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No quería moverse, se sentía muy bien allí donde estaba, ahí en esa colina todo era perfecto. La brisa soplaba sus dorados cabellos, provocando cosquillas en el proceso.
— No me movere de este lugar es tan tranquilo, aquí no hay dolor — habló el principe rechazando el llamado de aquellas voces que cada vez se escuchaban más lejanas.
— ¿Qué haces aquí tan solo jovencito? — cuestionó una mujer de figura etérea acompañada de una dulce voz, que transmitía tranquilidad —. Creo que es a tí a quien llaman muchacho, deberías ir y responder.
— Aqui estoy bien, no quiero irme... — Gael guardó silencio, al ver quién era esa persona que estaba a su lado hablándole—. ¿Usted es...?
— Soy tu abuelita Marion principe Gael — terminó ella las palabras del muchacho, en sus labios dibujó una sonrisa seguidamente tomó asiento en aquella colina junto a su nieto—. Te he observado desde que naciste eras tan adorable aunque tus cabellos eran más oscuros, a medida que creciste se fueron haciendo más rubios, aunque esos ojitos de aguamarina siempre fueron los mismos, igual de hermosos.
— ¿Estoy muerto? —cuestionó el principe, sorprendido por la mujer a su lado, si ella estaba allí eso significaba que él había muerto.
— No Gael tú estás vivo mi niño, pero si no acudes a ese llamado morirás — dijo Marion tratando de hacer reaccionar al muchacho, de regresar al mundo de los vivos — aún eres joven Gael tienes muchas cosas por vivir.
— Arrancaron mis alas...
— Pero no arrancaron tu corazón, tampoco arrancaron el amor de tus seres queridos, tu familia esta implorando a los dioses porque despiertes y esa muchacha también está sufriendo por tí.
— Escucha a tu abuela Marion Gael aún tienes pendientes, además un par de alas no te definen muchacho ve y sigue adelante.
El rey Darius tomó la mano de su nieto para ayudarle a ponerse de pie — eso es principe Gael arriba y adelante.
— Corre Gael — animó Marion abrazando a su nieto —, dile a Damián que lo ocurrido nunca fue su culpa, que no cargue pesos que que no le pertenecen — susurró la reina al oído de su nieto.
Él no comprendió aquellas palabras, pero aún así le daría el mensaje a su padre cuando lo viera, deshizo el abrazo para salir de aquel limbo donde estaba.
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Sus ojos se sentían pesados, pero eso no era lo peor, lo realmente doloroso era el insoportable dolor en su espalda oía el llanto femenino de varias mujeres y eso era una tortura para sus oídos.
— A-agua — fue lo único que sus labios le permitieron articular.
— ¡Gael! — al escuchar la voz de mi hijo, sentí mi alma volver al cuerpo, tomé un poco de agua y comencé a darle de beber, las lágrimas de felicidad salían a borbotones—, gracias al cielo estás aquí creí que que te perdería.
— Madre — musitó el muchacho en apenas un hilo de voz.
— No, no hables cielo descansa te hirieron — pedí acariciando el rostro de mi hijo, ver sus ojos abiertos era algo que devolvía mi aliento —, vas a estar bien Gael no te preocupes si...
— Mi-mis alas — habló el muchacho intentó levantarse, pero no pudo, solo logró lastimarse gritó ahogado en su propio dolor —, mis alas madre — musitó el muchacho con sus ojos llenos de lágrimas.
— Hijo estás vivo es lo que importa...
— Madre perdí mis alas, sin mis alas no podré...
— No mi niño no pienses en eso ya luego buscaremos como sanarte si.
— Quiero estar solo por favor salgan.
— Pero tus heridas Gael, mi madre y Melibea tratan de parar la hemorragia, el aftrion negro...
— Se lo que significa madre y no me importa, por favor déjenme sólo.
Miré a mi madre y a Melibea ellas asintieron, luego salieron de la habitación. Por último salí yo, no sin antes besar su frente.
.........
Al salir de la habitación había un grupo de persona esperando saber del estado de Gael, fui directo con Ariadna quería un reporte sobre la situación actual del reino, con la ausencia de Damián el líder del consejo intento tomar Alkarya a la fuerza dejando como resultado de aquel enfrentamiento a Gael con graves heridas —quiero un reporte completo acerca de la situación.
— La mayoría escapo mi señora, detuvimos solo a siete implicados incluyendo a Magnus De Luvock, que por más que lo he presionada se niega a confesar, Eriol Mountbatten está nuevamente en una celda majestad...
— Liberalo y tráelo ante mi — ordené, Ariadna me miraba no convencida pero la decisión ya estaba tomada.
— Pero majestad es un delincuente peligroso —refutó Ariadna incrédula ante la petición de la reina.
— Ella tiene razones Melodía — habló Rosella acercándose a su hija, en cuanto escuchó lo que había dicho —. Hija mía ¿Estás consciente de lo que estás por hacer? —cuestiono la duquesa de Howl tratando de hacer a Melodía cambiar de opinión acerca de liberar a Eriol.
— Madre gracias a Eriol Mountbatten mi hijo está vivo sea cómo sea, lo salvó y yo se pagar mis deudas, además no lo voy a liberar del todo — sabia que quería escapar valiéndose de los disturbios en el palacio, pero no tenía obligación de salvar a Gael y aún así lo hizo — madre tú y Melibea traten de mantener el hechizo de sanación a distancia esa hemorragia me tiene preocupada pero Gael se niega a ser atendido...
— Mel entiende está aturdido, no está pensando con claridad, sabes lo importante que son las alas para un hada — dijo la duquesa de Bleddyn acercando a su madre y hermana.
Tenía miedo a preguntar y confirmar lo que Gael había dicho, que su magia no volvería, pero aún así debía saberlo — madre dime algo y por favor se honesta...
— Hija lamento no darte la respuesta que esperas oír, pero no sé que decirte, además los cortes fueron hechos con aftrion negro y tú misma ves que por más que Melibea y yo intentamos no paran de sangrar sus heridas.
— Debe de haber alguna forma madre.
— Mel haremos lo que podamos, pero ahora la prioridad es parar el sangrado...
Editado: 27.10.2024