Antes de nada quería agradecer a una amiga, la cual me ha apoyado en todos mis proyectos y ha sido la primera en leer muchos bocetos de historias, capítulos, incluso canciones, gracias por tu inmensa paciencia, se que puedo llegar a ser un poco pesada, jeje.
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Al despertarme intento moverme, pero un fuerte agarre en mi cintura me lo impide, intento moverme y lo único que consigo es que el agarre se vuelva más fuerte. Me giro lentamente y veo a Ky profundamente dormido, su expresión es tranquila y relajada, es genial verlo así, sin preocupaciones, el resto del día se lo suele pasar preocupado o con el ceño fruncido, pero así, profundamente dormido, aparte de parecer mucho más joven, me transmite muchísima paz, además de tener un extraño sentimiento de familiaridad y sentirme protegida.
Con sutileza le retiro un mechón de la cara.
– Ky, necesito ir al baño. – se remueve sin soltarme – Ky.
– Cinco minutos más. – se acurruca a mi lado.
– Si quieres que te vomite encima está bien. – em encojo de hombros y río cuando se levanta con brusquedad y se despereza completamente.
– Venga te ayudo. – se queda parado a mi lado de la cama tendiéndome una mano.
– Oye, no es como si ya fuese una bola de bolos, casi no se nota siquiera, puedo levantarme por mí misma. – me levanto de la cama y me azota un tremendo mareo que me hubiese hecho caer de no ser por Ky.
– ¿Decías? – me sonríe con suficiencia. Me ayuda a estabilizarme y cuando estoy segura de que no voy a caer voy al baño e intento calmar mis náuseas. Lavo mi cara con agua fría para despejarme y hago mis necesidades mundanas. – Oye, Juls, ¿al final te dio Adolf la ficha con lo que podías o no comer? – pregunta cuando salgo del baño. Voy a mi cama y me siento en el centro cruzada de piernas, debo esperar a Rose para cambiarme y hoy me he levantado antes de lo usual.
– Si, y lo incluyó todo: lo que podía comer y lo que no, lo que me va a pasar durante el embarazo, las vitaminas que debo tomar...
– Está bien, debo irme, pero quería hablar de algo contigo, así que cuando su majestad esté libre esta tarde que haga que me llamen. – va hacia la puerta no sin antes hacer una reverencia exagerada. Me río con fuerza.
Un rato después aparece Rose.
– Jade, no sabía que estaba despierta, debería haberme llamado. – me reprocha acercándose a mí.
– Rose, hoy bajaré a desayunar con los demás me siento bien. – le digo tranquilamente.
– ¿Segura Jade? – me mira con duda, pero acaba aceptando. Va hacia mi vestidor y tras unos minutos buscando sale con un vestido de gasa hasta el suelo que se sujeta en un hombro, es azul rey en la parte de la cintura y se va aclarando hacia abajo y hacia arriba hasta llegar a un azul casi blanco. Saca unos zapatos negros de tacón alto – Por cierto, la coronación se acerca, queda una semana y debemos elegir vestido.
– ¿Por qué tanta elegancia hoy? Voy a estar en el castillo todo el día. Puedo ponerme algo más simple e ir en deportivas, nadie lo notará. – le guiño un ojo y ríe divertida a la vez que niega con la cabeza.
– ¿No le han dicho? – esta vez soy yo la que niega. – Hoy será su primera salida en público, vais a ir a visitar un colegio, un instituto y una universidad, dijiste que estabas muy interesada en que a los niños se les diera una buena educación así que arreglaron unas visitas para que vea el nivel y si a los niños les gusta.
– Oh, eso fue una buena idea, bien entonces comencemos. – me levanto de la cama y voy al baño para darme una ducha rápida.
Al salir Rose lo tiene todo preparado en el tocador, ha hecho mi cama y ha colocado sobre esta la ropa para hoy.
– Oh, Jade, mañana para cenar van a venir unos amigos de sus padres, quieren hablar sobre algo personal, lo lamento, no me dijeron que era. – me cuenta Rose mientras me lleva al tocador.
– Está bien, más tarde me enteraré. Cambiando de tema, hoy no me hagas nada demasiado ostentoso o elaborado, un peinado sencillo y un maquillaje aún más sencillo.
Me hace una trenza que va por mi lado izquierdo, cae por este y recoge todo mi cabello menos un par de mechones que Rose ha dejado para que enmarquen mi cara. Pone rímel a mis pestañas y delinea mis párpados ligeramente, para mis labios utiliza un pintalabios color coral claro, simple pero bonito. Una vez acabado maquillaje y peluquería vamos hasta mi cama.
– Ya no voy a ponerte más corsés, podrían dañar a los bebés. – la sonrío agradecida. Me ayuda a vestirme y una vez preparada voy al espejo y miro mi reflejo, es un vestido precioso y con el corte en a que tiene mi vientre ahora ligeramente abultado no se nota. – debemos buscar un vestido que cubra su vientre y haga que no se note para la ceremonia. – Rose daba vueltas por toda la habitación hablando consigo misma mientras la recogía. – Peor no es algo que vayamos a poder esconder para siempre, porque incluso antes de que nazcan se la notará...
Veo como comienza a agobiarse, así que voy hacia ella y la cojo de las manos suavemente.
– Tranquila cielo, tengo un plan, todo va a salir bien, ¿sí? – la miro mientras doy un apretón a sus manos, me mira no muy convencida y asiente. – Y ahora bajemos, muero de hambre.