¿reina Por Obligación?

Capítulo VII

Cuando acabeis el captítulo, por favor leed la nota.

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Había pasado una semana desde mi llegada a palacio y las cosas iban bien, nada más llegar, después de acostumbrarme a la inmensidad y belleza de todo, pedí que llevaran todos los libros sobre la historia del reino que hubiese en la biblioteca, aplacé todas las reuniones a después de las tres de la tarde y, junto con mi doncella, Rose, aprendí varias cosas sobre los habitantes del castillo y de Heartling.

Como cada mañana Rose viene mi habitación y me ayuda a levantarme del frío suelo del baño.

– Señorita, está comenzando a preocuparme, todas las mañanas se las pasa vomitando, se marea con más frecuencia de lo normal además de estar cansada todo el día – Rose parece realmente preocupada así que tomo una decisión de la cual espero no arrepentirme.

– Está bien, Rose, llama a un curandero, hay algo que te debo explicar – Rose me deja en la cama y desaparece, literalmente, para ir a buscar un curandero.

Una de las cosas que he aprendido desde que estoy aquí, es que resulta que las hadas, los hombres lobo, los vampiros, los elfos y muchas otras más criaturas existen, Rose es una elfa, es menuda, con la piel verdosa, unos ojos azules muy profundos y el cabello rojo fuego que cae en hondas hasta su cintura. Es muy buena, siempre trata a todos con amabilidad y tiene buenos consejos, es muy sabia y aún con apariencia de adolescente, por lo que me ha contado tiene 50 años, viene de una familia campesina y tiene muchos hermanos y hermanas a los que ve pocas veces al año.

– Señorita Williams, aquí está el curandero – detrás de ella apareció un elfo de avanzada edad, mediana estatura, con las orejas puntiagudas, el pelo blanco y los ojos de un intenso verde. Lleva un maletín muy abultado.

– Buenos días su majestad, me presento, soy Adolf, curandero de las colinas del norte. – el elfo hace una reverencia.

– Buenos días, Adolf, por favor, no me llame su majestad, me hace sentir muy mayor, además todavía no me han coronado oficialmente. Puede llamarme Jade, Juliette o incluso señorita, como prefiera. Lo he mandado a buscar porque quería demostrarle a mi doncella que nada malo me sucedía, acérquese, por favor también tú, Rose. Puede dejar su maletín junto a la cama.

Me recuesto y ambos se acercan a la inmensa cama.

– Bien, por lo que tengo entendido, los curanderos son criaturas de todo tipo con un don que los ayuda a saber las enfermedades que causan que las personas se encuentren en mal estado, tan solo con un chequeo, sin necesidad de instrumentos pueden saber que le sucede a cada persona.

El elfo asiente.

– Así es, su majestad.

– Bien quiero que me hagas un chequeo y me des tu veredicto. También quiero hacerle saber que lo que suceda aquí y de lo que se hable será estrictamente confidencial, nadie sabrá nada de esto.

El elfo asiente de nuevo y coloca sus manos a unos palmos de mi cuerpo, cierra los ojos y de sus manos comienza a salir un brillo verde, tras unos segundos frunce el ceño y deshace su magia.

– ¿Cuál es su veredicto, curandero Adolf?

– Su majestad... – me mira con completa confusión para luego mirar a mi doncella – está embarazada.

Sonrío levemente y miro a Rose que se ha quedado congelada en el sitio, con los ojos como platos.

– Oh, por todos los cielos, señorita, o mis cielos – parece que esté a punto de darle un ataque al corazón- como no vi las señales, estaba tan claro.

– Rose, te contaré una historia, pero antes, señor Adolf, no solo lo he llamado para que mi doncella supiera que era lo que me estaba sucediendo, también quería que examinara que mi guisantito estuviera bien, no he tenido tiempo de ir a un doctor desde que me enteré.

– Por supuesto señorita– se vuelve a concentrar mientras yo comienzo la historia.

– Antes de que me trajeran a Heartling tenía un novio, llevábamos desde que terminamos el instituto juntos, cuatro maravillosos años, hace unos diez meses se me declaró y nos comprometimos – se me forma un nudo en la garganta y aguanto las ganas tan grandes de llorar que tengo, continuo mi historia. – era cierto que últimamente no nos iba muy bien, estábamos pasando por un bache, yo ya no sentía lo mismo, pero estábamos por comenzar a arreglarlo cuando, el día más feliz de mi vida y el más triste a la vez, Mark tuvo un accidente y murió – sollozo. – f...fue el mismo día que mi prueba de embarazo salió positiva, por eso fue un día feliz, pero todo se arruinó cuando, por la tarde, mientras esperaba a Mark para contárselo.

» Y el que iba a ser posiblemente el mejor día de mi vida se convirtió en uno de los peores, aunque tal vez ya no lo amaba como antes, nos conocíamos desde niños y sentía por el un gran aprecio y cariño, podríamos haber reconstruido nuestra familia, pero ese hombre al que todavía no puedo ponerle cara nos arrebató esa oportunidad, a mí y a mi bebé – tengo un nudo tremendo en la garganta al recordar cómo pasó todo. – Estaba en casa, con Abby, la última semana había estado con náuseas y mareos intensos, Abby decidió q lo mejor era que saliésemos de dudas, compro unas diez pruebas para no equivocarnos, todas ellas dieron positivo. Aunque Mark y yo todavía no habíamos pensado en tener hijos me hizo mucha ilusión y supe que a Mark le pasaría igual.



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En el texto hay: fantasia secretos y romance

Editado: 20.07.2021

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