Reina Escarlata I: Guerra de sangre

Capítulo 27: Sospechas

Sentados en las gradas de la zona de atletismo en la escuela, Howard y Riley terminaban de comer uno de los bocadillos que prepararon en el taller de cocina para ese día. Ahora si la muchacha había leído la programación escolar por el aniversario, así que estaba animada de saber que esa noche habría una especie de concurso de bandas escolares. Ella no podía hacer mucho ahí porque ya era muy tarde para entrar a la banda, pero estaba segura que lo disfrutaría mucho. Postularía luego que pase en concurso, esa noche se dedicaría a ver qué tal tocaban los chicos de la escuela de Cassian.

Había mucha actividad. La banda ensayaba no muy lejos de ahí, algunos trabajadores estaban arreglando el estrado para las autoridades y jurado, entre otras cosas. Ese día las clases estaban suspendidas, así que los estudiantes estaban por todos lados conversando y tonteando. Jazmín estuvo hace un rato con ellos, pero acababa de ir al baño y debía de estar en camino de regreso. Ellos casi no hablaban, comían en silencio sin comentar nada. Riley sabía que quizá tenía que hablar con él, hacerle preguntas, aprovechar la ausencia de Jazmín. Pero no sabía cómo empezar, toda esa situación de ser descendiente de alguien con sangre especial la ponía nerviosa.

—¿Y ya tomaste una decisión? —preguntó él. Ya no podía evitar el tema.

—No —contestó—, ya te dije que no me hace gracia saber que quieren que me embarace con inseminación artificial, no pienso hacer nada de eso.

—Bueno, eso es lo que piensa una parte de la Nueva orden, así te neutralizan como arma y adiós problemas de guerra de clanes por tu sangre. Para tu buena fortuna, ni Jesse ni yo pensamos así. No somos los únicos.

—¿Qué quieren de mí entonces?

—Liberarte —contestó tranquilo. Howard le dio una mordida más a su bocadillo y se limpió los dedos con una servilleta. Riley esperó impaciente que terminara de masticar para hacerle más preguntas.

—¿Eso nada más? ¿Así de simple?

—De simple no tiene nada. Hay mucha gente que peleará por tu sangre, y te querrán con vida hasta que les seas de utilidad. Luego la mejor solución será matarte. Eso incluye a los Edevane.

—¿Y tú de qué lado estás?

—Del que quiere mantenerte con vida sin importar si tienes una hija o no.— Riley lo miró a los ojos mientras hablaba. Parecía tan convencido y sincero de lo que hablaba que quiso creerle. Si, quizá Howard no mentía. Estaba arriesgándose como espía de Jesse y la Nueva orden ahí dentro, ahora le decía la verdad de las cosas. Necesitaba gente en quien confiar, y esperaba que él sea uno de ellos.

—Oye Howard, ¿cómo así eres amigo de Jazmín? Ella lo sabe todo, quizá entró en tu mente.

—No, conmigo no ha hecho ningún hechizo de origen, no lo sabe todo sobre mí. Quizá ha visto cosas de mi futuro a través de otras personas, pero nada más.

—Entonces, ¿ella no sabe que eres un espía?

—Bueno, quizá lo sabe, quizá no. Ella no me ha dicho nada, le gusta el secretismo. O el drama en realidad. Sabe muchas cosas y espera a que pasen solo para ver como se cumplen sus profecías.

—Es un poco rara...

—Lo es —contestó con una sonrisa—, pero es mi amiga a pesar de todo.

—¿En serio? ¿Un vampiro y una bruja?

—Una combinación terrible, ¿verdad? En el pasado no hubieran dejado que nos relacionemos por nada del mundo.

—Por eso tuvieron que matar a Cassandra, ella se atrevió a mucho más.

—Fue más terrible de lo que crees —agregó él, y parecía algo serio. Cuando Riley quiso hacer otra pregunta, escuchó un silbido que llamó su atención. Era Jazmín desde las gradas de abajo.

—¿Están aburridos?

—Más o menos —contestó Howard—. ¿Qué propones?

—Vengan, tengo chisme y drama.

—Uy, me encanta —dijo Howard animado y se frotó las manos—. ¿Vienes? —le preguntó a ella.

—Si, está bien —contestó ella sin muchos ánimos. No quería quedarse sola, y eso de los chismes no le hacía mucha gracia. En fin, no tenía de otra.

Bajó las gradas junto al vampiro y los tres empezaron a caminar hacia algún lugar de la escuela. Jazmín los guiaba, y ella no sabía a qué iban exactamente. Chisme y drama, ¿acaso iban a ver una de sus predicciones en vivo y en directo? Ya hasta le estaba entrando curiosidad, en especial por los poderes de Jazmín. No lo dijo, pero estaba bastante claro. Ella hasta podía saber el momento y el lugar de las cosas que iban a pasar.

Llegaron hasta la iglesia, no había gente por ahí. A una señal de Jazmín, entraron por una de las puertas que no estaba cerrada del todo. De puntillas, casi sin hacer ruido, pasaron hacia el otro lado de la iglesia. Cruzaron el altar mayor, en el ala izquierda había una capilla. Desde ahí se escuchaban las voces. Jazmín les hizo una señal para que se detengan, la puerta estaba cerrada, pero igual podían ver lo que pasaba al otro lado. Había un pedazo de la puerta que tenía una abertura, como si se hubiera apolillado y nadie se hubiera tomado la molestia de repararlo o reemplazar esa parte. No era muy grande, pero si suficiente para que se aprecien las dos figuras que discutían al otro lado. Eran Ettiene y Helena.




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