Capítulo 10.

En menos de diez minutos Vanya había regresado a la mansión, mientras su gemelo la seguía muy de cerca, preguntándose que había sucedido, ya que él había hecho lo posible por dejarlos a solas, esperando arreglarán sus diferencias. 

— Vanya, ¿Qué sucede? —  Preguntó el rubio, en tanto ambos subían las escaleras, dando las gracias porque nadie los hubiera visto entrar. 

— Nos vamos — Había sido fría y cortante, una cara de Vanya poco vista por Volker, pues era muy raro que ella hablará de esa manera. 

— ¿De qué hablas? ¿Por qué? — Él tenía una pregunta tras otra, no entendía, y se preguntaba que habría sucedido allí cuando se fue. 

— Porque si... — Respondió la rubia, tomando sus cosas — Ve por todo lo que hayas traído y pide que preparen el jet, yo pediré al chofer que venga a recogernos para salir de aquí. 

La forma en que su hermana pedía salir de allí con tanto apuro le decía que nada había terminado bien entre ella y su compañero, bueno, mejor dicho, que nada había siquiera comenzado. 

............................................................. 

 Sentía muchas cosas en ese momento, pero nada estaba nublando su juicio, sabía muy bien lo que había dicho y lo que le había prometido a su mate, sus palabras habían sonado como una amenaza y en pocas y directas palabras lo había sido, no lo iba a negar, estaba enojada, pero también decidida. 

Tan pronto como el chofer llegó y Volker salió de la mansión partieron rumbo al aeropuerto, sin siquiera esperar a que los demás llegará, pues al menos en esos momentos no deseaba ver el rostro relajado de Kasch. 

— El jet está listo, solo nos están esperando.... — Su chofer era magnifico, los había sacado del territorio del rey de los leones en menos de quince minutos, realmente necesitaba un aumento, pensó Vanya. 

— Bien — Su voz seguía igual, en tanto veía por la ventana con la mirada perdida, Volker sabía que su hermana estaba pensando en muchas cosas, sus labios apretados eran sinónimo de que innumerables cosas pasaban por su mente, la duda era, ¿Qué tan buenas eran esas ideas? 

En tanto Volker se imaginaba un y mil escenarios de los que había ocurrido, Vanya solo podía pensar en las palabras del moreno, del como la había rechazado de una forma tan tranquila que casi parecía que le estaba suplicando que lo dejará, aunque ella estaba más que decidida a cumplir su amenaza. Aún le dolían las palabras y todo lo que él había dicho, así que su huida hacía parecer que estaba dando por sentado que todo había terminado, pero, no, ella quería que el entendiera que no estaba huyendo del rechazo, ella se estaba preparando para conquistarlo, y para enfrentarse a su terquedad. 

“No quiero una reina”, era lo que había dicho él, pero, Vanya era una Alfa y no solo eso, ella era la reina de los lobos, así que no necesitaba de él para llevar corona, sin embargo, ese moreno era suyo, y no lo pensaba rechazar, por más que él quisiera eso. 

............................................................ 

No había medido en nada sus palabras, había estado a punto de abrazarla cuando entre lágrimas le grito, pero había tenido el suficiente autocontrol para no hacerlo, aunque, aun así, no pudo evitar que doliera. Kasch sabía que al regresar ella ya no estaría allí, la idea le quitaba un gran peso de encima, pero, de igual manera le dolía de sobremanera el corazón, pero, su postura era firme y no dejaría que las lágrimas de nadie lo conmovieran. 

— Diosa, ayúdame... — Dijo en voz baja, tocándose ambos lados de la cabeza, la cual ya empezaba sentir pesada por un fuerte dolor que ya lo estaba amenazando. 

Había dejado que los ayudantes de su mansión les mostraran el lugar, disculpándose con ellos con la excusa de que no se sentía bien, la cual tomaron de maravilla, en tanto ellos disfrutaban, Kasch solo podía suspirar en su solitaria habitación, sin poder borrar esos ojos azules de sus pensamientos. 

— Eso fue lo mejor — Volvió a decir para él mismo — Ella lo entenderá... — Pero... Quizás... a ella no le había quedado claro el mensaje o, mejor dicho, ni siquiera le importaba lo que él pensará...