Ver a Axel caer por defenderla y a su pequeña hermana entregando todo, la hizo sentir culpable, la contra de su flor, como ella le decía.
— No te rindas princesa —animó Danica con su voz apenas audible—, se que tienes un pmirada de Merliah se posó en Danica, recordó que la castaña le ayudó a superarse como princesa, aunado a que trató de ayudar a su hermana y a ella misma, para que Areusa no las lastimara aún enoder oculto pero ya está despertando.
Intentó liberar a su antigua institutriz, pero Dumah la enorme serpiente que rodeaba a la castaña, no sé inmutaba a ningún ataque.
— Niña estúpida soy un demonio muy poderoso, no caeré tan fácil ante tus ataques de hada incompleta — replicó el irrisorio reptil de ojos carmesí —, eres débil y caprichosa, indecisa, envidiosa y egoísta...
— No lo escuches, tampoco lo mires a la cara —advirtió Ágata toda maltrecha y con sus heridas aún sangrando —, esa serpiente juega con tu mente y manipula tus emociones.
Areusa aprovechó la distracción de la incauta pelirroja, bajo al altar y tomó el cristal de las manos de la niña que yacía inconsciente — Dumah mi único y leal siervo, tráeme a la pelirroja, será el banquete para nuestros invitados. — ordenó el hada oscura admirando el cristal en sus manos, el eclipse ya estaba en su punto el momento había llegado.
Ágata intentó ayudar a la muchacha, pero sus heridas la habían debilitado, estar de pie era una lucha — pequeño cuervo no eres tú mi oponente, así que no interfieras — advirtió la serpiente que con una imperceptible rapidez se enroscó en Merliah.
— ¡Quitate de mi maldita lombriz súper desarrollada! — exclamó Merliah tratando de liberarse de la enorme serpiente que cada vez la tomaba con más fuerza, intentaba usar su magia pero era inútil.
— Es inútil querer liberarse mientras yo tenga contacto contigo, toda tu magia, o aura demoníaca serán bloquedas, por mi habilidad de escudo —Dumah subió al altar de piedra junto a su señora—, Aquí está la niña mi señora.
— Muchas gracias querido compañero, ahora quédate aquí y acompáñame a recibir a nuestros invitados — Areusa alzó a sus brazos, con el cristal en sus manos, en dirección al eclipse — Zefiro gran dios de las sombras y la muerte, que permitas nuevamente, a esta portadora y sierva tuya abrir las puertas de tu reino — areusa sintió la tierra removerse bajo sus pies, esbozó una sonrisa en sus labios, sus planes daban resultados.
— que el gran dios Zefiro ha aceptado su petición Areusa — comentó Dumah también sintiendo el temblor.
— Yo también lo creo querido amigo — Areusa volvió a sacar la daga de plata con la que había herido al lobo —, muy bien ahora es tu turno.
— ¿Mi turno de qué...? — la muchacha no terminó de hablar, pues Areusa le hirió en su hombro haciéndole dar un grito de dolor.
Llenó el cristal aural con un poco de la sangre derramada por Merliah —Malachias amo de de las montañas y Centurió señor de la tierra, les ordeno despertar de su letargo y ofresco ante ustedes, la sangre de la hija impura del zorro que los traicionó...
Un certero rayo de luz impactó contra Areusa, enviándole muy lejos del altar.
Al ver a Clover tendida en el suelo, y a Merliah, sujeta por aquella serpiente, no dudé en atacar, sabía que debía actuar con cautela pero ver a mis hijas allí sentí mi corazón detenerse, bajé al suelo tomando a Clover en mis brazos, estaba fría apenas y tenía pulso, ya no sentía su aura — Lía dime que no lo hizo, dime que está bien por favor... — no recibir respuesta de Merliah confirmo, que lo que tanto temía ya había pasado.
— Lo siento madre yo... — el llanto no le permitió articular palabra, no era capaz de mirar a su madre a la cara, no quería escuchar lo que tanto temía, si Clover moría sería su culpa.
Areusa se levantó con dificultad no esperaba a Melodía allí, eso solo significaba una cosa su barrera se había roto. Se sacudió el polvo de su vestido, reía con cinismo, subiendo al altar donde ahora Melodía lloraba sosteniendo a su pequeña hija.
— ¿Vive? — cuestionó con tono inocente.
— No se porque Odette y Damián han intentado buscar algo bueno en tu corazón, cuando la verdad es que no hay nada que rescatar en tí — sentia la vida de mi pequeña escaparse entre mis manos.
— No se cada quien ve lo que quiere ver, quizás son muy ingenuos — mencionó la pelinegra con simpleza—, pero no te sientas mal, tu pequeña hija fue un provechoso sacrificio.
Tales palabras encendieron la creciendo irá que sentía por esa mujer, cómo alguien podía actuar con tanta crueldad con tanta simpleza, definitivamente esa mujer era un monstruo uno que no se detenía por nada. Puse a la pequeña en el suelo con delicadeza, no toleraría una treta más.
Al ver la intención de Melodía en atacar alzó el vuelo, con rapidez la pelinegra evadió las esferas de luz que arrojaba Melodía sin intención de parar, hasta no asestar en sus ataques.
Areusa aturdida y con sus ojos encendidos en furia, lanzó un ataque a la pequeña que yacía inmóvil en aquel pentagrama, logrando que con ello, sorprendentemente el cristal en su mano, se fisurase un poco. Eso era malo era como si ahora el cristal estuviese conectado a la niña, no era momento para perderlo en encuentros absurdos debía encontrar a las dos bestias antes de que algo más le ocurriese al cristal y arruinara sus planes; envolvió a Merliah y Dumah en una esfera umbría dispuesta a irse.
— En otro momento seguiremos resolviendo nuestras diferencias, por ahora tengo otros asuntos que atender.
Areusa desapareció ante mis ojos, llevando a Merliah con ella, acudí con premura ante Clover, aún su pulso era lento, pero podía escuchar nuevamente el latido de su corazón, cuando creí que volvería a tener a mis dos hijas a mi lado Areusa nuevamente las arrebata de mi lado.
— Mel debiste esperarme — dijo Melibea bajando con su hermana gemela, en cuanto vió a su sobrina inconsciente en brazos de Melodía se arrodilló para atender a la pequeña princesa —. Melodía ¿Qué le ocurrió? — empero Melibea preocupada usando su magia de sanación en Clover. En cuanto no detectó ningún tipo de magia en la pequeña, se preocupó aún más.
Editado: 27.10.2024