Reina De Alma Gitana

Décima Sexta Primavera.

El palacio alkaryo hoy estaba muy revuelto, sirvientes iban y venían  por doquier, el motivo el cumpleaños número dieciséis de los príncipes de Alkarya Merliah y Gael.

—Levantate zorro holgazán —dije destapando las cobijas.

—Mel ten misericordia de tu esposo, anoche no durmió nada por evaluar el presupuesto de...

—Hoy es el cumpleaños de Gael y Merliah, Damián hoy es un día de fiesta, así que lávate la cara despierta —hale del brazo a Damián pero este  era como una pesada roca que no podía mover.

—¡Si cielos lo olvidé! —exclamó el monarca pelirrojo abriendo  sus ojos por completo.

—Tengo un montón de cosas que hacer...

—Recuerdo cuando eran pequeños, eran tan adorables, recuerdo que siempre amanecían aquí a pesar de que cada uno tenía su alcoba y aún así venían a dormir con nosotros.

—Claro como olvidar eso.

—Gracias —dijo el rey tomando la mano izquierda de Melodía.

—¿Por qué agradeces? —pregunté confundida.

—Por haberme hecho padre  de dos hermosos hijos, siempre pensé que esto nunca me pasaría a mi, pero tú llegaste y cambiaste todo.

—Majestad hoy estamos muy emotivos —acariciaba la mano que me sujetaba—, pero es tarde y hoy hay muchas cosas que hacer, y mucho que celebrar.

...........

Despertó pues la claridad del amanecer, le molestó en los ojos directamente. Se cubrió el rostro con una almohada.

—¡Feliz cumpleaños para mi hermanito menor! —gritó una emocionada pelirroja, brincando encima de la amplia cama.

—Dejame dormir por favor  —musitó el rubio aún cubriendose con la almohada.y también con sus mantas.

—No seas aburrido Gael es nuestro día especial hermano —dijo una enérgica Merliah esbozando una radiante sonrisa.

—Lía por Astra déjame dormir que gracia tiene celebrar que eres más viejo —respondió Gael hecho un ovillo bajo sus mantas.

—Gael no pareces mi hermano, ¿acaso eres adoptado? —comentó Merliah sentada encima de su hermano.  

—En eso estoy de acuerdo contigo hermana, somos distintos y ahora quítate que a pesar de ser  enana pesas.

—Que grosero eres Gael, aunque seas más alto, yo soy la mayor.

—Por minutos —rodó los ojos aburrido de escuchar por años lo mismo, el joven somnoliento—, déjame dormir si —pedía el rubio con voz adormilada.

—No quiero —soltó haciendo puchero—, es nuestro día especial y tú estás aquí por primera vez en mucho tiempo, no quiero que estés ahí tirado en tu cumpleaños no seas amargado —espetó Merliah cruzando sus brazos.

Gael movió a su hermana, pues la pelirroja, no tenía intenciones de hacerlo. —Quiero que como regalo de cumpleaños, me dejes dormir hermana.

—No seas así —dijo en tono lastimero—, yo quiero pasar este día  con mi hermano favorito.

—Merliah soy tu único hermano —musitó Gael, quitando la almohada de su rostro—.  Ahora dime ¿Qué quieres hacer hoy?

Lo dicho por Gael iluminó el rostro de la princesa, quien de inmediato se abalanzo sobre su hermano en un efusivo abrazo. —¡Eso es te vas a divertir mucho!

Las puertas se abrieron, ambos muchachos, voltearon a ver qué era.

—Gael, Merliah —corri para abrazar a mis dos hijos, aunque ya no eran mis pequeños, yo siempre los veré así.

—Madre tú y Merliah no me dejan respirar  —musitó Gael.

—Lo siento feliz cumpleaños número dieciséis mis niños, hoy será un día de fiesta tendremos una celebración a cielo abierto, en el jardín.

—Si hoy definitivamente será un día especial —la princesa abrazo a su madre emocionada por su fiesta—.  Madre puedo usar tu guardapelo ¿Si? Anda prometo cuidarlo.

—Te  tengo algo mejor princesa.

—¿Qué es? —inquirió Merliah curiosa.

—Ve a tu habitación allí te espera algo muy, pero que muy especial.

La princesa salió de la habitación de su hermano, apresurada  a ver qué sorpresa, la esperaba en su alcoba.

Tome asiento junto a Gael, en cuanto Lía salió él se volvió a cubrir de pies a cabeza con sus mantas.

—Te volviste a pasar toda la noche en vela leyendo ¿Verdad? —pregunté por mera cortesía, pues ya la respuesta la sabía.

—Si ya me conoces. —Dijo bajó las mantas el principe somnoliento.

—Si sabes también tengo un obsequio para tí ¿Quieres verlo? —preguntaba al menor de mis mellizos. El carácter de Gael y Merliah era como la noche y el día.

—Mas tarde si, ahora quiero dormir —respondió el principe sin entusiasmo.

—Esta bien, dejaré tu libro aquí y me iré...

—¿Qué libro? —empero el rubio levantándose de la cama.

—Son las memorias del emperador Alexander, hay muchas cosas interesantes —entregué el libro de aspecto antiguo y cubierta azul oscuro.

—Madre ¿Cómo obtuviste algo así? —cuestionó Gael emocionado—, el emperador Alexander es un nombre muy importante en el mundo de la magia, en vida fue un magnífico mago además  fue muy poderoso  —agregó Gael sin quitar sus ojos de las páginas de aquel libro.

—Fue un regalo de la antigua emperatriz de Altamyr, Nubia esposa del fallecido emperador Alexander. Ella dijo que me sería muy útil y no mintió —aquel libro me ayudó mucho a orientarme y a conocer mucho más sobre mi magia, de no ser por aquel libro aún seguiría sin conocer muchas cosas.

—Madre es tuyo, no deberías regalar algo tan importante.

Detuve la acción de Gael al querer intentar, devolverme el libro. —No ahora te pertenece, de seguro Alexander así lo habría querido, cuando Nubia me obsequió ese libro me lo entregó con una nota que decía que el conocimiento no se regala, se expande al compartirlo y así como me ayudó a mi también lo hará contigo hijo mio.

—Gracias —susurró el principe con el libro del n manos.

Me acerqué lentamente a mi hijo tomando sus mejillas con ambas manos, Gael ya no era un niño alzaba mi mi rostro besando su frente agradecida por verlo crecer. —Feliz cumpleaños principe.

..........

Entró a su habitación ansiosa por saber, que encontraría allí.

Su boca se abrió de la impresión, frente a ella, se mostraba un hermoso vestido de color rosa pastel  que dejaba los hombros al descubierto.



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En el texto hay: romance, magia, realeza

Editado: 22.04.2024

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