Eileen
—Pequeña — mi padre entró a la habitación y llego al pie de la cama— ¿Qué pasa?
Me siento en la cama y abrazo mis piernas.
—¿Por qué preguntas eso? — él se sienta en la orilla de la cama.
—Cuando llegaste a casa te vi muy triste.
—Estoy bien — mi padre se acerca y toca los dedos de mis pies.
—Confía en mi hija — fruncí el ceño y me pregunto si se tomará bien el saber que yo no amo a Dimitri como a un hombre.
—Yo... — suspiró y recuerdo que mi padre estuvo en la misma situación que yo, tía Inés estuvo enamorada de él pero no le correspondía —Estoy enamorada.
Mi padre asintió.
—¿Pero? — me acercó más a papá y sujetó su mano.
—No es de Dimitri — mi padre se queda en silencio por un momento, siento la presión de su mano en la mía.
— ¿Desde cuándo has dejado de quererlo? — niego.
—Nunca lo he amado papá, para mi él es un hermano, un amigo.
— ¿Nunca? ¿Por qué no lo has dicho? — mi padre se pone de pie y pone sus manos en su cintura.
—Por qué ustedes están tan felices por nuestra unión pero nadie se ha detenido a preguntarme si estoy de acuerdo. Desde niña he escuchado que mi esposo será Dimitri, han planeado la boda desde que yo recuerdo. Mamá ha comprado un cerro de revistas de vestidos de novia por que le hace ilusión mi boda con él — hasta este momento he dejado que rueden las lágrimas.
—Oh, mi pequeña — levantó la mirada y mamá está en la puerta con las manos en su boca, corre hacia mi y soy abrazada por mis padres.
Dejó salir las lágrimas mientras papá y mamá me susurran palabras de cariño.
Cuando el llanto está cesando se que ha llegado el momento de la verdad, confesarles quién es el dueño de mi corazón por la tranquilidad de mis padres.
—¿Quién es él? — mi padre tiene una cara de terror, supongo se imagina miles de prospectos para yerno pero no se le ocurre Apollo.
—Él es... — sale otra lágrima solitaria — ... Es Apollo.
Mis padres se quedaron en silencio, luego ambos se miraron a los ojos.
—¿Mi sobrino? — mamá estaba preocupada.
—Si — bajo la mirada pero decido que no callare más — Estoy enamorada de Apollo desde que soy una niña.
Mamá se pone de pie y me da la espalda.
— Apollo es un joven que no sabe lo que quiere amor, no quiero que sufras Eileen.
—Madre, ya lo hago, sufro al escuchar a tía Inés hablar de la boda con Dimitri. Él no me dice nada pero estoy segura que él da por sentado que seré su esposa. No puedo hacerle daño y tampoco deseo casarme sin amarlo, Dimitri es un maravilloso hombre y merece ser feliz.
Papá estaba en silencio pero luego se acercó y besó mi mejilla.
—Habla con Dimitri, creo él merece saber la verdad. Pienso que quizás no sabes lo que sientes por él por que siempre han estado juntos.
—Tú siempre estuviste junto a tía Inés y tus sentimientos jamás cambiaron hacia ella, te enamoraste de mamá.
Papá asintió y sonrió.
—Tienes razón hija, Effie creo que debemos respetar los sentimientos de nuestra hija — el rostro de mamá era de tristeza.
— Matías sólo quiero que mi hija no sufra.
Papá se acercó a mamá y pasó su brazo por sus hombros.
—Tristemente no podemos evitar que nuestros hijos sufran.
—Por favor papá y mamá, no le mencionen esto a Ares.
— ¿Por qué no quieres que tú hermano lo sepa?
— Ares es amigo de Apollo, es mejor que no lo sepa.
—Tú hermano no te delataría hija —enarcó una ceja ante las palabras de papá, obviamente no recordaba quién era su hijo, alguien insoportablemente celoso y era capaz de liarse a golpes con Apollo.
—Creo que Eileen tiene razón, Matías, es mejor que nuestro hijo no sepa nada.
— ¿Cuándo hablaras con Dimitri?
— Creo lo haré mañana, después del trabajo.
Mis padres asintieron, depositaron un beso en mi mejilla y se marcharon de la habitación.
Dimitri
— ¿Cómo te fue? — Apollo sonrió.
— Es una chica encantadora —cruzó una pierna y me miró fijamente — ¿Tú no le tienes miedo al matrimonio?
Sonreí y negué.
—No, quizás es por que toda la vida he escuchado que me casaré con Eileen.
Apollo se encogió de hombros.
—Quizás es eso pero anoche miraba a Katerina, y no podía imaginarla como la madre de mis hijos, no sé si me explicó.
—La estás conociendo Apollo.
—Creo sonaré algo cursi, pero anoche me puse a recordar la historia que contaba papá, que conoció a mamá y la amo desde ese día.
Solté una carcajada provocando que Apollo me mirará molestó.
—Increíble, el gran Apollo Costas pensando en el amor, creo que si me lo hubieran contado jamás lo hubiera creído. Tú sólo piensas en sexo.
— ¿Y tú no? Bueno tienes una relación de años con Eileen creo que no necesitas buscar en otro sitio.
—Creo esa plática esta de más,pero te aclarare que la he respetado. Quizás soy cursi, chapado a la antigua no sé pero llegará virgen al lecho nupcial.
Apollo sonrió con burla mientras se ponía de pie.
—Quizás es mas bien que no la deseas, puede que tu corazón la ame o tú mente por que así te programaron desde niño pero tu cuerpo no.
—No sabes lo que dices Apollo.
— Existe algo llamado química y eso mi querido amigo no se inventa, creo deberías analizar tus sentimientos detalladamente y así darte cuenta si en verdad la amas.
Es mi humilde opinión.
Salió de la oficina dejándome molestó ante sus palabras pero no podía negar que no sabia si entre Eileen y yo había química, no nos habíamos besado, el único beso que nos habíamos dado había sido uno casto y cuando teníamos 15 años, por insistencia de un grupo de amigos.
Me puse de pie y me acerqué al ventanal de cristal, podía ver la recepción desde ahí, la gente que entraba y salía de la naviera y fue ahí cuando vi entrar a una chica... alguien que no había visto nunca. Estaba hablando con la recepcionista y esta tomó la extensión para llamar, espere para ver si era mi teléfono el que sonaba pero no fue así, la recepcionista asintió y puso el teléfono en su lugar.