Reina Escarlata I: Guerra de sangre

Capítulo 13: Mi héroe

Desde que recibió la llamada esa noche, y luego se quedó al lado de Jazmín y su madre en el bosque, Riley se había sentido al borde de una especie de crisis nerviosa. Aunque la bruja le dijo que había puesto un hechizo protector de barrera y que nadie podría hacerles daño, ella aún tenía miedo. ¿Y si ese Kyle regresaba? Peor aún, ¿y si llegaba esa mujer llamaba Philippa que quería capturarla? Sin dudas esa bruja era más fuerte que Jazmín y podría deshacer la barrera.

Probó llamando a Jesse varias veces esa noche, pero el celular de su amigo estaba apagado. Ahora también estaba preocupada por él, el chico le prometió que haría lo posible por contener a su madre, pero, ¿y si le habían hecho daño? ¿Si las estaban rastreando y llegaban en cualquier momento? No podía soportar esa incertidumbre. Se quedó dormida de puro cansancio, su cuerpo no daba más.

Y esa mañana al abrir los ojos lo primero que encontró fue a Cassian llegando al fin para ayudarla. Después de contarle todo lo que pasó, de ese incidente en el que casi Ettiene la mata y la declaración de Cassian de que estaba bajo su protección; se sintió al menos un poco más tranquila. Entendía que su sangre era peligrosa y por eso Ettiene pensó que tenía que matarla, y ahora solo le quedaba esperar que no se le vuelva a ocurrir otra vez, porque no toda la vida estaría Cassian ahí para protegerla. Y bueno, Jazmín también intervino para salvarle la vida, cosa que la sorprendió.

—No te atrevas —amenazó Jazmín en ese momento mientras Cassian aún la protegía y Ettiene parecía dispuesto a lanzarse al ataque otra vez—. Que ella no es una maldita reina escarlata, ni siquiera es bruja. No tienes que hacer esto.

—Su sangre es venenosa, y si Philippa la busca es porque puede convertirla en una nueva reina escarlata —dijo Ettiene, cosa que bien podía ser cierta.

—Pero no lo va a lograr —aseguró Cassian—. Ahora la tenemos con nosotros, la llevaremos a la escuela y no le pasará nada ahí.

—Ettiene querido, si te atreves a tocarla vas a pasarla muy mal —amenazó Jazmín.

—No me vengas con tus amenazas, ¿no dijiste que trato de con Helena y no contigo?

—Si alguno de ustedes le hace algo a esta chica, me mato —dijo muy seria, eso no lo entendió.

—Qué amenaza para más rara, no me afecta en nada que te mueras —contestó Ettiene contrariado.

—Claro que te afecta, si muero yo se acaba el trato con los Relish. Y adiós a su escuela protegida, adiós al refugio de los Edevane. ¿Así o más claro? —Riley aún no entendía cual era la relación entre Jazmín Relish y los Edevane. Lo único que entendía es que ellos también tenían tratos con brujas y que tenían que cuidar que eso no acabara por seguridad. 

—Tranquila Jazmín, nada le va a pasar a Riley, ¿entendido? —dijo Cassian mirando a su hermano. Ettiene aún lucía molesto, pero finalmente asintió.

—Gracias —le dijo ella. Jazmín asintió levemente y le sonrió de lado.

—Gracias nada, ahora me debes un favor. Ya luego te cuento —Riley solo asintió, no sabía qué podría darle ella a una bruja, pero lo importante es que salvó su vida. 

Ahora que ya todo estaba aparentemente más tranquilo, tendrían que iniciar la búsqueda de Max y Antonette. Cassian y Ettiene comenzaron a andar alrededor del auto como si buscaran pistas. Apenas dieron un par de vueltas y luego caminaron juntos hacia el lugar en donde hicieron aquel hechizo que los llevó al pasado mentalmente, Jazmín los siguió.

Riley no sabía qué hacer, en ningún momento ninguno de los hermanos de Max dijo algo como "Jazmín y Riley, vengan, vamos a buscar pistas", solo dijeron "Jazmín", lo cual la excluía completamente. Pero tampoco quería quedarse parada ahí como una tonta, algo tenía que hacer. Max estaba secuestrado en algún lugar y con una daga en el pecho, tenía que colaborar como sea. Así que a paso lento siguió a los tres hacia donde iban. Cuando llegaron encontró todo tal como lo habían dejado el día anterior. El círculo ritual, la sangre seca, la daga de Jesse.

—¿Cómo es que llegaron hasta aquí? —le preguntó Cassian al notar su presencia.

—Huíamos —explicó. Todo ese escándalo con su padre parecía lejano, como si hubiera pasado hace semanas y no la noche anterior—. Mi padre llegó a molestar, dijo que tenía que asegurarse que mi sangre estuviera bien y me encerró en casa con un hechizo. Entonces apareció Max y lo mató, luego llegó Jesse Dagger y rompió el hechizo para que podamos escapar. Huimos con Max, él llamó a su hermana Antonette para que nos ayude a averiguar qué pasaba.

—Ya veo —dijo él pensativo. Ahora que recordaba, Max y su hermana habían hablado varias veces de Cassian, pero no en un buen sentido, sino como queriendo decir que era muy peligroso que él se enterara de lo que estaba pasando. ¿Y si metió la pata hasta el fondo con ese asunto? Aunque sinceramente no se creía eso de que Cassian fuera peligroso o le haga algún daño. Todo lo contrario, había corrido hasta allá para rescatar a sus hermanos. La salvó de Ettiene incluso, ese sí que parecía ser un extremista. Definitivamente no era una mala persona. O mal vampiro. Bueno, no era malo y ya—. ¿Y sabes algo sobre para qué exactamente sirve tu sangre en el ritual que quieren hacer los Dagger ahora?

—Para crear otra reina escarlata, ¿para qué más? —preguntó fastidiado Ettiene. Ese la iba a matar cuando menos lo espere.




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