Salimos de nuestras habitaciones y nos encontramos a la muchacha de hace unos momentos al final del pasillo, nos hacercamos a ella y esta al vernos se endereza.
-Majestades los reyes me pidieron que los guie hacia el comedor- su rostro se encuentra serio y sin emociones.
-Tranquila nosotros sabemos en donde se encuentra- dice mi madre amablemente.
-Los reyes cambiaron su ubicación por un... incomveniente que sucedió años atrás, siganme- nosotros solo asentimos y la comenzamos a seguir.
Caminabamos en silencio observando todo a nuestro alrededor, está decorado de manera clásica, el silencio reinaba en nuestro andar hasta que mi hermano Julian lo arruina.
-¿Y qué "incomveniente" fue ese?- pregunta en forma de burla. La muchacha no parece agradarle el comportamiento de mi hermano. Se de media vuelta y mira seria a Julian.
-Un incomveniente del que no se nos tiene permitido hablar y si quiere una respuesta puede preguntarle a los reyes pero, dudo que se la aclaren- dice firme para luego darse la vuelta y seguir caminando.
Los demás reimos ante las palabras de la chica, ya que enfurece a mi hermano y nadie lo había tratado de ese modo en mucho tiempo.
-¿Pero quién se cree para hablarme así?- nos hace a un lado y camina enfurecido hacia la muchacha para reprocharle su comportamiento, cuando de repente la princesa se hace presente, siento como mi corazón se detiene al verla, la criada se detiene y mira a la princesa por un segundo, esta gira su vista mi hermano y por la cara que traía no estaba nada contenta.
-Príncipe Julian, no sé como sus criadas lo tratan o como es su trato hacia ella pero, dejeme decirle que aqui todas las personas son tratadas de igual manera, sin importar su rango, por lo que le pido que, mientras se encuentre en mi reino trate bien a la servidumbre y si tiene algun problema con ellos me lo informa a mi, ¿queda claro?- dice seria y un poco enojada.
-Si princesa y disculpe mi comportamiento- responde mientras hace una pequeña reverencia.
-Me explicas después lo que sucedió- esta vez le habla a la chica quien mantiene su cabeza baja, este solo asiente.-Bien, vamos el comedor solo está a unos pasos.- dijo por finalizado, todos la seguimos, ella iba delante de todos nosotros.
-Te dije que no te metieras con la servidumbre.- dice nuestro padre, quien se contenia las risas.
-La próxima vez me muerdo la lengua, casi me hago en los pantalones, la princesa si que da miedo cuando se enfada.- admite. Ella realmente daba miedo cuando se enojaba, y que mi hermano lo admitiera es fuerte.
Me pasé el resto del camino mirandola solo a ella, esa chica se llevaba todo mi respeto, su carácter lo decía todo. Nos adentramos en el comedor, los reyes no indicaron que nos sentaramos y hací lo hicimos, me senté en un lugar que se suponía que estaría a su lado, el rey estaba sentado en la punta,la reina a su izquierda y la princesa se suponía que a la derecha, ella siguió de largo hasta lo que parecia ser la cocina, luego de unos minutos regresó con una canasta bastante grande y una manzana verde en su mano izquierda.
-¿No te quedarás?- preguntó su madre amablemente.
-No, tengo que arreglar unos asuntos y estaré afuera por un tiempo, no se preocupen volveré en cuatro días.- dijo mientras daba un beso en la frente de sus padres - Que disfruten la cena.- terminó de decir para luego retirarse junto con su lobo. Soy tan ingenuo que no me dí cuenta de lo que llevaba, su atuendo decia "Hola voy a salir unos días", vestía un pantalon azul marino que hacia juego con una chaqueta corta, parecía una cazadora.
-¿Lo hace seguido no?- comentó mi madre mientras llevaba un cubierto con comida a su boca.
-Si, pero ya estamos acostumbrados- contesta la reina.
-¿A dónde se dirije mayormente?- digo tratando de ocultar mi preocupación.
El rey bebe lo que parecía ser vino y dice -Al bosque, le pedimos a un guardia que la siguiese, este le perdió el rastro cuando ingresó en la profundidad del bosque-
-¿¡El bosque!?- exclamo mientras me levanto de golpe de mi asiento.
-Si, pero tranquílicese, ella siempre vuelve sana y salva.- las palabras de la reina me tranquilizan y tomo de nuevo asiento.
-¿Algún problema príncipe Luke?- el rey me miraba extraño.
-No, solo que el bosque es demasiado peligroso para andar solo.- digo rápidamente para que no sospeche.
-Para Leah no lo es, de niña siempre huía allí y nadie se animaba ir tras ella por el temor que le tenían al bosque.- dice el rey.
Nos pasamos el resto de la velada platicando y bromeando, las risas nunca abandonaron el lugar. Me disculpo de todos y pongo como excusa, para retirarme a mi cuarto, que el viaje agotó mi energía y llevaba días sin dormir por lo que necesito recuperarlas. Los vampiros pueden pasar días sin dormir pero, eso tiene su límite. Ellos asienten y me retiro.
Pasaron días desde que no sé nada de mi alma, hoy se cumple el cuarto día y no ha vuelto aún, todos estos días pensé como decirle que es mi alma pero, no encuentro la forma. Caminaba bajo la luz de la luna y las galaxias pensando nuevamente como decirle la verdad, cuando la veo en el jardín real, , me oculto bajo un pilar y solo la observo tocando las flores, estas al ser tocadas son cubiertas por una fina capa de nieve, ¿soy yo o mis ojos me engañan?. Me quedo embobado por su belleza bajo la luz de la bella y cuando la chica dice algo salgo rapidamente de mi trance.
-No sabe que espiar es de mala educación, príncipe Luke.- dice mientras sigue tocando las flores.
Salgo rápidamente de mi escondite y camino hacia ella.-Disculpe, no quería interrumpir su momento de paz-
-Diga lo que tenga que decir príncipe, mi paciencia es oro.- dice firme.
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Editado: 18.07.2020