderosos en su clan. ¿Por qué exiliaron a semejante prospecto? —empero la reina Aurora buscando una respuestas en Eriol.
—Aurora a Casandra solo la mueve el dinero y el conocimiento, no cobra poco por sus servicios y tampoco acepta cualquier encargo ¿Tú por qué la buscas? —preguntó el albino tomando un poco de té.
Miró a Eriol dubitativa en si contarle, o no contarle.
—Si no quieres decirme nadie te obliga —dijo con desinterés el ex duque.
Lo dicho por Eriol sacó a la reina de sus cavilaciones —escucha tengo un mal presentimiento, hace poco pude sentir una presencia aterradora que me dejó paralizada; algo así solo lo sentí una vez en presencia de Tisha.
—¿Crees que las otras bestias...?
Aurora solo Asintió como respuesta, descartó a Tisha por estar sellado en el libro dorado de Serena y a Ryouyuki porque estaba bajo el dominio de la emperatriz Nubia. Solo quedaban Malachias el león quimera y Centurió el perro del Inframundo mágico.
..........
—Muy bien Lía has progresado mucho, tocas el violín incluso mejor que yo —me emocionaba de sobremanera oírla tocar el violín me transportaba al pasado, cuando vivía en Celestia como una simple tonada, las notas de aquel violín me ponían nostálgica.
—Gracias madre, pero todo es gracias a mí maestra —dijo la princesa tomando las manos de su madre.
—Pero nadie toca mejor que yo —dijo un muchacho castaño, de porte elegante, vestía camisa blanca chaleco azul y pantalones negros junto a unas botas de igual color.
—¡Tío Bastián! —exclamaba la princesa Merliah corriendo a los brazos del muchacho.
Alzó a la muchachita en sus brazos —Lía has crecido mucho, la última vez que te vi eras una miniatura, así de chiquita —musitó Bastián bajando a Merliah al suelo.
—Bastián hermano que alegría verte, de haber llegado días atrás Melibea también te habría visto, pero tenía que volver a sus labores como duquesa.
—Me habría gustado verla bueno, supongo que me haré de tiempo para visitarlos en cuanto pueda. Respondiendo a tu pregunta vine por pedido de tu esposo.
—¿Damián te pidió venir aquí? —me pregunto porque no me habrá comentado, sobre esto—. Bastián y Damián ¿No menciono nada más?
—No y no seas curiosa quizá más adelante te cuente —mencionó el muchacho encogiéndose de hombros.
—Y dime tío ¿Cuánto vas a quedarte? —preguntó Merliah emocionada.
—No lo sé princesa, pero me quedaré lo suficiente para pulir más tu habilidad con el violín, comparada a mi tu madre es una principalmente —comentó el principe Bastián con una sonrisa arrogante, guiñando un ojo a su hermana.
—Egocéntrico —solté rodando los ojos.
—Sabes que soy mejor que tú Hermanita, aceptalo y se feliz —dijo encogiendose de hombros.
—Ire a contarle a Gael que estás aquí, de seguro va a sorprenderse mucho al verte —Merliah salió del salón de música, dejando al par de hermanos solos.
—De verdad no sabes porque Damián te pidió venir ¿O no me lo quieres contar? —aún no creía que de verdad no supiese, porque Damián lo llamó.
—No Melodía, no me lo contó, solo me pidió venir a la brevedad posible y aquí estoy, por cierto ¿Cómo está Gael es extraño no verlo? En Azrrahen era como el hermano menor que no tuve.
—Siento que aún no se adapta del todo, pero de a poco lo ha ido logrando, aunque no le agrada mucho el unirse al ejército.
—Bueno Gael tiene un temperamento muy marcado, aún así él sabía que ese día llegaría.
—Pero se alegrará al verte ¿Cómo está Aurora y nuestros padres? —tenia mucho sin ver a mis padres, los extraño mucho.
—Bien el ducado de Howl es próspero y Aurora cada vez se acerca mas para llevar a Azrrahen a lo que fué en el pasado.
—Esas son excelentes noticias Bastián, de seguro Lilly se alegrará cuando sepa que estás de vuelta... —Guardé silencio al ver la expresión sería de Bastián, pensé que se emocionaría al verla esos dos eran muy unidos creía que al volverse a ver sus sentimientos serían correspondidos.
Editado: 16.11.2024