—Madre, tú alguna vez no te has puesto a pensar en porque yo no tengo nada de poder mágico, yo llevo mucho pensando en eso y no lo entiendo —musitó la princesa.
Lo dicho por Merliah llamó de sobremanera mi atención, si me lo cuestionaba mucho, aunque no me atreví nunca a decirle nada. —No pequeña ¿Por qué lo preguntas? —arguí dejando de cepillar el cabello rojizo de mi Merliah.
—No entiendo, tío Bastián es cuarto demonio y aún así tiene magia de vacío, Gael igual aunque se niegue a aceptar que una parte de él es un demonio, aunque no tiene rasgos como los míos —esbozo la princesa desanimada por su falta de atributo mágico—, mi hermano nació con dos virtudes y yo nada, en mi no hay magia, solo aura demoníaca que no puedo controlar...
—Lía cada quien es diferente, no dejes que te afecte pequeña.
—No me afecta, solo me da curiosidad, pensé que al crecer algún atributo mágico de hada surgiría en mi madre pero no pasó —dijo la niña con un tono monótono, mintió internamente ella fingía que no le importaba, pero la verdad era otra.
—Lía...
—Bueno madre tengo lecciones con la señorita aburrida... Digo Fautec —Merliah salió de la habitación dejando a su madre sola frente al tocador.
Suspire derrotada, aún sentía culpa, el remordimiento no me dejaba a pesar de los años, no debí permitir a Areusa extraer mi magia, aún no entendía como pero Úrsula la hechicera amiga de la familia real, estaba segura que lo que Areusa absorbió aquella noche no era solo mi virtud.
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La mujer de cabellos cenizos y vestido púrpura, tomó a la pequeña bebé de brazos de la reina. —Eres la viva imagen de tu padre, pero con los ojos de tu madre princesa ¿Cómo te llamas? —preguntaba Úrsula haciendo reír a la recién nacida.
—Merliah ese es su nombre —respondí siguiendo a Úrsula—, le llamé porque tiene varias noches sin dormir, solo llora.
—Merliah Mountbatten, tiene nombre de reina —la hechicera volvió su vista a la reina y le regaló una sonrisa.
—Si eso cree, la llamé así por las piedras de Merlitas de la laguna de Celestia.
—Lindo nombre, para una linda niña majestad, la pequeña está bien solo es excesiva su energía demoníaca y no sabe cómo liberarla —Úrsula puso de nuevo a la pequeña en brazos de su madre—. Majestad hay algo que quiero decirle, pero no sé cómo lo va a tomar usted...
—Hable Úrsula por favor no se calle nada —aquel tono de voz me preocupoba un poco.
—No puedo asegurar lo que digo señora, tampoco quiero asustarla, pero a diferencia del pequeño Gael que tiene sangre de demonio y magia de hada, está niña no tiene nada solo una abrumadora aura demoníaca igual a su padre.
—Dice usted que Merliah no tiene atributo mágico, pero es probable que lo desarrolle con el tiempo mi madre me explico que no todas las hadas nacen con su virtud mágica, que esta despierta tiempo después... —Guardé silencio, al ver a Úrsula negar con un movimiento de cabeza.
—Señora es como si la niña fuera un demonio completo, su aura demoníaca es más fuerte que la de un híbrido, o la de un cuarto demonio la niña no tiene ningún rasgo de hada...
—Fue mi culpa, entonces esto lo he causado yo Ursula —miré a mi pequeña ella también me miraba con sus grandes ojos llenos de curiosidad—. Ocurrió cuando Areusa me hizo cederle mi magia ¿Pero como paso?, es decir no entiendo, le cedí mi virtud ¿Entonces porqué tomó la magia de Merliah? —cada vez entendía menos, solo sabía que esto era mi culpa.
—No lo sé majestad tómelo cómo un sacrificio que hizo la pequeña inconscientemente, de haber usted cedido sus virtudes lo más probable es que habria muerto.
—¿Cree usted que pueda volver su atributo? —cuestione esperando que su respuesta fuera afirmativa.
—No lo sé mi reina, nunca mis ojos habían visto a los hijos de un zorro y un hada, tampoco se ha visto que se extraiga magia y menos a un hijo no nacido, eso se hizo seguramente con magia prohibida —dijo Úrsula con honestidad y desconcierto—, pero supongo que siempre hay una primera vez, así que todo es posible y quizás está princesa recupere lo que le fue arrebatado un día.
Las palabras de aquella hechicera, me dejaron una sensación agridulce me sentía tan culpable y tan impotente a la vez. Solo esperaba que Úrsula acertara en sus palabras y en un futuro mi niña vuelva a tener lo que Areusa le quitó.
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Merliah y Gael están por cumplir dieciséis años, Gael se ha fortalecido mucho y tiene un dominio casi perfecto de sus virtudes y oculta muy bien su parte de zorro, por otro lado Merliah no se controla y depende de la réplica de Hirios, en dieciséis años, su magia no ha regresado.
—Majestad llevo rato buscando, la señorita Monet le busca —dijo una mozuela entrando a la habitación, que ya estaba abierta.
—Muchas gracias Liana iré a verla.
—La señorita la espera en el invernadero.
La sierva hizo una reverencia, para retirarse y volver a sus labores.
..........
—¿De verdad piensas irte? —pregunto un muchacho de piel tostada.
—Si Pio me di cuenta que esto no es lo mío —dijo un chico de pelo castaño miel.
—¿Por qué dices eso? Chico tienes talento, además te queremos como a nuestro hermano menor —Pio tomó el hombro del muchacho que se hallaba de espaldas—, Axel hace días estás diferente y no es solo a que ya puedes cambiar de forma, no creas que ya se que eres un lobo grande.
—No es nada no te hagas ideas erróneas —respondió Axel riendo.
—Axel solo te diré que cuando tú vas en busca de la cabra, yo estoy de vuelta con la leche —el soldado de piel bronceada, hizo un movimiento con su dedo y la almohada de la cama del joven cadete floto, debajo de ella salió un guante blanco.
—La dueña de este guante ¿Es el motivo de tu huida? —inquirió Pio tomando la delicada prenda en sus manos.
El castaño abrió sus ojos como platos sorprendido, intentó arrebatar la prenda de manos de su amigo pero este lo impidió. —Dame eso.
Editado: 16.11.2024