Reina de las Highlands

III

-No te imaginaba así, rubia con ojos marrones, fina pero a la vez capaz de todo, hasta enfrentarte a un guerrero.

Me dijo Eric una vez me senté en la silla, donde me encontraba antes.

-Si no te gusta puedo volver a mi casa.

-A partir de hoy esta es tu casa te guste o no. Serás la Reina y deberás cumplir con tus obligaciones.

 

Cuando terminó de gritarme, pegó un puñetazo en la mesa.

-No me gusta que me griten cuando yo no lo hago - le contesté con total tranquilidad.

-Te llamé antes para que me firmes el contrato.

 

Sacó unos papeles de un cajón y antes de empezar a leerlos, se los quité de las manos para leerlos yo.

 

 

1. Su Majestad la Reina debe cumplir con las obligaciones que su rango requiere (inauguraciones, celebraciones) y junto al Rey, acudir a toda invitación que Su Majestad considere oportuno y beneficioso para las Highlands.

2. La Reina debe proporcionarle al Reino, mínimo un hijo varón. Por ley, el primer varón del Rey será el Heredero.

3. En caso de abandono por parte de la Reina, los niños que tengan, se quedarán en el castillo bajo el mandato del Rey y será prohibida la visita y se castigará con la muerte a todo aquel que mantenga informada a la madre, del estado y situación de sus hijos.

4. La Reina asistirá a los juicios y solo en caso de ausencia del Rey, tendrá el poder de imponer un castigo. Esto último será revisado por Su Majestad y solo entonces, una vez firmada la sentencia, el acusado será castigado.

5. Toda la dote que recibirá nuestra Reina por parte de sus familiares, pasará a ser propiedad de su marido.

6. Llegado el día, la mujer no puede concebir, su marido la podrá devolver a sus familiares o encontrarle otro marido si el lo considera así. Solo entonces y con la confirmación de un médico, el matrimonio quedará anulado.

7. En caso de que Nuestro Rey deba atender otros asuntos fuera del castillo, Nuestra Señora se ocupará de todo y todos aquellos que la necesiten.

8. Al firmar estas capitulaciones estará conforme con todo lo anterior y reconocerá a Su Majestad como su marido y su poder sobre todo y todos nosotros ya que fue elegido por la Gracia de Dios.

 

Lo leí detenidamente y firmé.

-Desde ahora eres mi prometida. Prepárate para esta noche, serás presentada en sociedad.

 

El mayodormo me indicó donde dormiría. Una habitación sencilla, con unos ventanales grandes y una cama con dosel. Tenía la tina preparada y una doncella me estaba preparando un vestido azul con piedras alrededor del escote. Las mangas eran de una tela fina y llegaba hasta el codo.

Dejaron una caja con una tiara, una pulsera y unos pendientes al lado del vestido.

-Permítame que la bañe señorita - me dijo la doncella.

-No gracias, puedo sola

-Pero Señorita-me dijo la doncella desconcertada

-Espera fuera por favor, te llamaré ahora para ayudarme a vestirme.

 

Me lavé el pelo y el cuerpo y me quedé ahí un rato mientras el agua estaba caliente. Decidí salir y cuando estaba tapada asomé la cabeza por la puerta del pasillo y la doncella entró corriendo. Me ayudó a vestirme y una vez que estaba lista, me secó el pelo y decidió hacerme un moño en lo más alto de la cabeza. Colocó la tiara, los pendientes y la pulsera.

-Su Majestad la espera fuera para acompañarla.

Bajé en silencio agarrada del barzo de Eric.



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En el texto hay: highlands, reina, eric

Editado: 24.09.2018

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