Reina de las Highlands

XXVI

-Empuja, empuja, empuja - gritaba la matrona
-Como vuelva a escuchar esa palabra le juro que no vuelve a atender a nadie - Le dije mientras iba empujando en medio de la frase

Me había costado mucho esfuerzo que el bebé saliera. Miraba a mi alrededor y no había tanta sangre como la primera vez, pero algo sucedía ya que el niño no lloraba.
-Algo va mal - dijo la matrona y Eric fue a su lado para ver que sucedía.
-Por qué no llora? - pregunté asustada- me quieren decir que es lo que pasa! - grite mientras otra vez el dolor bajo el vientre me atravesaba

Eric y la matrona se encontraban otra vez a mi lado miéntras el médico intentaba hacer llorar al bebé.
-Viene el segundo Majestad - dijo la matrona- ya sabe lo que debe hacer con cada contracción

No fue tan difícil como el otro y una vez que salió de mi interior, sus gritos inundaron toda la habitación. Eric me besó la frente alegre.
-Tienen una niña preciosa - dijo la matrona dándole la niña a Eric.
-Y el otro bebé?
-Judith, mira, tenemos una princesa - dijo Eric intentando hacerme olvidar el otro bebé.
-Señora - dijo el médico con la cabeza agachada - lo siento mucho pero el príncipe ha fallecido.
-Dame al niño - ordené y el médico y la matrona miraban a Eric pidiendo permiso- es una orden - grité

Cuando recibí el cuerpo sin vida de mi pequeño el mundo se me cayó encima. Lágrimas brotaron de mis ojos cuando acunaba el cuerpo inerte de mi hijo. No podía ver esos ojitos ni escuchar sus llantos.
-Se que en algún lado me estarás escuchando y sabes lo mucho que desee tenerte entre mis brazos. Solo pienso en todos los momentos que me voy a perder a tu lado y todo el amor que ahora se ha quedado sin dártelo. No te voy a ver crecer y disfrutar junto a tus hermanos por que Dios así lo quiso. No es justo amor, pero no podemos hacer nada para devolver la vida a este cuerpecillo - Le hable a mi hijo.

-Majestad, ha nacido antes de tiempo y eso es una de las consecuencias - dijo el médico para tranquilizarme.
-Informad a todos de que mañana sera el entierro.
-Majestad, usted debe reposar.
-Es una orden doctor.
-Toma cariño - Eric me dio a mi hija en brazos.
-Rosaly? - pregunté al ver esos ojos marrones y tan calvita. Pequeña aunque el médico nos aseguró de que estaba totalmente sana.
-Me parece un nombre precioso - me animo Eric.
-Bienvenida Rosaly - Le sonreí como pude a aquella pequeña.

Un rato después el médico y la matrona salieron de la habitación dejando paso a mi nana y a los sirviente
-Judith, dale la niña a tu nana - el me levanto en brazos y se sentó conmigo en su regazo, en el sillón mientras cambiaban las sabanas y limpiaban todo - yo le cambiaré el camisón - Le dijo a una doncella que se acercaba a mi para cambiarme.
-No se me va de la cabeza.
-A mi tampoco amor, pero debemos pensar en que Rosaly esta sana.
-En eso llevas razón pero.....
-No digas nada más Judith y descansa un poco.

Me cambio el camisón y me tendió en la cama.
-Te quedas conmigo?
-Si amor, no me iré a ningún lado.

Dormí un par de horas hasta que Eric me despertó para cenar algo
-no quiero Eric, no tengo hambre.
-Debes alimentarte.
-Tengo el estómago cerrado.

El asintió y se llevó la cena fuera de la habitación.



#4004 en Novela romántica
#1498 en Otros
#286 en Novela histórica

En el texto hay: highlands, reina, eric

Editado: 24.09.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.