D O S

JESSICA.

“La realidad supera la ficción”

¿Han escuchado esa frase? Yo la leí hace unas semanas atrás, no entendía la referencia en absoluto. Pero al ver la escena que hay ante mi, lo entiendo completamente.

– ¿Qué es eso? – mi mente va a mil ¿Que es eso? Una especie de perro gigante, como de unos 7 metros de altura. A esta distancia es difícil saber que tan alto es. Su pelo... no, no es pelo, son como plumas ¿Qué diablos es eso? Me muevo para bajar, necesito saber que es.

Bajo primero mi pierna afectada, esta al hacer contacto con la madera del suelo no me duele. Presiono mas mi pierna pero no siento ningún dolor en el tobillo, es como si no tuviera ninguna lesión en el. Muevo mi otra pierna, me suelto del respaldar de la escalera y puedo mantenerme de pie por mi misma.

Es como si mi lesión se fuera curada como por arte de magia.

Digo para mí misma. Repito el mismo movimiento de hace unos momentos, este lo hago sin sentir ninguna molestia. ¿Realmente se me ha curado el tobillo? No siento molestia al afincar mi pie, no ciento dolores.

Bajo las escaleras corriendo. Al llegar a la planta baja no veo a nadie ¿Todos se han ido? La puerta del autobús ligeramente esta abierta, me acerco a ella y la abro completamente, al hacerlo una ráfaga de viento caliente acaricia mi cara y las partes de mi piel expuesta, el mismo olor de hace un momento se percibe en el aire.

Miro a todas las direcciones, para ver si encuentro alguno de los Ferris, ninguno está en mi campo de visión. Salgo de la casa movible, mis pasos son lentos, como si al cualquier movimiento brusco me fuera atacar esa cosa. La tierra debajo de mis pies se siente caliente y puedo sentir pequeños golpes en ella, como si algo estuviera bajo tierra revolcándose.

Me paro en seco, alguien viene, a mí…derecha. Giro mi cuerpo en esa dirección y no veo nada, solo hay árboles, esta todo oscuro. Pero alguien viene, es como si lo sintiera de alguna manera, una parte de mi cuerpo lo dice, mi cerebro me dice eso. Sin darme cuenta ya estaba caminando en esa dirección ¿Qué estoy haciendo? Mi cuerpo se mueve solo, como por reflejo ¿Esto es normal? No, claro que no, lo que vi hace unos minutos atrás no es normal, no para mí.

Distingo algo moviéndose dentro de los árboles, como alguien corriendo.

– ¡Ayuda! – esa voz se escucha desde los árboles – ¡Alguien que me ayude! – la misma voz. Suena como si realmente estuviera en apuros.

Empiezo a dar pasos largos, de hecho, empiezo a correr en la dirección del sonido ¡Esto es increíble! No me duele el tobillo, de hecho, no me duele nada. Es como si jamás tuve estas heridas. El aire caliente golpea mi cara y a pesar, de que este no huele muy bien, es agradable. Mis piernas se mueven rápido encima de la tierra caliente.

– ¡Ayuda, por favor! – vuelven a llamar.

Ya llego, ya voy a llegar, tan solo esperen un poco. Me paro y miro en todas las direcciones ¿En donde esta? Mi pecho sube y baja, mi corazón late rápido, pero…no estoy cansada, como si ya hubiera hecho esto cientos de veces.

– Por aquí. – dice una voz a mis espaldas. Me giro y me encuentro con una chica morena, cabello que le llega más arriba de los hombros, ojos marrones, su ropa esta toda sucia. – Necesito ayuda – asiento.

– ¿Por donde? – pregunto.

– Sígueme. – pasamos por unos cuantos árboles, empezamos a subir por un pequeño risco – Aquí ya está la ayuda Toni – la chica se adelante. Al llegar donde ella esta, puedo ver a un chico tendido en la tierra. Tiene los ojos cerrados, su ropa esta toda sucia como la de la chica; la única excepción es que tiene un gran parche de sangre en el pecho.

– ¿Qué paso? – me agacho para estar a su lado.

– Estábamos hablando, de pronto empezaron a sonar las alarmas y todo se complico. – habla rápido – Yo solo quería una cita… yo solo quería…

– Cálmate, – tomo sus hombros para que me mire directamente – respira lento. Todo va a estar bien, tan solo tenemos que moverlo de aquí, no es seguro.

– Si…si. – su voz sale entrecortada – Vamos a ayudarlo.

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Traje al chico y la chica, a la casa movible, no tenia un lugar seguro a donde llevarlos, mas que este. No es que sea una fortaleza, pero esta lo suficientemente apartado del punto de combate... ¿Dije combate? ¿Desde cuando hablo así? No tengo tiempo para razonamientos estúpidos, sobre mis pensamientos y tampoco con respeto a como actúa mi cuerpo ante la situación.

– Mira, – le digo a la chica – tengo que buscar ayuda, no se como atenderlo, no tengo experiencia en ese campo. – miro a Toni, que hasta ahora no ha parado de quejarse por el dolor – Conozco a alguien que puede ayudarlo, pero tengo que buscar a esa persona, no puede estar muy lejos de aquí. – tomo el trapo que esta al lado lavamanos y se lo entrego a la chica – Presiona la herida con eso, así evitara que no pierda más sangre que la que debe.

– Está bien – asiente mientras hace lo que le pedí – Tranquilo Toni, ya te van a ayudar.

El chico solo mantiene los ojos cerrados. Su cara esta toda sucia y llena de sudor. No solo tiene una herida en línea recta, que le transcurre por el pecho, también tiene una en su pierna derecha una cortada y en su mano derecha también tiene otra.