JESSICA.
Quema todo, deja que arda el cimiento más fuerte.
Esas palabras cruzan mi mente una y otra vez desde la primera vez que prendí fuego a algo y ese algo, fue el primer trabajo que Brayan me encomendó, Fred Wright, un sujeto que disfrutaba todo tipo de torturas, es por eso que le di un poco de su propia medicina. Aunque, debo aceptar que estaba cegada por la ira y la impotencia, por no ser lo suficientemente fuerte con Brayan y sus hombres.
Quema todo… quema todo, deja que arda el cimiento más fuerte.
Se reproducen como un virus, arrasa con toda cordura en mi mente y me hace reaccionar a lo que pasa a mí alrededor. La voz me susurra de manera lenta, calmada; pero con un deje de frialdad que llega a mis huesos. ¿Recuerdo algo de mi pasado? No, solo son palabras que no sé si son exactamente para mí, ya que algunas veces escucho a una mujer, pero otras veces es un hombre quien me habla y otras veces… otras veces es mi propia voz.
Sé que no me estoy volviendo loca, eso creo. Aun mantengo mi cordura intacta, pero sé que después de lo que he visto y hecho, no sería raro que mi mente este más allá que aquí.
No es que me desconozca cuando actuó de manera que para los ojos de los demás sea de un psicópata, no lo hago, simplemente me enfoco en lo que tengo que hacer y tampoco soy una persona de muchas palabras. Además, no me interesa intercambiar palabras, a menos que sea necesario. Pregunto lo necesario, digo lo que considero correcto. Eso es.
- ¿Desea algo más? – la mesera toma el plato ya desocupado. Niego a su pregunta.
- Solo la cuenta.
- Son 4.20 – saco el dinero del bolsillo de mi chaqueta y se lo entrego.
- Gracias. – la chica toma el resto de los utensilios y se marcha, pero antes de hacerlo por completo, se gira y sus siguientes palabras me dejan perpleja.
- A dos cuadras subiendo por esta calle, va a conseguir un buen médico de cirugía plástica.
- ¿Disculpa?
- Sus manos. Solo se pueden reconstruir por medio de cirugía plástica. Las peleas con AniCon que secretan acido son terribles, esas cosas pueden ser delicados con el tiempo. – veo mis palmas y es evidente el daño en ellas.
- ¿De verdad es así?
- Si – la mesera por algún motivo se siente motivada a hablar del tema. – Una amiga de mi prima tenía ese tipo de quemaduras y las consecuencias con el tiempo fueron realmente feas.
- ¿Qué tipo de consecuencias? – arrugo el entrecejo.
- Su novio de 5 años la dejo por otra mujer – ¿Qué? – Después conoció a otro hombre, cuando estuvieron en su primera noche y vio esas quemaduras en sus muslos, se espantó tanto que le dijo que no era necesario que siguieran saliendo.
No tengo palabras para lo que estoy escuchando justo ahora. Estoy en blanco con la historia de la amiga de la prima de la mesera. Es una historia ridículamente fuera de sí y sin mencionar que resulta un tanto gracioso, bueno, para mi sentido del humor la considero así.
- Me perdí en lo que me estás diciendo. – le digo muy seria. – ¿Esas son las consecuencias feas?
- ¡Claro! – su entusiasmo es realmente admirable. – Estar con su novio de años y que te deje por esas cosas feas en tu cuerpo que tú no pediste es horrible y sin mencionar, que el nuevo chico la hizo a un lado por el mismo problema. Yo moriría.
- No creo que ese sea motivo para morir. – digo simple.
- ¿Cuántos años tienes? – la mesera me pregunta de la nada.
- 15 – respondo de manera automática. Arrugo el entrecejo por mi respuesta rápida.
- Solo estas empezando a vivir, eres una bebe.
Por algún motivo ese comentario me molesta.
¿Soy una bebe? ¿Desde cuanto los bebes son capaces que sacarle el corazón a un hombre que le dobla la edad? No solo la edad.
- Solo te estas guiando por la edad, ¿no lo crees? – mi pregunta es más seria de lo que se puede ver a simple vista.
- ¿Te has enamorado? – alzo ambas cejas con asombro. – Solo responde.
- No lo sé – respondo algo incomoda y con duda a mi respuesta.
- ¿No lo sabes? – asiento. – ¿No has conocido a ningún chico que te haga sentir cosquilleo? – me aclaro la garganta más incómoda que antes. – Alguien que cuando sonríe sientes que ya eres feliz con verlo en ese estado, que no te importa nadie más y solo su bienestar por encima de los demás. Dicen que el amor es lo último que sentimos en la vida. Que es el único sentimiento real que un ser humano tiene. – ahora me intereso más por donde va la conversación.
- ¿Qué hay de los demás sentimientos? – la mesera sonríe con simpatía.
- Derivan del amor. Cuando pierdes un amor, sea romántico o un lazo fraternal, hay desesperación, odio, tristeza y otros que le siguen. Si no tenemos amor, no tenemos nada.
- Respiramos, ¿Eso no cuenta?
- Solo serás un caparazón vacío. – observo a través del cristal como las personas pasan sin ningún tipo de preocupaciones por el momento. – ¿Eres un caparazón vacío? – me encojo de hombros.
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Editado: 17.06.2023