Sábado 13 de Octubre del 2018— 23:11.
Una habitación color café estaba siendo iluminada por la luna, la cual se filtraba en la ventana que se encontraba abierta. El lugar era reservado, una cama estaba ubicada al costado de la ventana, y esta a su vez, al lado de una pequeña mesa con un florero.
Todo parecía estar tranquilo en ese cuarto.
Hasta que Dylan se despertó. Moviéndose al otro lado de la cama, intentaba descansar de una manera satisfactoria, después de todo, no dormía bien luego de tantas repeticiones o eso era lo que su inconsciente estaba haciendo.
¿Por qué tengo esta rara...?
Sin poder evitarlo, en su mente se recrearon todas las repeticiones que hizo en todo ese tiempo, llegando a la última, donde la explosión lo arrojó lejos.
¡¿No había muerto en esa explosión?!
Intentando comprender lo sucedido, intentó levantarse de la cama, necesitaba buscar qué había pasado hasta la hora en la que se encontraba, ya que era de noche.
Sin embargo, no podía levantarse.
Una sensación pesada en sus piernas provocaba que estas no se movieran como él quiso, por lo que decidió darse un masaje, a lo mejor estaban entumecidas luego de esa explosión, pero cuando las frotó, solo pudo tocar una de ellas.
Un gran vacío estaba en la otra supuesta pierna.
—No, no, no, no. Deben estar jodiendome.
Alejando sus manos temblorosas de sus piernas, respiró suavemente, con la mente en blanco y tratando de calmar su corazón que no dejaba de latir rápido. Una vez hecho eso, sus manos lentamente se dirigieron a estas y repitió lo que hizo antes.
Sin poder evitarlo, empezó a temblar, la ansiedad poco a poco se apoderaba de él, además del miedo, la inseguridad era otro de los problemas que sufría.
—E-enfermera...
Una leve voz salió de sus labios mientras presionaba sus molares.
—Enfermera...
Esta voz aumentó la intensidad en la que él lo decía.
—Enfermera...
Él parecía que estaba gritando a la nada, la saliva salió disparada por todas partes mientras no dejaba de pensar en lo que había sucedido.
—E-enfermera...
— ¿Hm? ¿Ya se levantó?
Una señorita apareció frente a la puerta, vestía un uniforme blanco en conjunto a su cabellera negra bien peinada, parecía muy feliz.
—Enfermera, ¿dónde está mi pierna?
Yendo directo al tema, Dylan no dejaba de mirar a la enfermera con unos ojos vacíos.
—Espera acá, ahora vuelvo.
Dicho ello, se retiró sin dudarlo.
— ¿Qué? ¡¡No huya!! ¡¿Qué me pasó?! ¡¡OYEEEE!!
Reventando de ira, Dylan la maldijo, ella no le dio las explicaciones que necesitaba y sólo se retiró. Tirando todo lo que se encontraba a su alcance lo lanzaba a la puerta mientras seguía diciendo improperios.
— ¡Joder!
Ya habían pasado 5 minutos, cuando la enfermera volvió con alguien, él era un viejo que vestía su bata, su cabellera estaba desordenada y en sus ojos se notaba una tenue tristeza.
—Buenas noches, Dylan, yo soy—
— ¿Qué me pasó?
Sin la necesidad de saber su nombre, Dylan solo miraba fijamente la luna.
—Humm, directo, ¿no? Se la tuvimos que amputar debido a que estaba quemado y los huesos estaban rotos. Era de vida o muerte por lo que...
— ¡¿Cómo?! ¡Me acuerdo de que la explosión del auto solo me lanzó lejos!
Aun sin creer en los hechos, Dylan seguía aferrándose a la idea de que todo no fue así.
—Sí, eso es verdad, pero pasó una desgracia después de ello.
— ¿De qué habla?
El doctor caminó unos cuantos pasos en dirección a la cama de Dylan y lo miró, su estado mental era muy quebradizo, parecía ser una persona rota que no aceptaba nada.
—Hubo un choque en serie de 5 autos y entre ellos estaba la ambulancia que te llevó, en otro se encontraban tu madre con tu hermano.
Dylan se quedó inmóvil, no quería aceptar ese hecho que le relataba el doctor.
— ¿Y a-qué les pasó?
Las palabras poco a poco iban disminuyendo, sus emociones iban rotando cada segundo, ¿qué sentir? ¿Odio? ¿Tristeza? Dylan no comprendía sus sentimientos y a eso aumentarle el accidente que le ocurrió, afectó de manera grave su mente.
—Lo sentimos mucho, pero su padre y hermano murieron en el acto. Su madre está en una operación por otro doctor en este instante.
Cada vez él palidecía más, las palabras del doctor formaban un espiral allí mismo, uno en el que, si entraba, repetía las mismas acciones de siempre. ¿Era factible regresar en el tiempo? ¿O era seguir el destino sin interrumpirlo?
— ¿Ella estará mejor? ¿Verdad?
Sin embargo, Dylan decidió obviar a la espiral, creó su propia ruta, su propia línea; una en el que todos se salvaban, uno en el que todos eran felices, una ruta utópica que volvía genuino el destino que estaba anhelando.
—Espero que sea así.
A pesar de eso, con cada mala noticia que le daban, su enojo crecía más.
— ¿Esperas? ¡¡Es su maldita función sanar a los que están mal!! ¡¡No me venga con sus malditos "espero"!! ¡¡Joder!! ¡¿Para eso pago mis impuestos?! ¿¡Para eso estudias unos malditos 8 años?! ¿Para un maldito espero mierda? ¿Quieres me crea ese cuento?
Ni bien terminó Dylan de gritar, la enfermera salió corriendo de la habitación.
— ¿Esta huyendo? ¡¿Estoy mal?!
—Dylan, cálmate.
El doctor lo único que hizo fue intentar calmarlo mientras retrocedía lentamente.
— ¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡Casi toda mi familia murió! ¡¿Cómo?!
Luego de vociferar todo lo que quiso, la enfermera llegó con 2 personas más. Ambos parecían ser doctores o acompañantes de la enfermera, llevaba su mismo uniforme de trabajo, solo que eran más corpulentos de lo que uno imaginaría.
—Háganlo —ordenó el doctor.
La enferma sacó una jeringa mientras que los otros dos sostenían los brazos de Dylan, no era posible zafarse de ellos, pues tenían una gran fuerza. Sin que él se diera cuenta, ella pinchó de forma rápida en el brazo derecho la jeringa.
Editado: 09.12.2020