Estaba exasperada estar ahí solo era una perdida de tiempo, allí no estaba el fragmento oscuro que Areusa había perdido por culpa de la despistada de Ágata.
—No estoy tan segura, Ágata dejó allí el fragmento —habló Areusa, mediante el cristal rojo de aquel peculiar bastón.
—Mi flor tú misma has dicho que Ágata es una incompetente, quizás ya no recuerda dónde dejo el cristal y dijo lo primero que se le ocurrió, para salir del paso —acotaba Danica poniendo sus ojos en blanco, finalizó la comunicación con Areusa, escuchó pasos ocultó nuevamente el bastión y volvió a una postura normal.
—Buenos días señorita Fautec —saludó Merliah a su mentora.
La mujer caminó hasta quedar frente a la princesa, endureció la mirada. —Alteza ayer me quedé esperando y usted nunca apareció a tomar sus lecciones, la puntualidad es una virtud de la cual usted carece y eso la hace ver menos elegante mi lady.
—Lo siento —volvió a disculparse Merliah—, ayer no me sentí bien y por eso no asistí...
—Señorita la mentira es un rasgo vulgar, carente de elegancia.
—¿Qué quiere decir señorita...? —inquirió Merliah confundida.
—Ayer la busqué para que tomara sus lecciones y no la conseguí en ningún lugar, no quiera verme la cara —espetó molesta la institutriz, por las mentiras de la princesa.
—Señorita yo puedo explicarlo...
—No princesa, no es a mi a quien debe dar explicaciones, es a sus padres, ayer hablé con ellos y me pidieron que les notificara si usted vuelve a faltar a sus lecciones, así que le sugiero y cumpla su parte.
—Si señorita —dijo la princesa cabizbaja.
...........
—Entonces quiere irse —Ariadna me dió una noticia que no esperaba—. No te ha dicho ¿Por qué?
—Dice sentirse ofuscado, siempre se le asigna trabajos dentro del palacio, sin ofender señora pero entrené a Axel para más que estar de guardia en el palacio y yo entiendo la postura del soldado Tudor —comentó Ariadna de parte de su subordinado.
—Entiendo pero si te pedí eso fue por su seguridad, Axel es hijo de una amiga a la que prometí cuidar como a uno de mis hijos Ariadna , no puedo simplemente hacer mi promesa a un lado —dije dejando la taza de té en la mesa de centro.
Clara era importante para mí, su partida antes de tiempo dejo a su pequeño sin su madre, sabía que ni yo ni Azalea llenaríamos ese lugar, pero bno dejaría de proteger a ese muchacho, mi alma seguía siendo gitana y ese crio era parte de mi pueblo gitano.
—No quiero pecar de entrometida Melodía, pero le tengo afecto al chico y si está en peligro de algún modo quiero protegerlo —era astuta, la reina no podía ocultar que aquel chico no era un simple protegido.
Ariadna tenía razón yo debí ponerla al tanto sobre aquella situación. —Tienes razón y disculpa por no haberte puesto al corriente Ariadna. El asunto es confuso te sugiero que tomes asiento —pedí a mi antigua doncella sentirse.
Ariadna obedeció frente a la reina se sentó, dispuesta a escuchar.
—Al parecer el joven Axel es hijo del que alguna vez fue líder del clan Adalwolf, pero este falleció y como el muchacho es su primogénito, el hermano del antiguo líder busca al chico para quitarlo del medio.
—¡¿Adalwolf ha dicho?! —exclamó Ariadna sorprendida por oír aquel nombre.
—¿Los conoces? —pregunté curiosa al ver la reacción de mi antiguo doncella.
—Bueno majestad, provengo del ducado de Bleddyn, es normal que sepa sobre ese clan. Williams y Ezra Adalwolf eran dos hermanos muy disparejos, en absolutamente todo hace poco mi padre me contó que Williams murió pero el clan sabe que Ezra no es la mejor opción para alfa.
—Es lo mismo que Tristán le contó a Melibea, por eso te pedí que no le permitieras salir del palacio a Axel; me preocupa que pueda pasarla algo...
—Majestad aunque entiendo su postura, no la comparto, Axel sabe defenderse y más ahora que ya puede cambiar de forma, paso hace poco —dijo Ariadna recordando aún su forma de lobo—, es poderoso todo un alfa, no le comenté porque con tantas cosas por hacer lo pase por alto —se excusó la pelirroja.
—Si es cierto eso me, dejas sorprendida pensé que su transformación no iba a ser posible, por ser un híbrido.
—Si pero Axel a pesar de ser híbrido tiene mucho poder, tanto que su primera transformación lo dejó algo débil.
—¿Pero estará bien? —pregunté preocupada por lo que Ariadna dijo.
La capitana Rutden Asintió cómo respuesta. —Estará bien, es sólo que nunca ha lidiado con tanto y usted sabe que la energía demoníaca suele salirse de control. Pero lo mejor es soltar un poco la cadena al muchacho, le aseguro que estará bien.
—Esta bien confiaré en ti Ariadna —no estaba del todo segura, pero opté por confiar en ella.
La pelirroja se levantó haciendo una reverencia al rey que acababa de entrar a la estancia.
—Bueno yo me retiro —se despidió la muchacha, dejando al par de monarcas solos.
—¿Tomando el té sin mi? —dijo Damián fingiendo inocencia, con un tono lastimaro forzado.
—Detestas el té —respondí rodando los ojos.
—Pero me gusta su compañía majestad ¿No puedo admirarla mientras toma agua caliente? —comentó el sarcástico rey.
—Muy gracioso, ahora eres el rey bufón.
—Si puede ser, pero solo para mí reina a ella le encantan mis monerias —replicó con una sonrisa pícara—, ya Ariadna te habló de la transformación de tu protegido.
—Si a eso vino espera ¿Ya sabías?
—Si ya lo sabía, lo ví y lo seguí pensando que era un extraño y luego lo ví acercarse a Ariadna —respondió encogiendose de hombros.
—Ya veo —tomé asiento junto a Damián—, sabes pronto nuestros revoltosos cumplirán dieciséis primaveras, crecen tan rápido —recordaba con nostalgia cuando aún Gael y Merliah eran pequeños.
—Habria deseado que se quedarán así pequeños —dijo Damián haciendo gestos con sus manos—, en especial mi pequeña Lía me niego a aceptar, que algún día crecerá y otro se la llevará de mi lado y Gael , bueno pequeño era más obediente.
Editado: 16.11.2024