Reina Mía

Capítulo 13.

Vanya comprendía que necesitaba ropa de fiesta que fuera cómoda, estaba segura de que no le sería difícil verse elegante y estar armada al mismo tiempo, si, ella ni en sus peores pesadillas asistiría sin nada con que defenderse, de ser así estaría loca. Había pasado ya tres días esperando encontrar el atuendo perfecto, que por alguna poderosa razón le costaba encontrar, algo que su mellizo aprovechaba para burlarse de ella. 

— Bien, ¿cuándo planeas que nos vayamos?... — Dijo Volker mientras desayunaban — Cierto... — Dijo irónicamente como si apenas hubiera comprendido por qué — No nos iremos hasta que encuentres el vestido perfecto, el que te deje pelear de ser necesario, que además te ayude a disimular las armas y lo mejor, que mate de un ataque al corazón a tu compañero, ¿no? — Dijo y posteriormente bebió un trago de jugo de naranja. 

— ¡¡Exacto!! — Respondió Vanya con una sonrisa “inocente”. 

— ¿Y eso será? — Preguntó otra vez el rubio. 

— Mañana, necesitamos encontrar un buen lugar para quedarnos, además también deben estar allá todos los soldados de cada líder, necesitamos que se preparen y sepan cuando actuar. 

— Ellos también están listos, solo esperamos tu orden para partir — Por su parte todo estaba listo, entre más pronto se terminará todo eso sería mejor, un enemigo desconocido como el que se les presentaba era una pérdida de tiempo que les estaba causando la baja de muchos de sus especies, el mundo sobrenatural corría peligro, era mejor exterminar el problema de una vez por todas. 

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— Kasch, los hombres están llegando, al parecer los enviados por los Novikov han sido los primeros — Comentó Niklas a su hermano mayor, quien veía atreves de la ventana a todos los hombres reunidos. 

— Bien, llévalos al lugar donde se quedarán e intégralos con los nuestros — Respondió el moreno — Haz lo mismo con todos lo que llegue... — Dijo esperando que con eso su hermano se fuera, pero no lo había hecho, en lugar de hacer todo lo que Kasch había dicho, él se quedó, esperando o más bien como si deseará con toda su alma hacer una pregunta. 

— Lo he pensado y cada vez más creo que estoy en lo cierto — Eso causo confusión en Kasch quien solo levanto la ceja extrañado por lo que decía — Esperabas ver a los Novikov, ¿verdad? O más específicamente a ella — Preguntó con una expresión de complicidad. 

— Estas idiota, tantos viajes ya te alteraron el cerebro — Aseguro Kasch en tanto cerraba la ventana. 

— Yo nunca me equivoco — Respondió él — Dime, ¿Vanya Novikov es tu compañera? — Preguntó con cautela esperando la reacción de su hermano. 

— ¿Qué te hace pensar eso? — Respondió Kasch con otra pregunta evadiendo por completo la del menor. 

— No te alteres, es solo una pregunta, así que responde — Él estaba empeñado en que le contará lo que le estaba sucediendo, Niklas no esperaría un no por respuesta. 

La diferencia entre ambos no era más que de dos años, tal vez no tenían la conexión de mellizos que poseían Vanya y Volker, pero la sangre era la sangre y se conocían bien, sus padres les habían enseñado a quererse y respetarse como lo que eran, buenos hermanos. Aunque pareciera que ya eran hombres hechos y derechos no era impedimento a que se preocuparán el uno por el otro, solo era ellos tres y debían apoyarse. Ha Kasch no le quedó más opción que aceptar lo que su hermano decía, así entre malas caras y susurros le contó todo lo que había sucedido, dejándolo completamente sorprendido. 

— Si serás menso — Dijo Niklas antes de recibir un golpe por parte de Kasch. 

— Modera tu vocabulario, yo no te insulte... — El menos solo se tocó el golpe con suavidad, mientras sonreía sin retractarse de lo que había dicho. 

— Pero lo eres, la tienes tan cerca de ti y no quieres saber nada de ella, debes estar demente — Aseguró con seriedad — Piénsalo, en dos días ella estará aquí y por lo que me cuentas será difícil quitártela de encima o ¿no?, pero lo admitas o no eso no te importa, porque eso es lo que más esperas — Odiaba no poder ocultarle algo a ese chico, la conocía mejor de lo que lo hacía él mismo y eso siempre lo dejaba en apuros. 

— Déjalo, haz lo que te dije, ve y reúne a todos los hombres, que entrenen y olvida lo que hablamos — No pelearía con su hermano por algo que él había decidido hacer con respecto a su vida, así que no debía más explicaciones. 

— Piénsalo... — Dijo Niklas en tanto salía del despacho, dejando a Kasch pensativo, con mil dudas e inseguridades, imaginando que sería de él si decidiera cambiar las cosas. 

Y así llegó el tan esperado día...  




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