Reina Maldita

17

POV. Alice Camberleck.

Mi sangre se esparcia por mi cuerpo de manera violenta.

Los latidos de mi corazón lograban aumentar mi ira.

Déjanos tomar el control, princesa.

Nuevamente los murmullos roncos e formaban en ecos a mi alrededor.

Suspire cediendoles mi cuerpo por completo.

Somos un equipo, no lo olvides.

Mi mano ejercía presión sobre el cuello del joven, su mirada de encontraba aterrada.

Podía sentir el olor de su sangre entre sus venas, el latido irregular de su corazón, su respiración acelerada al igual que el temblor en su cuerpo.

El temor era una de las emociones que tanto le gustaba a mis demonios.

Es hora de alimentarnos, querido.

-¿Cuantas veces te tendré que repetir que no deberías provocar mi enfado?- sonreí entre dientes sintiendo mi interior comprimirse.

Mis uñas dolían a causa de su crecimiento, mis párpados aumentaron de tamaño al igual que el cambio brusco de voz.

-Al..ice.

-¡¿Cuantas veces he de repetirlo?!- murmure con desprecio- Es una lástima que tenga que matarte.

El susodicho negó con dificultad rotorciendose sin piedad buscando una escapatoria inexistente.

-¡Quédate quieto!- gruñi con frialdad tomando su cuerpo con fuerza para luego envolvernos en un extenso fuego.

-No.. No lo hagas- respondió en murmullos con dificultad, reí con cinismo negando lentamente.

-Estuviste a punto de asesinar a mi hija y pides piedad- reí observando a lo lejos el pueblo- ¿Sabes lo que creo de ti? Que eres tan cobarde que tienes que meterte con una niña antes que alguien de tu misma edad.

-Tu no la conoces- alzó su voz tociendo.

-¡Levantate!- grité tirando de su cuerpo sobre el duro suelo- Quiero que me mires a los ojos.

-¿Que me harás?- preguntó tambaleante.

Reí con irritación- Muchas cosas. ¿Por donde quieres empezar?- sonreí con burla.

-Vete al infierno- escupió.

-Este es el infierno, la propia tierra- sonreí- Es una lástima que no comprendas.

Vamos, princesa.

Ten cuidado, Alice..

Las voces se incrementaban batallando entre sí para saber quien ganar.

¡Basta! Recuerden que también puedo decidir por cuenta propia.

-¿Quienes te mandaron?- lo mire antes de tirar de su cuerpo dirigiendo nuestros pasos hacia las farolas.

-Era.. Taylor el era mi pareja- cerró sus ojos con dolor para luego negar con enfado- Pero a causa de ¡Tú! Maldita hija todo se fue al retrete, ella lo ha matado sin piedad para luego fingir que es inocente.

-¡¿Como puedes decir eso de mi hija?!

Hay cosas que tu no sabes, Alice.

Es hora que te enteres.

-¿Acaso no lo sabes?- río- Fue tu hija quien lo mató sin piedad y así lo haré con ella.

-Jamás volverás a saber de ella- tire de el llegando hacia un pequeño grupo de personas que nos sobservaban con absombro- Porque te mataré, a cada uno de ustedes.

-Alice- murmuró Alexander con pasos apresurados- ¿Qué.. haces?

-Quiero que reunas a todos, hay algo que debo de comunicar- respondí sintiendo nuevos murmullos acercarse con curiosidad.

-Les he advertido que nadie se atreviera a meterse con mi familia- alce mi voz con odio- Quien lo haga tendrá que atenerse a las consecuencias- gruñi quitando su cabeza sin piedad ante la mirada perturbada de los presentes

Las voces aumentaban de forma tal que molestaban.

Mi ceño se fruncio dejando tan sólo mi mirada fría.

-He vuelto para acabar con tanto rencor. Pero ¡Jamás! Toleraré que le falten el respeto a mi familia, muchas cosas han cambiado en mi y no volveré a dejar que esto ocurra.

Los rostros de las familias se encontraban repletos de terror, sus facciones se deformaban a medida que las palabras salían de mis labios sin piedad alguna.

Es hora que nos respeten.

Ten cuidado, princesa. Recuerda que todo aquel que mal accione pagará pero todo aquel inocente sufrirá a causa de los errores ajenos.

-Ya que aquí está repleto de enemigos, quienes se encargan de llenar de odio y repulsión las lenguas ajenas. Quiero que le lleven un pequeño comunicado a quienes me odian; siempre estoy vigilando y cuando menos se lo esperen volveré y aún mucho peor de lo que alguna vez se imaginaron de mi.

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POV. Charlotte.

-Cassandra, eres igual de testaruda que nuestro padre- musite observando su espalda.

-¿Que haces aquí?- ciseo girando con devoción- No eres bienvenida en mi Palacio.

-Oh créeme que no vengo para tomar el Té- me burle- Quiero hablarte de Alice

-¿Que sucedió con ella?- pregunto con preocupación.

-Se que la quieres y te encuentras arrepentida de tus actos- sonreí- Es por eso que quiero alzar una tregua entre ambas aunque sea por poco tiempo.

-¿Por que me pides esto?

-Porque se encuentra en peligro, la profecía aún no termina y para que se cumpla lo pactado en ella deberemos proteger a Alice de todo mal que la aceche.

-¿A que te refieres?- respondió- ¿Quien quiere hacerle daño?

-Las fuerzas del mal la rodean continuamente, la oscuridad álava por el regreso de su Reina.

-¿Ella.. Acaso se ha ido del Reino?

-No, pero todos están al tanto de su desaparición. Quizás creas que nadie maneja lo que ocurre, pero ella siempre está al tanto de todo. Cuando.. Decidió entregar su alma a la oscuridad, tuvo que elegir sobre quien reinar.

-¿Y a quien eligió?- trago saliva con nerviosismo.

-Ambos mundos.

-¿Qué..?

-Alice eligió Reinar ambos mundos, uniendo así a ambas fuerzas creando un lapso irrompible luego de jurar jamás romper con la promesa.

-Dime que no ha hecho el juramento con sangre.. Por favor- rogó cerrando sus ojos con fuerza.

Sonreí con tristeza.




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