Reina Maldita

41

Algo bueno de todo esto es que puedo aprecer donde quiera sin tener que esperar.

No lo consideraría como algo bueno, conociendo tu pereza, princesa.

¡Cierra la boca!

Creo que algo te hace falta, cariño.

Tanto enfado daña tu metabolismo.

Vida sexual, lo llamaría yo..

Es una lastima que no pueda arrancarles la cabeza.

¿Cual de todas?

-Reina- responden con sorpresa al verme llegar.

¿Acaso creían que esconderse resolvería los problemas?

Joder.. comienzo a arrepentirme de dejarlos como soldados si siquiera ¡pueden defender a la jodida ciudad!

-¿Donde se encuentra?- pregunto sin paciencia.

-En el bosque del pueblo- responde con miedo el joven.

Inútiles.

-Quiero que todos ustedes escuchen esto- alzo mi voz- ¡La próxima vez que no me avisen que algo esta ocurriendo, arrancare sus corazones sin piedad y los usare como pelotas de golf! ¿Está entendido?

Tragaron saliva con miedo, asintiendo sin parar.

-Muy bien- suspiro- me encargaré.

*****

Un extraño ruido se oyó en la oscuridad, las ramas crujían bajo las pisadas de un extraño.

Fruncí mi ceño sintiendo mi corazón acelerarse ante los nervios.

¿Quién podría ser el monstruo que provocaba las muertes de los niños?

Ten cuidado, princesa. No estamos solos..

Trague saliva aun oculta detrás del árbol, mi mirada se adaptaba sin problema a la espesa tiniebla.

¿Donde te encuentras? Déjame verte..

El cuerpo de una joven comienza a deslizarse entre la neblina procurando no caer sobre el suelo.

Sonrío maliciosamente sintiendo su miedo.

-Vaya pero mira que tenemos aquí- reí  llegando con velocidad ante su cuerpo- ¿Quién eres?- se sobresalta chillando con terror.

-¿Eso es importante?- sisea retrocediendo.

-Si.. ¿Sabes por que?- pregunto, sintiendo mis colmillos crecer al igual que mi cuerpo- Porque lastimas a niños inocentes sin piedad.

Su rostro se desfigura ante el pánico que refleja su mirada- ¿Que eres..?- su voz tiembla al presenciar mi enfado.

-¿Quieres saber quien soy?- espeto envolviendo su torso entre las ramas de los árboles- Soy más peligrosa que el mismísimo Lucifer.. ¿Ahora si te ha quedado claro?- camino con lentitud hacía ella.

-¿Que.. harás?- intenta escapar de entre las ramas- ¿Que quieres?- solloza.

-Oh que lastima que estés asustada- finjo tristeza- ¡¿Acaso escuchabas a los niños pedir piedad antes de asesinarlos?!- mis uñas crecen de forma veloz antes de incrustarlas sobre su garganta, sintiendo la sangre escurrir violentamente entre mi piel.

-¿Que es lo que quieres y a quien buscas?- pregunto soltando su cuello.

-Soy una amiga de Alisson- confiesa sorprendiéndome- Estoy buscando su rastro desde hace siglos, quiero asesinarla con mis propias manos.

-Ella no esta aquí- respondo- ¿Por que sigues atacando al pueblo?- acaricio su mejilla sintiendo deseos de alimentarme con su sangre.

-Porque creí que de esa forma la atraería hacía mi, con nuestro símbolo.

-¿De que símbolo hablas?- indago sintiendo su cuerpo temblar ante mi mirada.

-¿Quien eres?- interrumpe.

-¡No ignores mi pregunta!- grito abofeteando su rostro.

-Joder..- sus parpados se cierran ante la fuerza del impacto de mi mano sobre su piel- ¡Me has hartado!- alza su voz destrozando las ramas a su alrededor para luego alejarse con rapidez.

-Pero mira quien ha sacado sus garras- río sin evitar.

-Eres una jodida perra- gruñe limpiando su sangre sobre su nariz ignorando la herida de su cuello.

-Oh no.. prefiero ser una pantera, son más fascinantes. ¿No crees?- respondo transformando mi cuerpo en la anatomía de un enorme lobo, de pelaje tan oscuro como la noche.

Puedo sentir su corazón paralizarse un breve segundo ante la impresión.

-Tienes bastantes facetas- retrocede levemente- ¿Cuales más tienes?

-Ya lo verás, ten cuidado, no vaya a ser que mueras antes de conocerlas- amenazo.

Niega frunciendo su ceño antes de precipitarse sobre mi golpeando mi torso con fuerza.

Gimo de dolor ante aquel movimiento sorpresivo, la sangre rodea mis colmillos envolviendo un sabor metalico en mi lengua.

El enfado incrementa al notar su mirada de superiodidad.

Ten cuidado, chiquilla..

No te fies de un lobo.

Vamos a divertirnos, princesa.

Es hora de salir a jugar..

-¿Ahora es mi turno?- río soltando un brutal gruñido que se oyó en ecos a nuestro alrededor.

Mis huesos crujian ante el cambio brusco de apariencia, comenzaba a transformarme en un demonio.

Uno muy feo.

¡Oye! Que tu también eres nosotros, malcriada.

-¿Qué..?- se paraliza.

Corro hacía ella envolviendola en un humo espeso, siento sus organos retorcerse, su pulso comenzaba a debilitarse.

-Te demostraré que es ser un monstruo- respondo golpeando su cuerpo sin piedad sobre el suelo, las ramas crujían bajo de ella.

De mis manos se escapan dagas completamente oscuras incrustrandose en su torso para luego salir y terminar rodeando su anatomía.

Jadeos de desesperación se escapaban de sus labios pero mi cuerpo actuaba de forma automatica.

Los sonidos dejaban de escucharse a mi alrededor y lo unico que lograba llamar mi atención era los latidos de su corazón.

-Te preguntaré por ultima vez..- musito tirando de su cuerpo nuevamente hacía un árbol a mi derecha- ¿Por qué asesinas a los niños?

-Porque.. ellos son los más debiles- responde escupiendo al hablar.

-¡Te equivocas! Ellos son más fuertes que los adultos- muerdo su cuello arrancando parte de el, la sangre escapaba de este dejando un enorme orificio.

Un grito se escapo de sus labios antes de gruñir de dolor.

Esto no es nada a comparación de lo que has hecho.

-Te haré vivir una pesadilla- gruño cegada por el enfado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.