¿reina Por Obligación?

Capítulo IV

– Hey, Jade, despierta, vamos a hacer una parada para desayunar – oigo a Kaos mientras noto como me sacuden por los hombros.

– Mmhm... sí, ya estoy – me incorporo en el asiento y comienza a marearme. La furgoneta frena y mis náuseas van en aumento – Kaos, abre las puertas, ¡rápido! – me tapo la boca con una mano intentando contenerme y con la otra me ayudo a bajar. Cuando estoy a unos metros de la furgoneta saco la manzana de ayer de mi sistema. Alguien se acerca por detrás y sujeta mi pelo. Cuando ya no queda nada dentro de mí me alejo, me siento en la carretera y cierro los ojos echando hacia atrás la cabeza disfrutando del sol de la mañana mientras me recompongo.

– Oye, ¿te encuentras bien? Estás muy pálida – abro un ojo y veo al pelinegro acuclillado enfrente mío.

– Estoy bien, no te preocupes, viajar tanto por carretera me marea – digo mientras cierro el ojo para dejar el tema atrás – por cierto, ¿en algún momento tenías pensado decirme tu nombre? Porque si no me lo vas a decir comenzaré a llamarte pelinegro en voz alta – oigo su risa y abro los ojos. Frunzo el ceño, no entiendo que es lo que le hace gracia. Aunque me gusta su risa.

– Es cierto, no te había dicho mi nombre – me extiende la mano derecha – soy Ky.

Acepto su mano y le doy un apretón.

– Un placer, Ky.

– ¿No te vas a presentar? – pregunta alzando una ceja en tono juguetón.

– No hace falta – ruedo los ojos –, estoy segura de que al igual que Kaos me conoces incluso mejor que yo misma.

– Comprendo – me da una sonrisa de esas que derretirían a cualquiera y me ayuda a ponerme en pie. – pero yo solo conozco de ti lo que tú me contabas. – lo miro a los ojos con los míos reflejando todas mis preguntas.

– Venga debemos ponernos en marcha, no podemos estar tanto tiempo parados – dice Kaos sin dejarme preguntarle a Ky de que habla, desde la parte delantera de la furgoneta. Aceleramos el paso y Ky entra conmigo en la parte trasera. La furgoneta arranca.

– Toma Julie, debes comer algo – dice pasándome una caja de cartón.

– ¿Qué es? – ese apodo... nadie me había llamado así desde hace mucho tiempo, de hecho, solo había una persona que me llamaba así, intento recordar quién era, pero lo tengo todo borroso, no son recuerdos claros.

– Son rollitos de canela, mi madre ama la cocina y nos dio muchos de estos para el viaje, aunque solo nos quedan dos cajas de estas.

– Está bien – abro la tapa y me encuentro seis rollitos enormes, huele mucho a canela, pero no me desagrada el olor –. Huele muy bien.

Cojo uno y dejo el resto en el asiento contiguo al mío. Le doy un mordisco y, dioses, es indescriptible lo bueno que está esto.

– ¡Esto está alucinante! Creo que tengo nueva comida favorita, madre mía, está buenísimo.

– Me alegro de que te guste – dice con diversión. Me mira directo a los ojos – de pequeña decías lo mismo – murmura. Creo que le he entendido mal –. Mi madre es la mejor cocinera que conozco, aunque no trabaja en ello – dice con orgullo.

*****

– ¿Vamos a parar en algún momento para poder asearnos al menos? – les digo a los chicos levantando la vista del portátil.

– No, es demasiado arriesgado, además nos retrasaremos demasiado, pero aquí tienes un espejo, por si te sirve de algo – Ky me tiende un espejo con borde tallado formando pequeñas rosas color plata. 

Miro mi reflejo, tengo mi largo cabello negro enmarañado, en mis ojos, grises como el humo, puedo ver reflejados la tristeza y el cansancio contra los que he estado luchando el último mes o quizá más, mi piel, blanca como un cadáver y la pequeña mueca de tristeza en mis carnosos labios rojos, los únicos que siguen teniendo su color natural. Antes de comenzar a recordar le devuelvo el espejo a Ky y me recojo el cabello en una coleta alta para luego recostarme en el asiento.

– ¿Cuánto queda para llegar?

– Al rededor de un día y medio- contesta Kaos desde la parte delantera mirando por el retrovisor. Sus ojos avellana se clavan en los míos con intensidad.

Un día y medio no es tanto, ¿cierto? Tan solo un día y medio más de viaje, pero y luego, ¿qué? Debo decir que creo que me han contado la verdad, aunque me es complicado de digerir todo esto, con la historia y al ver las plantas me han convencido de que estaban bromeando o algo por el estilo. No quiero comenzar a pensar en todo lo que puede pasar así que continúo escribiendo.

 

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Ig: s.sebilla



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En el texto hay: fantasia secretos y romance

Editado: 20.07.2021

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