Reinicio Fallido

Capítulo 3 | Una fallida disculpa.

Viernes 21 de Diciembre del 2012— 14:09.

El tiempo fue relativo, no sabía cuánto había pasado desde la vez que vio al hombre de negro, de hecho, sentía cómo cada parte de su cuerpo recién volviera a funcionar mientras poco a poco la lucidez volvía a su cabeza. Era algo muy extraño. Un sentimiento de miedo invadió su cuerpo de repente, esto fue acompañado por la ansiedad y la desesperación, no entendía porque empezaba a padecer de tales emociones si lo único que había hecho era usar aquel reloj raro.

Ah...

Cuando la palabraRelojpasó por su cabeza pudo reaccionar de la manera en la que se había guardado desde hace ya un tiempo.

—María.

Susurrando su nombre, Dylan hizo parpadear varias veces sus ojos ya que no podía ver con claridad las cosas que estaban a su alrededor, hasta que en un momento determinado pudo darse cuenta del lugar en el que se encontraba.

— ¿E-Es en serio...?

Con la cara totalmente roja y las orejas ardiendo de la vergüenza, jaló la palanca del inodoro mientras se revisaba todo su cuerpo, no pensó que llegaría a viajar hasta el baño de su casa.

— ¿Volví a ayer?

Preguntándose a cuál fecha resultó viajar, se paró frente al espejo que estaba sobre el lavadero de manos y se arregló el cabello, cuando se dio cuenta que, de alguna manera, no era tan alto como recordaba, sus manos eran más pequeñas, incluso era más flaco de lo que estaba.

—No, ¡¿qué rayos?! ¡Soy un mocoso!

Colocando sus manos sobre su cabeza, Dylan intentó buscar una posible solución a lo que había pasado, lo que sí entendió era que no regresó al día en el cual mataron a María, sino varios años atrás. Mientras revisaba cada parte de su cuerpo, en el espejo se pudo reflejar un objeto medio raro cerca del inodoro, con curiosidad Dylan se agachó y al verlo, pudo sentirse aliviado.

—Aunque seas estas acá...—murmuró mientras sostenía el reloj que lo hizo viajar en el tiempo—. El día de hoy es... 21/12/12 14:10:16.

Tras revisarlo detenidamente y luego de haber visto la hora, soltó todo el aire que tenía dentro de sus pulmones, cuando de repente le surgió una pregunta.

—Aun así... ¿qué rayos hace el reloj acá?

Dándole la vuelta al reloj, pudo divisar el par de botones que le causaban mucho misterio y que posiblemente, sean las respuestas que quiso.

Allez!yRevenir, ¿qué significan?

Sin que se diera cuenta, cada pregunta que se hacía, se le dificultaba pensar en alguna solución y al contrario de ayudarlo, lo desesperaba más.

— ¿C-cómo voy a regresar...? ¿Si quiera puedo regresar?

Con la pregunta en el aire, Dylan no se quedó sin hacer nada, sino intentó manipular el teclado para colocar la fecha en la cual él había estado, pero por alguna razón, no se podía hacer. No podía modificar el teclado a fechas posteriores del día en que viajó. Angustiado, desvió sus ojos y miró esos dos raros botones.

—Primero quiero saber qué significan, luego verificare si es posible volver a mi época actual y después salvaré a María...

Luego de pensar eso, se lavó las manos y salió del baño bastante dubitativo, cuando miró a los alrededores se percató que el lugar donde vivían era más carente que el actual, la mayoría de las cosas que se encontraba, eran reutilizadas, incluyendo su ropa, accesorios, armarios y hasta su propio cuarto.

— ¡Dy! ¡Dy!

— ¡Dylan!

Ni bien salió del baño, dos chillonas voces sorprendieron a Dylan, quien no pudo evitar sobresaltarse y sorprenderse luego de ver a esas dos pequeñas siluetas. Eran un niño y una niña, ambos corrían desde la sala hasta donde estaba él. Incluso luego de haber viajado unos 6 años en el pasado, Dylan no podía olvidar esos rostros del pasado, Mateo y María eran lo más importante que él tuvo en esos años.

—Ustedes...

Mateo era el niño de 8 años que gritaba¡Dy! ¡Dy!, estaba vistiendo un short roto con un polo de una estrella, mientras que María era una chica de 11 años, ella estaba usando un largo vestido blanco con decoraciones en forma de flores, que, al parecer, tomó prestado de su mamá por como era su costura y diseño. A diferencia de la María del futuro, ella tenía su cabello largo y lacio. Ese vestido y la sonrisa de María hicieron temblar el roto corazón de Dylan.

—¿Dy? ¿Por qué pones esa cara triste?

A pesar de intentar forzar su rostro, Dylan no pudo evitar sentirse mal por ver de nuevo a María, la misma chica que había decidido ignorar en esos años, que resultaron ser justamente en estos meses.

—¿Todo bien Dylan...?

No solo Mateo se dio cuenta del aspecto de Dylan, María también sentía que su comportamiento era de lo más inusual y raro, acercándose a él, le tocó el mentón con sus manos y lo miró extrañada.

—Ghu...

Al acercarse María a Dylan, él no pudo evitar sentir una gran presión en su pecho, aquellos ojos marrones que no pudo proteger, aquella sonrisa que solo ella podía hacer, cuando María llegó a tocar su mentón, en su mente se reprodujo, como en un video, las dos veces en la que vio muerta María. Y también las dos veces en la que él no pudo hacer nada.

—Yo...lo siento.

Ignorando la razón que tenía dentro suyo, abrazó a María.

—¿¿¿Huuhmmmm???

Sin previo aviso, sin permiso ni nada, abrazó con toda la fuerza que tenía a María, no murmuró nada, no dijo nada, solo dentro de él se disculpaba sin parar, como si la María del pasado sea la del futuro.

¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento por ser inútil! ¡Lo siento!

María no pudo evitar quedarse anonadada, ella no sabía la razón del por qué Dylan hacia eso, después de todo, había pasado algo que los hizo distanciarse.




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