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Frente a mi estaba un pentagrama, con la media luna a un lado y del otro lado el sol. Lo que me aterrorizó fue ver a mis dos hijas tiradas en medio de aquel extraño altar.
— No — llevé mis manos al rostro lo que mis ojos veían me detuvo el corazón—, están bien tienen que estar bien —me acerqué buscando que me dijera que despertarán, pero nada pasó.
— No luches y mucho menos te engañes majestad, vuestras hijas yacen muertas luego de su sacrificio, te lo agradezco mucho —dijo aquella voz con fingida solemnidad disfrazada, tratando de ocultar su burla.
— ¡No! —no, no podían estar muertas eran mis pequeñas—, maldita seas Areusa, eres peor que las personas que te pudieron hacer daño, mataste a dos nilas inocentes —de rodillas y con mis hijas en mi regazo lloraba en silencio, mi mente caía en un abismo donde mis alas ya no servirían de nada.
—En serio ¿Crees que me importa? —dijo acercándose a la pelinegra arrodillada—, no me interesa la indulgencia de nadie.
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—¡No! —aquel sueño era tan realista, me abracé a una manta de Clover, las lágrimas salían burlando mi visión. Areusa tenía varias noches torturandome con pesadillas tan realistas sobre mis hijas muertas que ya no quería ni dormir.
—Mel —llamó Damián poniendo su mano en el hombro de la morena, se acercó más para abrazarla ya si siquiera durmiendo su esposa tenía paz, sabía que Areusa tenía algo que ver en esto—. Recuerda todo es mentira vida mía, solo busco lastimarte ¿Lo sabés verdad?
—Es tan real Damián...
—Si lo sé, creeme que lo sé pero no permitamos que doblegue nuestra voluntad, Merliah y Clover estarán bien —ya me estaba arrepintiendo de no haberla matado cuando tuve la oportunidad, la maldita estaba jugando con fuego y la paciencia tenía límites.
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—Tiene que estar demente para tener esa idea tan...
—Lady Rosella ver a Melodía llorar en cada rincón y tener pesadillas todas las noches me está matando, son mis hijas las que están cautivas por mi hermana desquiciada y resentida —habló el rey algo exaltado, por la negativa de su suegra a su petición.
—Espera ¿Has dicho pesadillas? Areusa ocasiona las pesadillas ¿Verdad? —inquirió la duquesa Rosella al rey.
—Si es lo que Melodía dice —respondió Damián—. ¿Hay alguna manera de parar con tantas pesadillas? Mel no ha dormido en noches.
—Oh si desde luego Melibea y yo nos encargaremos de que descanse un poco, también buscaremos bloquear esas pesadillas, respecto a lo otro Damián soy como una madre para tí y creeme hijo lo que me pides es muy peligroso Aurora te diría lo mismo volver a ser el recipiente de Tisha no ayudará —Rosella se levantó de su asiento con intención de irse, no sin antes decirle a Damián una última cosa—, olvida esa idea Damián, Tisha no solucionará las cosas —luego de esa advertencia Rosella se retiró del despacho del rey.
—Quizás sea una idea absurda, pero no puedo descartarla —pensó el rey estrujando su rostro, la situación no era fácil la preocupación por sus hijas, la tensión por Areusa y ahora Melodía y su decaimiento.
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Llegó a la biblioteca allí encontró a su hija Melibea, junto a Mía su nieta.
—Madre pensé estarías cuidando a Melodía, ¿ocurre algo? Estás pálida como hoja de papel —habló preocupada por su hermana Melodía que en este momento no estaba bien.
Rosella negó ante el comentario de la menor de sus hijas —Mía querida por favor podrías dejarnos a tu madre y a mi a solas cariño —ordenó la duquesa de Howl con amabilidad, a su nieta.
La muchacha se levantó de su asiento, tomando un par de libros de tamaño promedio —si abuela Rosi.
—Gracias cariño solo será un momento —Rosella acarició la mejilla de su nieta y la menor le respondió con una sonrisa para luego retirarse y dar el espacio que la duquesa solicitó.
Una vez se retiró Mía Rosella tomó asiento frente a su hija.
—Ahora que no está Mía dime madre...
—Hablé con el rey Damián y me contó que Melodía cada noche es atormentada por pesadillas, despierta aterrada y...
—Y Areusa está metida en esto ¿No es así? —cuestionó Melibea, casi segura de la respuesta que su madre daría.
—Si Damián no está seguro pero Mel la nombra dormida —mencionó Rosella preocupada por su hija—, Melibea es mujer no se mide...
Se levantó molesta siempre se caracterizó por ser una persona afable y siempre creyó que la violencia era la última opción pero Areusa la enfurecía, pensar en el sufrimiento que ha provocado a los suyos la llenaba de rabia. Se dió la vuelta hacía su madre —esa perra solo quiere atormentar a mi hermana —dijo molesta arrastrando las palabras—, evita que Melodía se concentre y pueda rastrearla, pero mi hermana no está sola, mis sobrinas tampoco. Podemos conseguir la estela onírica que deja para moverse y ocasionar esas pesadillas.
—No se mucho de magia de oscuridad Melibea, pero Areusa no debe actuar solo por impulso, ha de estar preparada, entrar en los sueños deja rastro y ella lo sabe.
—Tienes razón pero no es la única que puede jugar con la oscuridad —musitó la duquesa de Bleddyn seria.
—Mel no puede lidiar con Areusa en ese estado, está vulnerable dudo que pueda hacer hechizos con éxito para expulsarla de sus sueños y la luz no permite tener un buen manejo podrías eliminar todo rastro de pesadillas y eso incluiría el rastro onírico de dónde vinieron estás.
Suspiró cansada pues su madre tenía la razón, la luz era efectiva para expulsar a la demente de Areusa de los sueños de su hermana Melodía, pero lo ideal era dejar intacta la estela onírica para dar con la maldita bruja —Mía puede hacerlo madre.
Lo dicho por Melibea sorprendió a Rosella, pues la duquesa de Howl creía que su nieta, solo tenía como atributo mágico, el elemento del viento.
Vió la cara de asombro de su madre, pues ella no contó nunca que su hija adquirió la virtud de las sombras —pasó hace un par de años pero Mía me pidió no comentario.
Editado: 27.10.2024