Reina Mía

Capítulo 24.

Vanya no se iba a hacer la tonta, sabía perfectamente quien era el hombre. Se escucharía algo “turbio”, pero había investigado muy bien a su compañero, al pensarlo mejor eso se escuchaba mal, pero, no iba a negar que conocer un poco más sobre él le había ayudado bastante, así como lo haría en esta situación. 

— Siendo así me siento bastante mal de haberle hablado de tan terrible manera — Dijo la rubia en tanto se levantaba de su asiento para acercarse a Raban y estrechar su mano amigablemente, todo esto bajo la atenta mirada del moreno — ¿Cómo pude hablarle así al tan querido amigo del rey? — Estaba fingiendo que no sabía nada, y tal vez su gran dote de actuación estaba dando frutos, ya que, él hombre parecía encantado con la nueva actitud de la mujer. 

— No es nada, a cualquiera le puede pasar — Respondió Raban con cinismo, aceptando la mano de la rubia y recibiendo un gruñido por parte de Kasch, quien ya estaba fuera de sus límites. 

— Creí que no tendrías cara para volver... — Aseguro Kasch con furia en cada palabra, no estaba para nada contento de verlo nuevamente allí y menos tan cerca de su mujer. 

— Amigo, lo pasado pisado, hay que olvidarlo... — Dijo con una sonrisa. 

— Kasch Baumann no olvida, lo sabes bien... — Estaba a nada de abalanzarse hacía él, pero, la atenta mirada de la rubia lo detuvo, esos ojos azules trasmitían muchas cosas, y una claramente le decía que se controlara. 

— Amigo, enfrente de la dama no, al parecer, ella es alguien especial, o ¿me equivoco? — Preguntó con ironía al ver al moreno tan alterado. 

Aquella frase era una clara afirmación de que Raban solo estaba allí para provocar al moreno, algo que estaba logrando y que Vanya había estado evitando, ya que el hombre junto a ellos no le causaba para nada un buen presentimiento y menos después de verlo tan cerca y a los ojos. 

— Bueno, me retiro, es hora de que me vaya y usted hermosa dama debe terminar su cena... — Dijo nuevamente Raban antes de despedirse particularmente de Vanya con un beso en el dorso de la mano de la rubia — Buenas noches — Y se fue. 

Kasch estuvo a punto de dejar que su león saltará encima de su supuesto amigo, quien alegre salía del restaurante, pero Vanya lo tomo del brazo, y lo acercó a su mesa. Después de tal escena, en el lugar solo quedaban, Vanya, Kasch, y Volker, aunque este último no espero más y también salió de allí, dejándolos a solas. 

— Mira... — Intento decir el moreno con rapidez, pero la rubia lo había interrumpido, dejándolo sin poder terminar lo que sea que iba a decir. 

— No digas nada... — No iba a fingir demencia, ella lo sabía y no pensaba ocultarlo, solo que estaba procesando la nueva información que llegaba a su cerebro. 

— Es que necesito decirte... — Aseguró él, con una mano en su cabello y la otra en la mesa. 

— Kasch, ya sé lo que me vas a decir y no creo que eso sea lo más importante — Dijo ella con firmeza, intentando que él también se calmará. 

— Tu, ¿sabes lo de Jelena? — Preguntó el moreno con curiosidad, ante lo dicho por la rubia con tono tan calmado. 

— No era tan difícil descubrirlo, todos en la manada lo saben, así que fue fácil hacerlos hablar — Respondió ella con tranquilidad, mientras lo tomaba por las mejillas para que la mirará directamente a los ojos y no volviera a distraerse — Pero eso no es lo importante — Aseguró ella. 

— ¿De qué hablas? — Al parecer ella había descubierto algo que él había dejado pasar. 

— ¿No crees que es raro que después del ataque, “él” aparezca? — Tal vez podría sonar como una conjetura absurda, pero, en esos momentos para Vanya sonaba bastante lógico, y supo que no estaba loca cuando la expresión de Kasch lo dijo todo. 

— Tiene sentido — Aseguró ahora él, en tanto su cabeza ataba cabos — La semana que estuve en coma Jelena apareció mágicamente, justo en ese momento — Dijo él aceptando aún más aquel hecho. 

— ¿Cómo? ¿Estuviste en coma? — De todo parecía que era lo único que ella había logrado escuchar, algo que le decía que si Kasch nunca la había visitado era por eso, porque él sufría al igual que ella — ¿Cómo pudo suceder eso? — Podía ser que el lazo influyera mucho, pero no era una unión completo, por ello le parecía muy loco que él hubiera sufrido de tal manera por lo sucedido. 

— Al despertar el medico me dijo que era por no sentirte, mi león al dejar de sentir a tu loba dejo de tener una razón para vivir — Respondió él con sinceridad, tomado las manos de la rubia que aún posaban en su rostro — Fue bastante difícil salir de allí, si tu hubieras muerto yo lo habría hecho contigo — Afirmó Kasch apretando los brazos de la rubia, esperando trasmitir todo lo que sentía — porque desde el momento en que nacimos estábamos destinados a estar juntos, incluso después de la muerte — Fue lo último que dijo, antes de que ella apartará sus manos del rostro de Kasch. 

— Sabes... — Dijo en un susurro — En este momento te odio — Aseguró ella sin despegar la mirada de él — Odio que digas cosas como esas después de haber dicho algo muy diferente — Confesó ella — Pero, aun así, supongo que estas aquí tragándote tus palabras y eso lo hace ver a un más sincero — Volvió a decir ella, dejando a Kasch algo confundido. 

— Lo siento, no tendré vida suficiente para arrepentirme de lo que dije y del hecho de casi dejarte ir — Respondió él ante lo dicho por Vanya. 

— ¿Y cómo sabes que no me iré? — Preguntó ella levantando una ceja. 

— Después de hoy no lo harás — Afirmó Kasch con una sonrisa. 

— Supongo que esto nos lleva a un lazo más fuerte o ¿no? — Preguntó ella sin darle más vueltas al asunto. 

— Y todo lo que eso conlleve — Dijo Kasch con una sonrisa aún más amplia, sintiendo al fin esa felicidad que él mismo se había negado y que había estado a punto de perderla. Vanya había logrado lo que se había propuesto, ella había perseverado y había alcanzado aquello que empeñaba en alejarse de ella. Estaba emocionada, porque de una manera indirecta había logrado que él diera el primer paso, que sería aceptar su lazo, así que a ella le correspondía el siguiente o ¿no?, entonces lo besó y para ambos fue tal y como alguna vez lo habían deseado. 




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