Amber Santorini
"Uno...Dos...Tres Bragas Fuera"
Primer día de clases desde las siete hasta sepa el Altísimo que hora, y como esto no es After no puedo saltarme las clases y graduarme está es la maldita realidad donde si no voy me quedo y si me quedo me desheredan y me dejan sin un solo centavo en mi cuenta y eso es ilegal, prefiero un tiro antes que estar sin dinero.
Salgo corriendo con mi mochila en mano y como soy mongola se me olvida que existe el elevador bajo corriendo las escaleras, cuando llego al edificio donde tengo la clase y estoy a dos aulas de llegar a la de español choco con algo o más bien alguien y ¡Por la Virgen de los Abdominales! Frey Stein se salió de su libro, un chico con el cabello negro apuntándole en todas direcciones que pareciera que no conoce un cepillo, unos ojos negros perfectos y unos labios con un ligero tono rojizo fue el Dios Griego con el que choque, y como mierda no lo se pero mi móvil salió volando y ahora en lo tiene en sus manos y madre mía ¡Se le marcan las malditas venas! Orgasmo mental en uno...dos...tres, ocupo unas bragas nuevas.
—Lo siento emm.—Salgo de mi orgasmo mental cuando escucho su voz profunda y sexy.
—La culpa es mía, soy Amber Santorini.—Me paro mientras me empiezo a sacudirme el trasero que está lleno de polvo.
—Un gusto soy Aron Black.—Me pasa el móvil y yo veo que voy a llegar cinco minutos tarde.—No te quito más tu tiempo espero verte en otro momento Amber.
Yo solo asiento mientras vuelvo a correr y veo que guardo su número en mi móvil como Aron B con un emoji de carro porque no tengo ni idea.
«Tienes que ponerle clave a ese móvil.»
Tienes razón, hay cosas hay que nadie puede ver ni siquiera mis papás.
«¿Tu biblioteca de Wattpad? Ese sería un muy buen motivo.»
Ignoro a mi conciencia al momento que toco la puerta del aula y me abre una señora con un estilo como de Hippie lleva en cabello rubio en ondas, los ojos verdes sin una gota de maquillaje y ropa acampanada junto a un collar de una hoja rarísima que no se que tipo es.
—¿Señorita son estás horas de llegar?—Me pregunta enarcando una ceja detrás de las gafas cuadradas.
—No claro que no lo es, solo que acabo de toparme con el clon de Frey Stein y tener más de diez orgasmos mentales le parece suficiente justificación.—Le digo mientras veo como las personas que estás dentro del aula contienen las risas.
—Señorita Camil aquí están las hojas del proyecto.—Dice una voz que si no estoy muy perdida es la de Aron.—Veo que es cosa del destino que nos encontremos tu y yo mi querida Amber.
—¿Acaso es este el clon de Frey Stein que le causo diez orgasmos mentales señorita Santorini?—Me pregunta la profesora y yo siento como mis mejillas se tiñen de un rojo intenso y las carcajadas solo empeoran mi estado.
—¿Así que diez orgasmos mentales? Sabes no soy tan fácil primero invítame a una coca.
—No...no es...quiero decir....fue un...mal..—Cierro la boca y me cubro la cara con las manos genial primer día y ya hice el oso.
—Tranquila para que veas te invito a un café un día de estos.
—Está bien.—Le digo aun con la cara tapada y veo como se mete en el aula y se sienta junto al tipo de tatuajes de ayer y al parecer le está reclamando algo.
Paso al aula detrás de la profesora y le agradezco que no me haga presentarme, me siento en la única silla libre y que por pura cosa del destino es el chico con rastas de ayer solo que tiene moretones por todo el rostro, dejando sus hermosos ojos azules rodeados por un tono azulado, que pecado.
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Por fin luego de cómo mil horas quedan cinco minutos para tener una hora libre y luego ir a no se que otra clase, pero quiero comer.
—Quiero que para la próxima clase traigan en mente algunos títulos de libros de cualquier género no importa solo que no sea el Marqués de Sade o la trilogía cincuenta sobras de Grey esos dos títulos está prohibidos.—Dice mientras que apunta esos nombres en rojo en la pizarra.—Les diré con quien les toca hacer el proyecto que valdrá la mitad de la nota final no quiero que hayan problemas por quienes les toquen, ahora si pueden ir a joderle la vida a el siguiente profesor.
Todos nos paramos y se me cae el cuaderno con el símbolo de los Creepypastas en la portada, estoy por agacharme a recogerlo, pero el tipo que desconozco su nombre me pasa para luego decir:
—¿No estás muy grande para esto?—Señala el símbolo y yo tenso la mandíbula.
—¿No estás demasiado chico para morir?
—Es broma, un gusto Nate Conely.—Me extiende el cuaderno y lo tomo para luego guardarlo.—Espero verte en la pary.
—¿Eh?
—Es la primera fiesta del año es sin permiso de nadie todo mundo se sale por los túneles como eres nueva y además la única que me ha hablado después de que los tres mosqueteros me vetaran seré tu guía turístico.—Me guiña un ojo y empieza a caminar.
Cuando va por la puerta le suelto en un grito:
—¡Habitación veintitrés!
—¡Espero te guste correr!
¿Correr? Pero a que viene esa pregunta, ese tipo como que le hace mucho a la mota. tiene ese aire de marihuano buena onda, salgo del aula y veo que hay una máquina expendedora meto unas cuantas monedas y saco unos pingüinitos y un jugo de naranja. Tengo que ir a la biblioteca por un libro que ocupo para responder una encuesta de Biología, empiezo a caminar a mi destino.
Yo amo correr, pero hace mucho que no lo hago no desde que "Eso" paso, me jure que si volvía a correr seria solo por un motivo de vida o muerte o en todo caso para poder ir a correr a Tokio, pero hace mucho que no corro por correr, piques con Dimitri era lo único que hago desde hace ya un tiempo.
Hablando de Dimitri ayer le mande un mensaje y no lo a respondido saco el móvil y me meto en su contacto.