Reina Maldita

25

El fuego aumentaba con tanta agresividad que incluso temí que este nos envolviera sin piedad.

Los gritos de los mundanos se escuchaban como ecos, aterrados por lo que presenciaban, el llanto desesperado de los niños comprimía mi pecho al imaginar que la situación fuese al revés.

El rostro de las demás era neutro pero aun así podía escuchar los latidos acelerados de sus corazones.

La naturaleza puede ser tan buena como mala, depende que lado tu despiertes es el que obtendrás.

El calor parecía aumentar picando mi piel, queriendo incrustarse en mis huesos en busca de un polvo gris..

Prepárate, princesa.

Aún no has visto lo mejor..

Mis pupilas de cerraron abruptamente al ver como este llegaba hacía nosotras, el silencio reino a nuestro alrededor causando incertidumbre.

Volví a abrir mis ojos lentamente encontrando una imagen sorprendente ante mi. El fuego se encontraba sobre todos nosotros, como si intentase rodearnos para seguir su curso.

-¡No permitan que avance!- gritó con terror Cassandra.

-Es mucho más fuerte que nosotras, hija- respondió Elizabeth.

-Debemos hacer que se detenga de alguna manera- interrumpió Margareth con asombro.

Es hora que le demuestres a la madre naturaleza tu poder..

-¡Esperen!- grité dirigiendo una de mis manos en dirección de las llamas- Puede que esto funcione- anuncié absorbiendo el fuego dentro de mi, este se alineaba sobre la palma de mi mano como si fuese un imán. Mi cuerpo ardía al sentir como mi sangre se envolvía en el calor sumamente hirviendo provocando que mi cuerpo retrocediera unos pasos para volver a recomponerse.

-Oh por dios.. ¿Qué esta haciendo?- oí que murmuró con asombro la voz de Cassandra.

-Esta absorbiendo el fuego- respondió Margareth con suavidad.

 -Y es así queridos, cuando el fuego desaparece- sonreí con cansancio al notar que no había rastros de este en el lugar.

Los rostros de los habitantes del pueblo se iluminaron con felicidad, para luego dirigirse hacía nosotras con fuertes abrazos.

Cuando sientes el orgullo envolverte al ver a los demás felices y protegidos, es porque la bondad te rodea.

-Creo que es hora de volver a casa- murmure sonriendo.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

-Iré a por Lucero- anuncié sintiendo la mirada de Cassandra sobre mi.

-Espera- respondió con rapidez, giré mi rostro con confusión para observarla.

-¿Qué ocurre?

-Aquello que hiciste.. sobre el fuego, fue sorprendente- admitió con orgullo.

Mi corazón se comprimió ante sus palabras.

Recuerda que ella jamás intento salvarte.

Debes perdonar para sanar, ella se encontraba bajo el mando de Alisson.

-Debía de demostrar mi fuerza para combatirlo.

Luego de aquel suceso volvimos hacía el palacio, bueno.. Margareth y Elizabeth me hicieron prometer que les presentaría a Lucero y aquella idea no me desagrado.

Al fin de cuentas mis abuelos fueron quienes lucharon contra sus hijos por mi..

Ambas nos observábamos en silencio sin emitir ninguna palabra, sus mirada analizaba mi rostro absorta en el. 

-Eres igual a mi- admitió con orgullo acariciando mi mejilla con lentitud.

-Bueno.. por algo eres mi madre- respondí.

Sus ojos se agrandaron a causa de la sorpresa que le ocasionó mi respuesta.

-¿Por qué has venido para ayudarme?

-Porqué aunque creas que soy desalmada, jamás permitiría que personas inocentes murieran y no haber hecho nada para evitarlo.

-No parecía que pensaras de esa manera al estar con tu hija, Alisson- provoque que su rostro se conmocionara por el dolor.

-¡Ella no es mi hija! Y tu lo sabes, cometí tantos errores imperdonables por estar cegada que me arrepentiré eternamente.

-Ustedes creen que tengo una venda en los ojos, pero se equivocan.

-Alice..- murmuró cabizbaja.

-¿Y las demás? ¿Por qué las has llamado?

-Porque necesitábamos de su ayuda, a veces cuatro son mejor que uno..

-Gracias, por ayudar al pueblo- agradecí.

-Debería agradecer tu fuerza, sin ti no se que habría sido de ellos.

-Jamás permitiría que sufrieran estando aquí.

-¿Por qué..?- Chris interrumpió sus palabras llegando hacía nosotras.

-Chicas.. wow que impresión- musitó observando nuestros rostros con impacto.

-¿Que sucede, Chris?- reímos ante su reacción.

-¡Son iguales! Que aterrador- deliró.

-¿A que venías, querido?- reí.

-Ella volvió.

Alce mi cuerpo con rapidez quedando a su altura.

-¡¿Qué?!- lo miré con asombro.

-Ella esta viva- observó a Cassandra con seriedad.

Entrecerré mis parpados comprendiendo- ¡¿Tu lo sabías?!

Abrió su boca para responder pero la interrumpí.

-¡Claro que lo sabías! ¿Por qué creer en ti?

-¡Basta!- gritó- ¿Puedes dejar de hablar y escuchar?

-No me grites- murmuré con enfado.

-¡Pues escucha, joder! ¿De quien ha salido tu carácter?- toca su frente con frustración.

-Pensé.. que ella había muerto en el momento que su cuerpo desapareció ante nuestros ojos. Pero hace un día me encontraba en mi habitación luego de que Christopher fuera a resolver algunos asuntos con mi madre, me encontraba tan absorta en mis pensamientos que de repente una risa me sobresalto, al girar mi cuerpo me paralice al observar incrédula el cuerpo de Alisson frente a mi.

-¡Juro por lo que más quiero que no sabía nada, Alice- se desesperó.

-¿Quien más sabe de su regreso?

Cassandra suspiro jugando con sus manos, nerviosa- Alexander..

-¡¿Qué?!- reí con ironía- ¡Claro que el sabía! No por nada se encontraba enamorado de esa copia de perra barata.

-¡Alice, tu vocabulario!- me regañó con enfado.

Rodee mis ojos con irritación- ¿Donde esta el?- le pregunté.




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