D O C E

CONNOR.

— No creo que sea conveniente que esa chica esté en el orfanato. – me cruzo de brazos esperando una respuesta bastante decente de su parte.

— Nos salvó la vida. Ese es suficiente motivo para que esté aquí. – Lee se pone a la defensiva, en cambio Liss solo evade mi mirada.

— Con más razón no debería de estar aquí. Ella derrotó a varios de Bort Mord y piensan que se quedará así. Va hacer fuego cruzado y nosotros vamos a estar en el medio. – la hermana Sara suspira, tal vez pensando que mis palabras son ciertas – Es imprudente que este...

— Disculpe. – todos en la sala se sorprende de la repentina voz. Yo solo me mantengo inmóvil en mi sitio – Sería grosero de mi parte irme sin avisar.

— ¿Te vas? – Liss pregunta un tanto decepcionada. Giro mi cuerpo a verla y sus ojos solo los tiene en mi. La chica asiente sin omitir palabra alguna.

— Espero que la comida haya sido suficiente para alimentarte bien. – mi desconfianza no lo oculto y parece que a la chica no le molesta en lo absoluto; no refleja sentimiento alguno en su rostro. – Espero también que no vuelvas.

— ¡Connor! – la hermana Sara intenta reprenderme, pero se porque lo digo. – No deberías de tratar así a la gente, es de mala educación.

— No se preocupe, señorita. Cómo ya dije antes, vine solo a despedirme y también agradecer por la cena, estaba muy rica por cierto. Gracias por su hospitalidad y disculpe las molestias de mi presencia – la chica inclina la mitad de su cuerpo, como lo hace Lee cuando agradece. Bee Lee sonríe porque lo halaga al hacer eso – Muchísimas gracias.

Con eso endereza su cuerpo y no espera ninguna contestación de nuestra parte, ya que no salimos de su grado de cortesía y buenos modales.

¿De dónde salió esta chica?

Vemos cómo sale de la sala sin hacer ningún tipo de ruido y eso me resulta bastante espeluznante. ¿Así es como se acerca a la gente para que no la noten? Es bastante hábil para hacer eso y sin mencionar que su presencia es nula. Para tener una personalidad llamativa, no se siente cuando estás con ella en el mismo sitio. ¿Cómo hace eso?

— Se fue por su cuenta, ya no podemos hacer más nada. – algo golpea mi hombre izquierdo y cuando me doy cuenta es Liss. Sale corriendo de tal manera que choca conmigo y ni se detiene a disculparse. – ¿Por qué le interesa tanto si se va? Está bien que este agradecida de que la haya salvado, pero tiene que pensar a futuro y las consecuencias...

— Tu no lo entiendes, Connor. Liss no le interesa que solo la haya salvado, también está el hecho de lo que vimos ese día en aquel almacén.

— ¿Que vieron? – pregunto ceñudo.

— Vimos esperanza.

Algo en su mirada es diferente, es como de una persona que no fuera visto la muerte de cerca en más de una ocasión, de hecho, es como si sus problemas fueran desaparecido con esa chica haberlos salvado.

¿Qué fue lo que vieron ese día realmente?

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APÓSTOLES.

Me quedo mirando fijamente el ventilador como gira lentamente...

— Te veo muy distraído. – la voz entumecida de Morticia me seca de mis divagaciones – Buenas noches. – me dice a la vez que deposita un beso en mi mentón.

— Dormiste bastante. – su cuerpo busca mi calor a pesar de estar a una temperatura elevada.

— Estaba muy cansada. Papá no dejaba de darme órdenes y estar de aquí para allá solo por encontrar a esa mocosa. Me merezco este momento. – río por eso – Por cierto, ¿Pudiste averiguar algo por tu cuenta? Yo no encontré nada con respecto a esa chica, ni registros de como entro al pueblo, ni de su apariencia de algún habitante. No sabemos ni su nombre.

— Sin éxito alguno de su paradero real, pero tranquila, ya tengo a alguien más capaz buscándola. Nosotros llamamos demasiado la atención para eso.

— ¿Le pediste otro favor a ese mocoso? – Morticia sale del calor de mi cuerpo para verme a la cara – No puedes seguir haciendo eso.

— ¿Por qué? – llevo un mechon de su cabello negro detrás de su oreja – Es bueno en lo que hace.

— Es peligroso. – sonrió.

— Te preocupas demasiado por mi.

— No lo digo por eso. Ese mocoso sabe muchas cosas de nosotros con tus encargos, es peligroso seguir dándole ordenes de este tipo.

— Solo es una búsqueda pequeña. – mis brazos envuelven a Morticia en un apretado abrazo. Su cuerpo desnudo con el mío se acopla de manera maravillosa – Verás que en unos días tendremos noticias sobre esa niña. Tu relájate ahora y disfruta nuestro tiempo a solas, ya que presiento que van hacer agitadas las cosas una vez que el jefe haga contacto con ella.

— ¿De qué hablas?

— Hay grandes planes para esa mocosa, va a tener un papel muy importante, más que nosotros 5, los guardias del jefe.

— ¿Mi padre hablo de algo contigo sobre ella? – niego – ¿Entonces como sabes todo eso?

— Pudo haberla matado ese día, pero dejo que se marchara una vez que rechazó su oferta. Eso no es normal en él una vez que alguien lo deja a un lado. Tu padre puede llegar hacer demasiado manipulador y cuando no puede hacerlo, se deshace de la basura.

— No lo hizo con ella – digo pensando en sus palabras – ¿Crees que la use para lo que nos hablo hace un buen tiempo?

— Es lo más probable, Mor.

— Para cuando eso pase, actuaremos.

Es un plan arriesgado, pero necesario para nosotros dos en especial. Necesitamos recuperar nuestras vidas a como de lugar.

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CONNOR.

Mi misión es saber en dónde se oculta, ya que en el orfanato no está y eso es lo mejor. Lo quiero que nadie resulte herido mientras la vayan a apresar y esté aquí. Sería un atentado para nuestras vidas y eso no lo quiero, no sería beneficioso para lo que tengo planeado hacer con este lugar.

— Te ves más distante estos días, ¿Paso algo que debas preocuparnos? – la pregunta de Lee me saca de mis pensamientos. Niego a sus palabras y no tarde en volver a cuestionarme – ¿Aún estás molesto por lo que pasó con esa chica? – frunzo el ceño.