Hoy quiero agradecer a la primera persona en comentar, Stefany Villegas, gracias, me hizo mucha ilusión recibir tu apoyo por esta pequeña historia.
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Maratón 1/3
Había cogido un pequeño bolso negro para guardar mi móvil y algunas otras cosas y, con lo torpe que soy casi lo dejo en el helicóptero, de no ser por Eros el bolso estaría de vuelta a palacio. Cuando Eros vuelve con nosotros y tras devolverme el bolso, nos dirigimos a una furgoneta aparcada en el parking del helipuerto.
Mientras viajamos por carretera nadie dice nada y yo me entretengo mirando por la ventana. Seguimos rodeados de verde, pero poco a poco va dejando paso a altos edificios y grandes construcciones.
Meto mi mano en el bolso y noto una superficie metálica fría, la saco y me encuentro con el anillo de acero negro que llevo teniendo desde que recuerdo, está colgado en una pequeña cadena y lo cierto es que, aunque no siempre lo llevo puesto siempre lo llevo conmigo, es una necesidad que sale de lo más profundo de mi ser, siento que sin él estoy desprotegida, como si el anillo me protegiera.
Decido ponérmelo y me doy cuenta de que Kaos lo mira con curiosidad, instintivamente coloco mi mano derecha al rededor del anillo protegiéndolo.
– ¿Qué? – mi voz sale más cortante de lo que pretendía.
– Nada, simplemente me ha parecido curioso, no te lo había visto antes – se encoge de hombros, pero sé que hay algo más – ¿De dónde es? ¿Te lo había regalado tu novio?
– No lo sé y no – le iba a preguntar como sabía de mi novio, pero está claro que lo ponía en mi historial.
– ¿Y quién te lo dio entonces? – pregunta con curiosidad creciente.
– No lo sé, no lo recuerdo – asiente lentamente y deja el tema.
Llegamos a las afueras de la ciudad, a un campus enorme. Nada más bajar de la furgoneta dos guardias se ponen a mis espaldas y otros dos por delante mío.
Y eso que Ky había dicho que iban a ser un par, te vio la cara de estúpida
Ruedo los ojos mentalmente. Nos encaminamos a la entrada del edificio central y el más grande, tiene un cartel en el cual señala todas las partes del complejo: en la zona más al norte están las aulas y pisos de universitarios, al este se encuentran los edificios de secundaria y grados superiores o especializaciones, al oeste están los edificios de infantil y primaria. Lo cierto es que tienen los mismos cursos que los que tienen fuera de Heartling, aunque eso sí, las materias son mucho más diferentes y variadas.
Los edificios están construidos con ladrillos rojos y los tejados son de diferentes colores, algunos verdes, otros azules, incluso amarillos.
Todo alrededor de los edificios es verde, con colores muy vivos, delante del edificio principal hay una zona de campo, llena de estudiantes hablando y riendo en el verde césped. Los árboles ya han dado algunas frutas, sin duda me recuerda a mis tiempos de universidad, cuando aún no tenía que preocuparme por nada y pasaba el día con mis amigos de fiesta o incluso estudiando nos lo pasábamos bien.
Entramos al edificio y los alumnos y profesores con los que nos cruzamos nos miran extrañados. Llegamos a recepción y una señora canosa de orejas puntiagudas y pequeños ojos grises ocultos tras unas pequeñas gafas de moldura roja nos atiende.
– Buen día los atiende Roxanne, ¿en qué puedo ayudarlos? – aunque intenta que no se la note sonriendo amablemente, o en un intento de ello, su tono es ácido como un limón.
Kaos va a hablar, pero pongo una mano en su hombro y me adelanto unos pasos con loa guardias pisándome los talones.
– Buenos días. – la sonrío con amabilidad – Queríamos hablar con la directora Peynhallow.
– Lo siento señorita. – me repasa con la mirada llena de veneno al igual que su sonrisa – me temo que la directora está muy ocupada, además está esperando una visita muy importante, puede ir a preguntar a alguno de sus compañeros si necesita algo, ahora, por favor, despeje la recepción.
Un pequeño grupo de gente se había acercado para ver qué era lo que sucedía.
– Eros, querido, podrías decirle a esta educada Roxanne que hacemos aquí, parece que no me he expresado con suficiente claridad. – utilizo mi tono más dulce en todo momento, sonrío a Eros y este me devuelve una sonrisa divertida. Esta señora cree que puede hablarme así y salirse con la suya.
– Por su puesto querida, señora Roxanne, creo que lo que su majestad intenta decir es que quiere hablar con la máxima autoridad de este centro. – la señora se queda petrificada y tras salir de su trance se enfurece más que antes.
– Por todos los cielos, ¿Cómo se atreven a venir y hacerse pasar por la heredera?
La sonrío divertida, cosa que la enfurece aún más.
– Señor Sallow, no quería llegar a este extremo, pero ¿puede por favor llamar a la directora Peynhallow y decirle que ya he llegado?
Kaos habla por teléfono unos segundos tras decirle esto y al finalizar la llamada todos lo miran expectantes.
– ¿Y...? – pregunta un alumno atrevido.