Reina de las Highlands

XX

-Nos queda poco para llegar - me dijo Eric mientras me acercaba más a él.
-Estoy deseando - le dije
-Te hice daño estas noches? - preguntó preocupado - debíamos haber esperado un poco más.
-Aunque estoy un poco molesta no me arrepiento-le acaricie la barbilla.

Seguimos el viaje en silencio hasta parar en un acantilado. Ahí se encontraba una pequeña mansión de tres plantas con la muralla más alta que la del castillo. Una vez que entramos en el patio, una mujer mayor nos esperaba en la entrada.
-Majestad, bienvenido - dijo aquella anciana mujer.
-Ana, muchas gracias. Te presento a la Reina. Judith, ella es el ama de llaves
-Majestad, bienvenida - dijo ella más nerviosa.
-Cariño, ve con ella y que te enseñe nuestra habitación y en un rato subiré contigo.

Asenti y con mi nana que llevaba a Carlos fuimos detrás de ella. Nuestra habitación estaba en la tercera planta, era más bien una buhardilla muy bien acomodada, la única diferencia es que la bañera estaba dentro de la habitación y por lo que el ama de llaves me comentó, debido al poco personal que había para mantener la casa, y a las escaleras estrechas, la bañera siempre se quedaba ahí.

Carlos dormiría en la habitación que había al lado y por la cual se pasaba solo a través de nuestra habitación.
-Majestad - dijo mi nana que solo me llamaba por mi nombre cuando estábamos a solas - dormiré aquí con el príncipe? - preguntó ella un poco incomoda
-No nana, descansa en otro lado. Nosotros nos ocuparemos del pequeño por las noches. Ana, este camino donde lleva?
-A la playa Majestad.

Conforme la escuche, salí para investigar. Quería ver la playa aunque en el mes que estábamos suponía que el agua estaría helada. Seguí el camino y baje las escaleras para estar en la arena fina que se escurria de mi mano a través de los dedos.
-Os gusta esto, mi Reina? - era la voz de Eric y me di la vuelta para mirarle
-Aunque ya sepa la respuesta, voy a preguntarlo. Nos podríamos quedar aquí? - sonreí igual que el lo hizo.
-No amor, aunque podemos volver siempre que nuestras obligaciones nos lo permitan.
-Es precioso. Gracias - le dije mientras le besaba los labios.
-Venga vamos a comer algo y a descansar un poco.

Ana se sentó con nosotros a la hora de comer y le informo a Eric de algún que otro desperfecto. Cuando terminé, subí a darle el pecho a Carlos y pasar un rato con el antes de echarse la siesta.
-No se duerme? - Eric se tumbo a nuestro lado y acariciaba al bebé que estaba en medio de los dos.
-Si, pero quiero cansarlo un poco más.
-Judith, cuando volvamos debes retomar tus obligaciones.
-No podría retrasarlas un poco más? Quiero pasar más tiempo con Carlos.
-Lo sé cariño pero eso entre los nobles se ve muy mal
 

Aunque mi deseo era estar más tiempo con mi bebé, no podía ser. Algunas veces debía ser Reina antes que madre ya que ningún hombre o ninguna mujer entenderían el por qué eludo mis responsabilidades para estar con mis hijos
En mi época, las damas de alta cuna sólo llevaban a sus hijos en el vientre.,una vez paridos los criaban nanas como a mí me crío la mía.
 

-Se ha dormido. Voy a llevarlo a la cama.
-Con cuidado Eric, que se despierta.

Nos quedamos todo el día en nuestra habitación, jugando con Carlos cuando estaba despierto y aprovechando el tiempo a nuestra manera cuando dormía
Nos subieron el agua caliente para bañarnos y luego la cena.
-Creo que el baño le ha relajado y se ha vuelto a dormir
-Muy bien, ahora Judith, ven con tu marido en la bañera.



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En el texto hay: highlands, reina, eric

Editado: 24.09.2018

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